Incineradores alemanes, crónica de la visita
2003/12/02 Pikabea Amundarain, Nerea - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa
El 15 de octubre, todos los grupos políticos municipales representados en la Junta de la Mancomunidad de San Marcos eligieron una parcela del Ayuntamiento de Urnieta para la instalación de incineración en el polígono industrial de Erratzu, pero el 26 de este mes el Pleno del Ayuntamiento de Urnieta acordó solicitar la resolución de la Mancomunidad. En consecuencia, la Mancomunidad llevará a cabo una nueva investigación que analizará a todo el territorio de Gipuzkoa para determinar la ubicación de esta instalación. La incineración es la única alternativa viable, según la Diputación. Así se recoge en el propio Plan de Residuos de Gipuzkoa.
El Vertedero de San Marcos se va a llenar en 2006, por lo que a partir de ahí están tomando prisa para decidir qué hacer con la basura. Además, la directiva europea aprobada en 2000 prohíbe el vertido de basuras no tratadas previamente.
En algunos sectores de la sociedad se aprecia con desconfianza la idea de realizar una incineradora. Ante esta situación, la Mancomunidad de San Marcos ha iniciado una campaña de sensibilización y concienciación. En este sentido, ha organizado tres viajes a Alemania para visitar dos de sus plantas incineradoras: una para los representantes municipales de Urnieta, otra para los agentes sociales locales (entre ellos miembros del colectivo Arnasa, un equipo recientemente formado en contra de la construcción de la planta incineradora) y otra para los medios de comunicación. La invitación fue aceptada por 22 medios de comunicación de Gipuzkoa y cerca de una treintena de periodistas pudimos ver nuestro propio proceso de incineración. Junto a los periodistas, fueron técnicos de la Mancomunidad de San Marcos y redactores del Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Gipuzkoa.
Plantas incineradoras en Alemania
Los periodistas pudimos ver dos plantas de valorización energética en Alemania los días 20 y 21 de noviembre, una de Bonn y otra de Leverkusen, ambas en el centro y oeste de Alemania. Ambas instalaciones de incineración se encuentran ubicadas en el propio núcleo urbano.
No había olor en el exterior, pero tuvimos un calor y un olor increíbles en el interior. Tuvimos la oportunidad de charlar con algunos de los ciudadanos de Leverkusen y no tienen ninguna postura contraria a la incineradora.
La instalación que quieren realizar en el polígono industrial Erratzu de Urnieta sería similar a la de los mismos. En ambas instalaciones, además de la quema de residuos urbanos, se generan energía eléctrica y energía térmica. Esta energía se lleva a los hospitales, escuelas, hostelería y hogares de la zona.
Planta de valorización energética de Bonn
La planta de Bonn está en funcionamiento desde 1991. Queman 216.000 toneladas de residuos al año y da servicio tanto a los 300.000 habitantes de Bonn como a los vecinos de las comarcas cercanas. Genera anualmente unos 171 millones de kilowatios para calefacción y unos 71 millones de kilowatios para corriente eléctrica.
Consta de tres líneas de incineración independientes. Cada una puede quemar entre 10 y 12 toneladas por hora.
La planta de Lebverkusen es más antigua. En funcionamiento desde 1970. Allí se queman 210.000 toneladas de residuos al año y da servicio a 800.000 habitantes.
Consta de tres líneas de incineración independientes. Cada persona puede quemar hasta 9 toneladas por hora.
En Alemania hay cincuenta y seis incineradoras y se están construyendo cinco nuevas. En el estado español hay nueve y se están construyendo dos nuevos.
Proceso de incineración
Los residuos que no han sido recogidos selectivamente o que no han podido ser aprovechados de otro modo llegan a la planta incineradora.
Una planta de incineración consta de tres zonas básicas: un horno de incineración, una caldera de calentamiento y una instalación de depuración de gases de incineración. Además dispone de una sala de control. En esta sala se controlan las tres líneas del proceso de incineración y las medidas de gases que se están emitiendo a la atmósfera desde la chimenea.
Traen la basura a la planta en camiones y la echan en un gran agujero para acumularla. Esta basura es sacudida periódicamente a través de una grúa a la hora de introducirla en el horno crematorio para poder quemarla con la mayor homogeneidad posible.
Mediante la grúa llevan la basura hasta la tolva del horno donde la empujan hasta la parrilla del horno. La temperatura de los gases utilizados en la quema de los residuos debe ser como mínimo de 850 grados centígrados, según una directiva europea sobre incineración de residuos aprobada en 2000. De esta forma se garantiza el 100% de la basura.
Se necesita hora y media para quemar la basura. La capacidad de los hornos para quemar la basura es diferente. Podemos encontrar en el mercado tanto cinco toneladas como treinta quemas por hora.
El 68% de la basura que se quema en una incineradora se convierte en gas y se emite a la atmósfera. Para ello se utilizan unas chimeneas de 100 metros de altura. Previamente se realiza un proceso de depuración a estos gases para eliminar la mayor parte de las sustancias tóxicas, entre ellas dioxinas y furanos. El proceso de filtrado consta de varias fases. Las dioxinas y furanos son especialmente peligrosas por su toxicidad para el medio ambiente y los seres vivos. Según Xabier Garmendia, autor del Plan de Gestión de Residuos Urbanos de Gipuzkoa, sale gas limpio por la chimenea.
Al quemar la basura, calentando el agua que hay en algunos tubos del horno, se produce electricidad y calor. Estos gases desprendidos durante la incineración calientan las paredes de la caldera de agua y, con ello, los conductos del agua. Este agua se convierte en vapor. Este vapor se envía a otra instalación junto a la incineradora. Allí se transforma en electricidad y calor para calefacción.
El 25% de la basura que llega a la incineradora, una vez quemada, es tratada en una instalación de reciclaje para posteriormente ser utilizada como material de construcción de carreteras y aparcamientos. Otro 2% o 3% es hierro y aluminio y se utiliza en la industria.
El 4% o 5% de la basura es ceniza y no se puede eliminar, reducir más ni reutilizar. Es un residuo peligroso que se lleva a un vertedero de seguridad. En Alemania, por ejemplo, este residuo se almacena en las antiguas minas utilizadas para la extracción de sal.
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