El magnetismo de lo excepcional
2011/11/24 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia
Los dos compañeros que se sientan a mi derecha y delante tienen la culpa de la columna de hoy. De hecho, el pasado jueves llegaron con risas de la reunión de documentación que celebran juntos debido a una historia de vacas magnéticas. “¿Sabías que las vacas se orientan en función del campo magnético de la Tierra?”, me dijo uno al sentarme. Y siguió sin aguantar la risa, en la cabeza de los campos de vacas orientadas Norte-Sur.
Los tres nos acordamos inmediatamente de los premios Ig Nobel. Los Ig Nobel honran los logros que le dan a la gente la primera risa, y se entregan unos días antes de que se anuncien los premios Nobel. Esta investigación bovina no recibió el premio Ig Nobel, pero ha dado mucho que decir y a mí también me ha contado.
Noticia estallada en agosto de 2008. Y lo he explotado porque en la web de Nature suscitó 32 comentarios. Lo que voy a decir es vacío científico y todo anecdótico, pero son muchos comentarios. Por ejemplo, en los últimos quince días la noticia que más comentarios obtuvo fue 17. Se refería a una novedosa explicación de la función de onda de la mecánica cuántica y un físico teórico que describió como “sísmico” dio paso a la noticia. A continuación, 9 comentarios fueron recogidos por las nuevas mediciones de neutrinos más rápidos que la luz, con más de 150 en septiembre. Y se situó en tercer lugar, con cuatro comentarios, “The mistery of the magnetic cows”, un nuevo estudio que se opone a la noticia de 2008.
A primera vista, no parece que las noticias tengan algo que ver entre sí, pero al menos tienen una característica común: se oponen a lo que sabemos, o a lo que se podía esperar, y en ese caso, tengan una conclusión a fondo que revoluciona la física, sea una anécdota fisiológica supuestamente sencilla, despiertan la atención. En definitiva, noticias que parecen sorprendentes, absurdas o disparatadas resultan llamativas para todos, tanto para los que trabajan en la tertulia en el bar como para los lectores de la web de la revista científica especializada Nature.
Centrándonos en los comentaristas, es evidente cómo han recurrido casi siempre a buscar posibles errores del experimento o a formular hipótesis alternativas y ortodoxas que expliquen los resultados heterodoxos obtenidos. Tal y como es debido entre los científicos, y fiel al método, se podría pensar, y parece que es así. Pero, al igual que la conversación coloquial, la web de la revista Nature no está a salvo de este fenómeno tan humano que se comentó antes.
Tras leer lo dicho por 29 comentaristas, los autores del estudio de vacas magnéticas se quejaron de esta frivolidad: “No esperábamos que nuestro artículo tuviera tal repercusión y estamos totalmente superados. Lamentablemente, la mayoría de los que han comentado, debatido y criticado nuestro estudio no han leído el artículo original (...). Los lectores con educación científica realmente creen que la prestigiosa revista PNAS publicaría si un estudio no es científicamente sólido y explicaciones alternativas (sol, viento, etc.) ¿no los ha tenido en cuenta?”
Basándose en fotografías de Google Earth, el equipo de la Universidad Duisberg-Esseb de Alemania analizó la posición de 8.510 vacas en 308 zonas del mundo y observó en directo a casi 3.000 ciervos. Y concluyó que existe una correlación significativa entre su posición y el campo magnético. En el caso de los neutrinos superluminosos, se han medido más de 16.000 eventos para comunicar el resultado.
Hoy por hoy, sin embargo, se cuestionan tanto las vacas magnéticas como los neutrinos superlumínicos, ya que hay que actuar mucho y correctamente (como tantas veces se ha repetido estas semanas) para ofrecer las pruebas únicas que requieren las aseveraciones extraordinarias. Mientras tanto, gracias al magnetismo de lo genial, nosotros seguiremos aprendiendo de la ciencia y de nosotros mismos, sonriendo, sorprendiendo o creyente.
Publicado en el diario Berria.
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