Detectan cómo un antibiótico desgarra la armadura de las bacterias

Detectan cómo un antibiótico desgarra la armadura de las bacterias


En la imagen superior se puede ver cómo la polimixina antibiótica destruye la armadura de las bacterias E. coli. Investigadores de la University College London e Imperial College London han conseguido por primera vez, a través de microscopía de fuerza atómica, ver cómo se produce este fenómeno. Mediante el paso de una aguja de unos pocos nanómetros por la superficie de la bacteria, se han obtenido imágenes con una resolución mucho mayor de la que sería posible con la luz. Estas imágenes muestran que la polimixina produce en pocos minutos ciertas protuberancias en la piel de las bacterias.

Las polimixinas se utilizan como tratamientos de última oportunidad para combatir las bacterias gram-negativas multiresistentes cuando el resto de los antibióticos fallan. Las bacterias gram-negativas tienen una membrana externa que actúa como armadura. Las polimixinas tienen como objetivo esta membrana externa, pero no se conocía cómo afectaban. Esto se ha aclarado en esta investigación a través de imágenes microscópicas y otros experimentos bioquímicos

Observaron que minutos después de la aparición de las protuberancias, la bacteria comienza a renovar la membrana externa. El antibiótico inicia un proceso de restauración de la pared de defensa de la bacteria, en el que la bacteria deja huecos en la pared de defensa, desde los que introduce el antibiótico y mata a la bacteria.

Sin embargo, los investigadores han constatado que este proceso sólo se produce en bacterias activas y no en el letargo o en la duermevela.El hallazgo ha sido sorprendente, ya que se pensaba que los antibióticos que atacan la piel de las bacterias podían funcionar en cualquier situación, incluso en el caso de las bacterias que estaban dormidas. Sin embargo, esta investigación ha demostrado que no, que este tipo de antibiótico solo funciona con la ayuda de la bacteria. Sin embargo, han visto que para hacerle frente, basta con dar azúcar a las bacterias, ya que las hace salir de su sopor. En el momento de introducir el azúcar, el antibiótico también pudo eliminar las bacterias que anteriormente estaban inactivas, con un retraso de 15 minutos.

Ahora, el siguiente reto es utilizar estos últimos descubrimientos para mejorar la eficacia de los antibióticos. Los investigadores han adelantado que la estrategia podría consistir en combinar el tratamiento de la polimixina con tratamientos que fomenten la producción de membrana externa o en el despertar de las bacterias dormidas para poder eliminar también estas células.

 

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