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2002, año internacional del monte

2002/02/03 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El año 2002 fue declarado el año internacional del monte en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York el pasado mes de diciembre. Desde el acto de nombramiento se ha iniciado un nuevo año, pero no se ha difundido mucha información sobre este amplio programa. En cualquier caso, más interesante que analizar las causas de este bajo eco es determinar la situación actual de los montes y el destino de los actos que se van a organizar a lo largo de todo el año.
La situación de los montes en el mundo es muy diferente, lo que ha obligado a preparar planes locales. Por ejemplo, el plan de conservación de las montañas del desierto tendrá unas características especiales.

Partiendo de la situación actual de los montes en todo el mundo, la FAO (Organización Nacional para la Alimentación y la Agricultura) ha organizado para este año los actos que tiene por objeto poner en marcha proyectos locales.

Mucho más que la cima

Los ecosistemas de montaña son la quinta parte de la superficie flotante. Se calcula que una décima parte de la población humana obtiene directamente de la montaña los ingredientes necesarios para sobrevivir. Además, el bienestar de millones de personas que viven en las llanuras depende del estado de las montañas.

El agua y la madera son las riquezas más apreciadas del monte. De hecho, se sabe que las selvas, gracias a su capacidad de absorción de agua en masa, tienen una gran importancia en el equilibrio del ciclo del agua. Además, no podemos olvidar que la mayor parte de los ríos y arroyos nacen en los montes. En regiones áridas y semiáridas, cerca del 90% del caudal de los ríos proviene de los montes. Por otra parte, el agua del monte también es muy utilizada para la producción de hidroelectricidad. En Nepal hay 25.000 ruedas y otras 900 microturbinas.

En cuanto a la madera, basta con hacer una vuelta en Marrakech y observar la función de las pilas de madera de las orillas de la panadería para apreciar la importancia del monte. Y es que la madera de los Atlas es imprescindible para asar el pan de las casas al horno.

Por último, no podemos olvidar la riqueza biológica de las montañas, imprescindible para todo el planeta. Las comunidades que viven en el monte son las que mejor conocen a los animales y plantas salvajes de las selvas y, además de ser fuente de alimentación para ellas, obtienen de ellas otras ventajas desconocidas.

Pero la vida de las comunidades de montaña y sus ecosistemas están cambiando mucho. Hasta ahora sólo tenían relación con los mercados de la comarca para acceder a temas básicos que no podían encontrar en el monte. Ahora cada vez llega más gente (muchos turistas). Por poner un ejemplo, en 1964, sólo 9.526 foráneos acudieron a Nepal y, en 1993, 293.567 turistas. Ante estos cambios, pocos gobiernos han adoptado medidas para limitar el turismo, ya que la influencia de los turistas se percibe como un motor de la economía.

No perder el valor de los montes

La declaración del año 2002 como año internacional del monte tiene como objetivo concienciar a la sociedad de la necesidad de preservar el hábitat de los montes y asegurar la supervivencia de las comunidades locales. La valoración de los eventos anuales se hará midiendo el impacto en cada país y teniendo en cuenta la implicación de las organizaciones a nivel mundial.

Por lo tanto, los movimientos que se van a generar por comarcas tendrán una especial relevancia. Y es que, según los organizadores, la administración responsable de la explotación de los montes da más caso cuando detecta la presencia de los habitantes de la zona. Italia, Kirgueria y Madagascar han constituido ya los comités que trabajarán en esta línea. El resto de países tiene modelos. Conoceremos cuanto antes los eventos que tendrán mayor repercusión.

Publicado en el suplemento Estación de Gara.

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