Algas: Útiles para la producción de combustibles
2000/03/26 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia
La noticia está ahí: un tipo muy usual de algas de difícil nombre -Chalamydomonas reinhardtias- se puede utilizar para la producción de hidrógeno, un combustible limpio y de diversos usos industriales.
De cara al futuro, en la búsqueda de energías alternativas, es evidente que el hidrógeno está bastante bien situado. De hecho, se cree que el hidrógeno podrá utilizarse para obtener electricidad a partir de pilas de combustible o para quemarse en motores.
Sin embargo, a pesar de que el hidrógeno está muy bien situado, su obtención es bastante complicada, ya que se requiere un complejo proceso químico. Este mismo camino, en la carrera de energías alternativas, tampoco es muy valorado, ya que el hidrógeno sale del gas natural. Como es sabido, el gas natural no es una fuente renovable. Por tanto, en la búsqueda de energías alternativas poco puede venir de ahí. La propia naturaleza ha ofrecido a los investigadores de la Universidad de California una mejor salida que los procesos químicos. Y es que durante el trabajo han descubierto: Que el alga Chalamydomonas reinhardtii es capaz de producir una gran cantidad de hidrógeno en una situación concreta. La intervención en el proceso de fotosíntesis de esta alga produce hidrógeno. Por lo tanto, en el caso de las algas, parece que en el futuro el agua y la luz solar serán las únicas materias primas. Sin embargo, los estudios realizados hasta la fecha se han realizado a un nivel bajo. En consecuencia, los datos de producción de las investigaciones actuales todavía no son apreciables. Sin embargo, el responsable de la investigación, el microbiólogo Tasios Melis, afirma que a medida que avanza en la investigación el proceso de producción de hidrógeno se multiplicará por diez, y entonces se podrá comprobar si el uso de algas para obtener combustible es rentable. Los datos han abierto el camino para ser optimistas. Según el estudio, una pequeña planta sería suficiente para cubrir las necesidades de una docena de coches cada semana.
Muchos expertos creen que en el futuro el hidrógeno será la principal energía renovable y sustituirá a los combustibles fósiles, ya que no daña el medio. Cuando se quema hidrógeno, queda agua -vapor–, agua potable. Sin embargo, si se quiere avanzar en este camino todavía queda mucho por investigar. Por ejemplo, habrá que estudiar bien cómo almacenar el hidrógeno, que es un gas muy volátil, encontrar mejores modos de transporte y, por supuesto, el sistema de suministro. Estos son problemas, pero no se cree que vayan a ser límites, sólo son objeciones.
Hasta que se ha topado con este curioso sistema y alga común, los científicos sabían que las algas son capaces de producir hidrógeno, desde hace tiempo, al menos desde hace 60 años. Gracias a los últimos estudios se ha podido encontrar el interruptor de las moléculas de las algas que hace que el sistema de fotosíntesis se ponga en marcha o se detenga. Si este sistema o proceso de fotosíntesis es continuo, la fotosíntesis se detiene y no se produce oxígeno. Para frenar el sistema se elimina el azufre en la zona del alga. Sin oxígeno, las células anaeróbicas son incapaces de quemar el combustible de forma normal, es decir, mediante la respiración metabólica. Para sobrevivir, las algas utilizan un sistema alternativo en el que producen hidrógeno. En esta situación las algas no pueden durar demasiado tiempo, pero sí lo suficiente para producir una cantidad relativamente elevada de hidrógeno. Por el momento, los investigadores han trabajado con un solo tipo de algas, pero creen que es posible que muchas algas tengan un sistema alternativo. Por tanto, serían una fuente de energía casi inagotable.
Algas, esas desconocidas
Aunque cada vez se conocen más cosas sobre las características de las algas, lo que saben los científicos todavía es muy poco. Las cantidades tampoco se ponen de acuerdo. Según algunos expertos, las especies descritas hasta el momento serían 45.000, otras afirman que hay unas 100.000 y, según los últimos datos, entre las descritas y las no descritas, el número de especies de algas podría rondar los 130.000. Aunque no haya consenso en ello, todos los expertos coinciden en que lo que se conoce de algas todavía es muy poco.
Sin embargo, como en otros casos de la naturaleza, a pesar de su abundancia, el futuro de las algas no es nada claro. El cambio de hábitos de vida también provoca cambios constantes en el mar. Cada vez hay más edificios en la costa, cada vez hay más gente en las costas, las consecuencias son claras: más contaminación, más aguas sucias al mar, degradación de la costa… cambio de la propia naturaleza.
Dicen que el futuro está en el mar, pero para que ese futuro sea una realidad hay que cuidar más el mar. De hecho, los procesos biológicos que se producen en el mar afectan a la estabilidad de todos los ecosistemas. Por todo ello, el XXI de muchos científicos. La investigación del siglo XX se centrará en el mar.
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