}

La farmacia más grande no es la mejor

2008/10/01 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Internet es la farmacia más grande del mundo. Desde los medicamentos más prestigiosos hasta los tratamientos exóticos. Da todas las facilidades al comprador: no tiene horarios, envía por correo electrónico ofertas únicas a cualquier persona, nadie mira la cara del comprador, nadie hace preguntas personales y, incluso con los medicamentos que se venden con la receta, casi nunca pide la receta. Sí, ofrece de todo… menos seguridad.
La farmacia más grande no es la mejor
01/10/2008 | Galarraga Aiestaran, Ana | Elhuyar Zientzia Komunikazioa

(Foto: A. Hart-Davis; de archivo)
Dos de cada tres farmacias que se venden en red son falsas, el 95,6% de las farmacias que hay en Internet son ilegales, el 94% de los sitios web que venden medicamentos no dan nombre a un farmacéutico y nueve de cada diez no piden recetas al comprador. Así lo ha advertido la Asociación responsable de la seguridad de los medicamentos que se venden en Europa, EAASM ( European Alliance for Access to Safe Medicines ).

A la vista de los datos, cabe suponer que la compra de medicamentos por Internet puede suponer un riesgo. Y así es, en casos extremos puede provocar la muerte. Por ejemplo, hace apenas un mes el joven británico Selena Walrond murió al tomar un medicamento comprado en Internet.

Walrond, de 26 años, compró un compuesto prohibido a vender tanto en Estados Unidos como en Europa, dinitrofenol, que supuestamente adquirió de un sitio web chino. Al parecer, lo toman culturistas y atletas para perder peso, y la niña también tenía ese objetivo. Sin embargo, cogió cinco veces la dosis recomendada y murió de un infarto al día siguiente.

No todos los casos son tan graves, pero según el estudio realizado por EAASM, los medicamentos comprados por Internet no tienen ninguna garantía y pueden perjudicar al consumidor más que beneficiarle.

Desarrollo de la investigación

Acceder a cualquier medicamento a través de Internet es muy fácil. Sólo hace falta dinero.
De archivo

Este año se ha publicado el resultado del estudio sobre los medicamentos que se venden por Internet. En concreto, se ha investigado la venta de medicamentos que necesitan receta. A la hora de dar a conocer el resultado, los miembros de la asociación han destacado los datos anteriormente mencionados, pero gracias a la investigación también han sabido mucho más.

La investigación pretendía responder a dos preguntas: por una parte, de las farmacias de Internet que formaban la muestra, cuántas vendían ilegalmente medicamentos que necesitan receta, y por otra, qué proporción de los medicamentos que venden las farmacias de la red son falsos o de mala calidad.

Para ello, el primer paso fue intentar comprar medicamentos en Internet. No les costó mucho encontrar sitios web que los ofrecían. Bastaron varios buscadores con escribir palabras clave, en inglés --comprar (nombre del medicamento) on line, farmacia on line, farmacia barata, medicamentos on line -, para obtener un montón de sitios web.

Además, a través de los mensajes de basura que se reciben en el correo electrónico se encontraron nuevos puntos de venta de medicamentos. De hecho, el 95% de los mensajes que se reciben en el correo electrónico son spam, de los cuales una cuarta parte se refieren a medicamentos, según la empresa Ipswitch, encargada de la seguridad de la red y del correo.

En total se encontraron más de un centenar de sitios web. Para responder a la primera pregunta, se investigaron uno a uno y, según el resultado, la posibilidad de encontrar un lugar en Internet donde se venden los medicamentos de forma legal y ética es muy limitada: sólo en el 9,7% de los sitios web se solicitó la receta al comprador, aunque es imprescindible para acceder a los medicamentos solicitados. Este comercio, además de ilegal, no es ético para los investigadores, ya que los vendedores no valoran la salud y el bienestar del paciente.

En menos de una de las 10 webs investigadas se solicitó la receta al comprador.
De archivo
Es más, el 84,5% de las farmacias investigadas carecían de dirección física. Por lo tanto, si algún comprador deseara realizar una reclamación, no podría dirigirse a ningún sitio, simplemente tendría la dirección de internet de la web. Y es muy habitual que esas direcciones desaparezcan de un día para otro.

Así mismo, menos del 5% de los sitios web aparecían en las listas de farmacias oficiales; tan sólo el 6,2% ofrecía el nombre y la posibilidad de contactar con un farmacéutico real; en el precio de los medicamentos aparecían descuentos y ofertas especiales en muchos sitios web, aunque no se aceptasen...

A la vista de todo ello, EAASM ha llegado a la conclusión de que, en general, los sitios web de venta de medicamentos por Internet no son fiables.

Segundo paso

Las farmacias de red son muy pocas las que ofrecen el asesoramiento de un farmacéutico.
De archivo

A pesar del peligro que supone la puesta a disposición incontrolada de los medicamentos, es más peligroso aún la ausencia de garantías sobre el producto, es decir, la veracidad y calidad del medicamento. La segunda parte de la investigación fue planificada y llevada a cabo con el objetivo de esclarecerla.

Los investigadores tomaron una tarjeta de crédito (MasterCard) y solicitaron dieciocho conocidos medicamentos en las farmacias de Internet. Para la elección de estos medicamentos se tuvo en cuenta la lista de medicamentos más vendidos en Estados Unidos. Por otro lado, cabe destacar que estos medicamentos y otros similares son los que aparecen en los mensajes de basura.

De estos 18 fármacos, tres están destinados al tratamiento de disfunciones erectivas (Cialis, Levitra, Viagra), uno para evitar la caída del pelo (Propecia), otro para adelgazar (Reductil), seis para tratar enfermedades respiratorias o circulatorias (Lipitor, Plavix, Seretide, Verscoyl, Micardis, Prirpriimp, etc. Todos ellos son famosos y se fabrican en laboratorios conocidos.

Todos, dieciocho, necesitan una receta médica para poder comprarla. Sin embargo, cuando los investigadores hicieron la solicitud en las páginas web, no tuvieron ninguna dificultad para comprarla sin recetas. Les hicieron pocas preguntas y no les dieron consejos. En algún caso, había que rellenar un sencillo formulario sobre el estado de salud del comprador, pero no hacían nada para verificar las respuestas. En un único caso recibieron una llamada de los vendedores, advirtiéndole que el comprador era mujer y que el producto que quería comprar era para hombres. El investigador respondió que era para su marido, y los vendedores lo consideraron suficiente.

Se recibieron todas las solicitudes realizadas, excepto dos. Se realizaron dos tipos de estudios, uno a simple vista y otro en laboratorio. Para la primera, la Asociación de Medicamentos de Londres reunió a veintidós expertos: representantes de asociaciones de pacientes, especialistas de seguridad, farmacéuticos, farmacéuticos, policías, un experto en comercio internacional... Se analizó el aspecto y contenido de los paquetes y, a la vista del resultado, los productos recibidos no parecían muy fiables.

Fue enviado a los laboratorios que elaboran cada uno de los medicamentos que recibieron por internet para su revisión.
De archivo
Aunque algunos medicamentos tenían la apariencia de auténticos, otros estaban envueltos en papel de periódico y era evidente que la caja era falsa o no tenía instrucciones, o la página estaba escrita en muchas lenguas y tenía errores, o las pastillas estaban en una bolsa transparente, sin otros embalajes... Eso sí, en cinco casos había algunas pastillas más, de regalo.

Para llevar a cabo la investigación de laboratorio, fue enviado al laboratorio que elabora cada medicamento para su estudio. Se trataba de comprobar si eran ciertos, determinar la proporción y eficacia del componente activo y analizar la posible pérdida o degradación del medicamento por estar incorrectamente recogido o almacenado.

El resultado de los análisis no fue nada relajante: el 62% de los productos eran falsos o no estaban autorizados. Este resultado se ajustaba casi exclusivamente a lo visto por el equipo de expertos, que demostraron que un medicamento aceptado por los expertos era malo en el laboratorio. Sin embargo, cualquier persona que no sea experta no distinguiría tan bien al verdadero y falso medicamento.

El 38% restante eran reales, realizados en laboratorios originales. Pero de ellos, el 16% eran importados ilegalmente de Estados Unidos, y un tercio no disponían de hojas de instrucciones para los pacientes.

El 10% de los medicamentos que se venden en países en desarrollo son falsos.
Dystopian Optimist/Algunos derechos reservados

Todos uno

Además de la asociación EAASM, otras asociaciones e instituciones han realizado investigaciones sobre los medicamentos que se venden por Internet, con resultados similares. Por ejemplo, el año pasado la OCU de consumidores y usuarios de España realizó un estudio de este tipo. La muestra era menor, pero bastaba para demostrar que los sitios web que vendían medicamentos por Internet actúan ilegalmente y que los productos que vendían podían ser muy perjudiciales para la salud.

Según la Organización Mundial de la Salud, la mitad de los medicamentos que venden sitios web con dirección física son falsos. Es más, además de Internet, el 10% de las farmacias que se venden en países en desarrollo son falsas y el 1% de las que se venden en países desarrollados. Esto significa que 7 millones de medicamentos vendidos el año pasado en Gran Bretaña y 16 millones de medicamentos vendidos en Alemania, por ejemplo.

Además, los datos de los servicios de información muestran que el mercado de medicamentos ilegales ha crecido exponencialmente en los últimos años. En Europa, en 2005 se incautaron el doble de medicamentos falsos que en 2004 (500.000 productos), y en 2006 fue cinco veces más que en el año anterior (2,7 millones en concreto). En 2007 creció aún más y sigue creciendo.

José Luis Segura, responsable de comunicación de la Organización de Consumidores y Usuarios del País Vasco (OCDE), asegura que este mercado está en auge. No se puede saber cuántas personas compran medicamentos por Internet porque son operaciones privadas. Además, Segura habla de "pocas denuncias" por vergüenza o miedo. Sin embargo, debido a la venta de artículos de maleza, medicamentos falsos, degradados, caducados, placebos y productos que no han pasado por control alguno, hay problemas, aunque no tienen datos concretos.

El mercado de medicamentos ilegales ha crecido exponencialmente en los últimos años.
B. Elliot
En cualquier caso, la RCE y otras asociaciones y organizaciones que se ocupan de la seguridad de los consumidores y de la salud de los pacientes exigen que se extremen las medidas de control. Las agencias de medicamentos de la Unión Europea ya han constituido un grupo ( Working Group of Enforcement Officers, WGEO) para facilitar la colaboración, coordinación e intercambio de información entre todos los agentes implicados en la lucha contra la producción y distribución ilegal de medicamentos.

Además, tanto la Unión Europea como las administraciones nacionales han establecido planes de acción específicos para hacer frente a este problema. Mientras tanto, lo mejor será seguir las recomendaciones y comprar medicamentos en farmacias fiables.

Salud en peligro
Los medicamentos vendidos por internet pueden ser muy perjudiciales para la salud e incluso mortales. El estudio de la asociación EAASM revela que dos de cada tres son falsos o no están autorizados. Los medicamentos contienen, además del componente activo, otras sustancias que contribuyen a su conservación y a su efecto sobre el organismo. Sin embargo, los medicamentos que se venden por Internet tienen muchos defectos:
· Hay algunos que no tienen la dosis necesaria y un número insuficiente de componentes activos puede ser tan peligroso como el exceso.
· Tienen otro componente activo en lugar de lo que deben tener.
(Foto: De archivo)
· Sin componentes activos.
· Contienen componentes tóxicos como pintura, cera para aceros, betún, talco en polvo, tiza...
· Componentes correctos pero degradados por un almacenamiento incorrecto.
· El propio medicamento no presenta ningún defecto, pero la hoja de instrucciones está errónea o no contiene ningún tipo de documento.
Belen Larrañaga Arregi: "La mayoría de las quejas se deben a productos adelgazantes"
Belen Larrañaga es directora del Centro de Información de Medicamentos de la Asociación de Farmacéuticos de Gipuzkoa. Nos hemos dirigido a él para saber si los pacientes de aquí compran muchos medicamentos por Internet y si esto les produce consecuencias. Con estas preguntas hemos comenzado la entrevista.
¿Aquí la gente tiene costumbre de comprar medicamentos por internet? ¿Sabéis por consumir estos productos que tienen problemas?
No, normalmente la gente acude a la farmacia a comprar medicamentos, muchas veces a la farmacia de siempre. Por otro lado, son pocas las farmacias que ofrecen sus productos a través de Internet, y las que tienen sitio web tampoco venden medicamentos, sino sobre todo productos dietéticos e higiénicos. Por tanto, es muy difícil tener problemas por comprar y consumir estos productos.
Sin embargo, hay problemas, pero no por los productos comprados en las farmacias de aquí. En Estados Unidos, por ejemplo, algunos productos que son medicamentos se venden aquí como aditivos dietéticos, que también están disponibles en internet; si alguien quiere comprarlos, no tiene ningún inconveniente. Pero tampoco seguridad.
El problema surge cuando no se controla la seguridad y el consumo de los productos. Por ejemplo, en breve se comercializará la melatonina en la Unión Europea para tratar el insomnio resultante del jet lag. Sólo está permitido y se vende en la dosis necesaria para su tratamiento. Sin embargo, en Estados Unidos desde hace tiempo se encuentra en el mercado y se encuentra fácilmente en Internet. Sin embargo, el comprador no tiene ninguna garantía y en los estudios que se han realizado han comprobado que las dosis no son las indicadas. Esto puede causar problemas, ya que la melatonina puede causar daño, aunque la gente lo considere de otra manera.
Belen Larrañaga, directora del Centro de Información de Medicamentos de Gipuzkoa, en su despacho.
(Foto: A. Galarraga)
¿Son las personas que han tenido problemas con los medicamentos comprados por Internet? Y si es así, ¿por qué botiquín?
Sí, no muchos, pero algunos nos han llamado por ese motivo. Por ejemplo, cuando ocurrió el boom de Viagra, tuvimos alguna llamada indicando que compró Viagra y que no le hizo nada.
Sin embargo, es mejor no hacer nada que dañar. Por ejemplo, recibimos muchas quejas sobre cremas para tratar la psoriasis. No sé dónde los compran porque son naturales y hemos visto que algunos tienen altas dosis de corticoides.
La mayoría de las quejas se deben a productos adelgazantes. La gente quiere milagros y por eso compra este tipo de productos en lugar de ir al médico o al dietista. Otros, por el contrario, acuden a Internet porque saben que no van a poder obtener el producto que quieren de forma legal, porque necesitan receta o porque no se venden en farmacias.
El caso de Viagra y similares es diferente, porque ir al médico les da vergüenza comprar por internet. Finalmente, compran las cremas cutáneas porque no encuentran solución al problema. De hecho, para algunas afecciones cutáneas es difícil encontrar un tratamiento eficaz; al final hay pacientes tan desesperados que se arriesgan a probar a los vendidos por Internet.
Ha dicho que la mayoría de las quejas son por productos de adelgazamiento. ¿Qué tipo de problemas generan?
Cada vez más chavales y chavalas intentan comprar productos para adelgazar, incluso los que no son obesos.
(Foto: De archivo)
El problema es que estos productos de adelgazamiento suponen una pérdida de agua y de electrolitos. Rompen así el equilibrio del organismo. Además, muchos tienen hormonas tiroideas que pueden provocar hipotiroidismo.
La verdad es que la obesidad es un problema grave, pero además en algunos casos puede haber una anorexia o una bulimia o una alteración semejante. Es decir, no todas las personas que buscan comprar productos adelgazantes tienen obesidad. Muchos, especialmente los más jóvenes, quieren adelgazar aunque no les sobra ni un solo kilo.
Es un problema grave. Por ejemplo, el año pasado realizamos una campaña conjunta con la asociación de anorexia y bulimia ACABE para llamar la atención y detectar estos casos, ya que cada vez son más los niños y niñas que intentan comprar diuréticos o laxantes en las farmacias con el objetivo de adelgazar. Acuden principalmente en busca de laxantes, ya que para comprarlos no se necesita receta. En las farmacias, sin embargo, existe un control y nosotros nos centramos en detectar estos casos. Sin embargo, en Internet, pueden comprar lo que quieran, sin ningún problema.
¿Qué crees que se puede hacer para que la gente compre medicamentos con todas las garantías, sin poner en peligro la salud?
La solución, por supuesto, es la educación, pero eso da resultado a largo plazo. Mayor control a corto plazo. Las autoridades están haciendo esfuerzos, pero hay mucho que hacer.
Yo creo que es necesario un control más estricto, también hay que controlar los anuncios. Y las multas deberían ser más duras. Y es que seguimos viendo la publicidad de productos poco seguros, sobre todo de adelgazamiento. Y sí, a veces reciben multas, pero el pago de la multa les sale barato en comparación con lo que ganan, por lo que si no se impone una multa más dura no se soluciona nada.
Galarraga de Aiestaran, Ana
Servicios
246
2008
Servicios
026
Farmacología; Medicina; Internet; Ética
Artículo
Otros

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia