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Un atleta en la playa

2006/03/01 Garin, Ion - ARANZADI Zientzi Elkarteko biologoa | Gosá, Alberto - ARANZADI Zientzi Elkarteko biologoa | Rubio, Xabier - ARANZADI Zientzi Elkarteko biologoa | San Sebastián, Olatz - ARANZADI Zientzi Elkarteko biologoa Iturria: Elhuyar aldizkaria

Entre los anfibios de Euskal Herria (arrabio, sapo, rana, tritón) destaca un sapo por su capacidad física: el sapo corredor. Se mueve con carreras cortas, pero a diferencia de los atletas, utiliza esta capacidad sobre todo para sobrevivir a los peligros cotidianos. Sin embargo, a pesar de ser un buen runner, no está exenta de peligro de extinción en la costa vasca.
Un atleta en la playa
01/03/2006 | Garin, Ion; Gosá, Alberto; Rubio, Xabier; San Sebastián, Olatz | Biólogos de la Sociedad de Ciencias ARANZADI
(Foto: O. San Sebastián)

Para hacer frente a los peligros y evitar la competencia con los demás galones, el sapo corredor desarrolló características atléticas diferenciadas: patas más cortas de lo normal y vitalidad anormal. Estas características le convirtieron en un corredor de alta velocidad de pequeñas distancias. Esto permite al sapo evitar la primera mordedura, incluso para evitar la segunda y después dar el salto a un pozo superficial cercano. Con un poco de suerte, el depredador se opone a entrar en el agua.

Además de escapar, corre en otras situaciones. Por ejemplo, en busca de sombra para andar de piedra --del plástico al ladrillo en la actualidad -. Vive en zonas abiertas y soleadas. Sin embargo, correr se ha convertido en una característica de la especie.

Probablemente también llegaría a Europa. Originario de Asia, vive actualmente en el oeste de Europa, siendo el clima mediterráneo de la península Ibérica el que más le gusta. No obstante, también se puede encontrar en zonas con climas más húmedos y frescos, así como en latitudes más altas. Esto es debido a la entrada por el norte y al cambio climático en la península. Estas poblaciones son de gran valor en la península ibérica.

En Euskal Herria, en dos lugares

El sapo corredor vive en dos zonas en Euskal Herria, en situaciones muy diferentes en cuanto a número de seres vivos y superficie ocupada. En la cuenca del Ebro habita una población normal --mediterráneo-- aparentemente sana. En el litoral, la población del Cantábrico se encuentra en mal estado. Por ello, el sapo corredor de la costa requiere toda nuestra atención --medidas de gestión apropiadas por ejemplo- si queremos sobrevivir.

Antiguamente cubriría más superficie, pero hoy en día sólo vive en dos pequeños y aislados espacios: Playa de Gorrondatxe en Getxo y Txingudi, concretamente en las pequeñas marismas del Parque Ecológico de Plaiaundi y Jaitzubia en Irun y Hondarribia. Además, el testigo de la zona que ocupaba esta antigua población del Cantábrico en Iparralde se encuentra en Aquitania, en los alrededores de Landa. Por el contrario, los núcleos de población de Landa se encuentran tan aislados entre sí como los de Bizkaia y Gipuzkoa.

Vida en la arena

El primer cometido para salvar al sapo corredor de la desaparición era realizar un análisis de la situación actual. Es lo que llevamos dos años en la Sociedad de Ciencias Aranzadi: Estudio de la población en la bahía de Txingudi.

Un aspecto característico de los sapos costeros es el hábitat, por un lado el suelo arenoso, libre y tan apropiado para moverse y buscar refugio en las playas, y por otro el fino lodo transportado por los ríos y acumulado en sus finales.

Pero la primera es muy permeable, por lo que difícilmente se producen acumulaciones de agua. Pero el sapo, al ser un anfibio, necesita agua para reproducirse. Ante este problema, nos ha enseñado la capacidad de la especie para sobrevivir: el sapo corredor es capaz de reproducirse en los campos de los alrededores inundados, en los rincones y rincones de las pistas y caminos, así como en las huellas de las ruedas de los coches. Casi cualquier lugar le sirve si es superficial y soleado. La abundancia de zonas reproductoras permite, además, alejarse de los depredadores y evitar la competencia de las larvas de otros anfibios.

Reproduce también corriendo

Sin embargo, estos pozos se secan rápidamente, por lo que para que la reproducción tenga éxito, las larvas también deben evolucionar rápidamente. Desde marzo hasta junio, el sapo corredor se reproduce en épocas de lluvias y temperaturas suaves, ya que es entonces cuando se forman los pozos en el arenal.

Desde marzo hasta junio, el sapo corredor se reproduce en épocas de lluvias y temperaturas suaves, ya que es entonces cuando se forman los pozos en el arenal. Abajo, a la derecha, los sapos recién metamorfoseados nacidos en el pozo de una zona de obras de Irun.
1-3-4: I. Garin; 2: O. San Sebastián
Por la noche los machos se acercan a los pozos y cantan para atraer alguna hembra al territorio que cada uno ha elegido. Los coros que se forman, de sonido metálico, son impresionantes. En Plaiaundi y Jaitzubia se juntan más de cien sapos.

Las hembras se acercan más tarde y, una vez elegido el mejor candidato, el macho abraza a la hembra, agarrada por las axilas --se produce un acoplamiento llamado amplexo--. Los ramos de huevos consisten en cordones largos y lingurosos de entre 2.800 y 4.000 individuos que se depositan en las ramas y plantas situadas en el fondo de los pozos o simplemente en el fondo. Y una semana después nacen los postres negro-pardos. Los renacuajos se alimentan de detritus y algas microscópicas.

Para la ejecución de la fase acuática, en Txingudi se ha detectado que algunos sólo necesitan 25 días. Hay que tener en cuenta que el clima, la altura y la latitud en la que viven condicionan el ciclo larvario del sapo corredor.

El tiempo necesario para su desarrollo depende del clima local y de las características de cada zona húmeda. En cuanto al tiempo, la temperatura media y el nivel de lluvia son importantes y es muy difícil predecir el número de estas variables en un determinado lugar. En cuanto a las características de los humedales, hay que tener en cuenta la naturaleza y profundidad del suelo. Y ese tiempo marca, sin duda, el tamaño de los pezones que se dirigen a tierra: Entre 6 y 12 mm según medido en Txingudi.

Durante el estudio se ha observado que los sapos son muy hábiles en la excavación y excavación del terreno. Precisamente, los suelos ligeros y arenosos en los que habitan son idóneos para la creación de refugios, aunque también utilizan grietas en el suelo y guardas y nidos de otros animales. Estos refugios son necesarios cuando llega el invierno rojo. De hecho, de noviembre a marzo, cuando las temperaturas nocturnas disminuyen considerablemente, la población costera elige el sueño, es decir, la hibernación. Pero también en verano puede haber problemas cuando son demasiado calientes y secos como el año pasado. Entonces, los apous tuvieron que pasar el verano en los burladeros para sobrevivir.

Al igual que ocurre con otras poblaciones de anfibios, la expansión del área urbana ha fragmentado y reducido drásticamente el hábitat del sapo. Por esta razón, los sapos los encontramos ahora en hábitats secundarios de origen humano como huertas, parques, zonas de obra y rellenos. En consecuencia, es urgente poner en marcha un plan de gestión de las poblaciones costeras del sapo corredor para su aplicación en la bahía de Txingudi. Otro tanto ocurre en otros lugares de la costa vasca como Gorrondatxe.

Los ejes principales del citado plan son similares a las iniciativas actuales de conservación de otras poblaciones de anfibios en peligro en el País Vasco. En definitiva, la mejora y recuperación del hábitat, como la creación de pozos especialmente diseñados para la reproducción de especies, el seguimiento anual de las fluctuaciones de las poblaciones y la investigación de campo de su ecología. Asimismo, es imprescindible realizar estudios genéticos de la especie, lo que nos permitirá conocer el origen del sapo, su estructura interna y el grado de igualdad con el resto de poblaciones.

Servicios
¿Cómo es?
· Anuro de 10 cm de longitud máxima. La hembra es mayor que el macho.
· Pupila horizontal con iris verde-amarillento.
· Parótidos grandes, renales y pardo-rojizos.
· Raya clara en la columna.
(Foto: I. Alvarez Maldonado)
· La coloración dorsal es predominantemente verdosa, pero muy variable según el medio: verde intenso, verde-amarillento, pardo, pardo-amarillento o pardo-rojizo.
· Vientre más claro, normalmente blanco o amarillento.
· Patas traseras cortas, especialmente preparadas para correr cortas.
Estatus:
En la CAPV, el Catálogo Vasco de Especies en Peligro de Extinción, clasifica a la población de Txingudi como vulnerable.
Garin, Ion; Gosá, Alberto; Rubio, Xabier; San Sebastián, Olatz
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Zoología