Las Medulas: la fuerza del oro
El paraje de Las Medulas, al sur de la provincia de León, fue la mina de oro más grande del imperio romano. A eso le debe el aspecto particular que tiene el entorno.
Emplearon una técnica llamada ‘ruina montium’ para extraer oro. En primer lugar, traían el agua a los grandes almacenes desde las montañas cercanas a través de una amplia red de canales. Este agua se introducía súbitamente en las galerías excavadas en el suelo y la montaña, de material blando, explotaba por la presión del agua y del aire atrapado en la galería. Lavaban con agua la tierra así liberada y recibían oro.
Aquella brutal explotación del oro duró apenas 200 años. Y el pastoreo de los siglos posteriores también ha terminado, y el paisaje se ha naturalizado. Hoy en día parece que las cimas rojas, de casi 100 metros de altura, son las mismas.
Estos picos son tierra de conglomerados rojos que, además del oro, contiene plata, hierro y bórax, entre otros. El origen de estos conglomerados rojos es desconocido. La teoría predominante afirma que se trata de sedimentos acumulados tras la formación de la cuenca sedimentaria del Bierzo, pero también hay indicios de que se trata de sedimentos transportados a este lugar por un gran río antes de su formación.
Su misterioso origen geológico, su historia humana y las extrañas formas que han quedado hoy en día dan un encanto especial al paraje de Las Medulas. Tal vez por eso la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
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