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Entre amigos sobre ciencia

1993/11/01 Aizpurua Sarasola, Joxerra Iturria: Elhuyar aldizkaria

El pasado mes de abril la UPV organizó en Donostia un congreso sobre Filosofía de la Ciencia. Aunque hubo muchos participantes, nosotros elegimos a dos científicos locales para hablar de ciencia. Ambos son físicos teóricos, pero cada uno trabaja diferentes campos. Jean Marc Lévy Leblond (de izquierda) es un físico teórico y es catedrático de Física en la universidad de Niza. Realiza sus investigaciones en el campo de la física cuántica y dirige una revista que aúna cultura, ciencia y técnica. Históricamente ha estado muy cerca de los movimientos humanos y su ejemplo es su participación en el movimiento de mayo del 68. Jorge Wagensberg (derecho) también es físico teórico. Tiene publicaciones sobre problemas filosóficos de la física, pero su principal característica es ser director del Museo de Ciencias de Barcelona. El citado Museo de Ciencias es pionero entre los Museos y presidente de la Asociación de Museos de Ciencias a nivel europeo, Jorge Wagensberg. En estas entrevistas contamos con la colaboración del científico vasco Alfonso Martínez de Lizarduikoa y de Elhuyar.

La ciencia junto con la sociedad

Jesús M. Peman

Elh-Jean Marc, ¿cómo está la física actual?

JML-En los últimos cincuenta años los físicos no han avanzado. Es más, algunos de los problemas que se han discutido a lo largo de este periodo son sin sentido. A pesar de haber obtenido fórmulas matemáticas concretas para demostrar las teorías, los físicos han visto que la realidad que representan esas teorías y la que nos rodea son radicalmente diferentes. Hay profundas diferencias entre lo que manda la intuición y lo que la naturaleza ha demostrado.

Elh-1968. A partir de ese año, además de en la práctica científica, usted se ha sumergido en las implicaciones filosóficas y sociales de esta práctica. Desde entonces hasta la actualidad las sociedades, las ideologías y las políticas han cambiado mucho. ¿Qué puede decir de la relación entre ciencia e ideología en 1993?

JML- Creo que los análisis realizados en la década de los 70 siguen vigentes, pero con algunas observaciones. El punto de vista de la gente de mi generación sobre la ciencia era lleno de contradicciones. Por un lado, la ciencia se consideraba neutra o independiente del contexto político, pero también se reconocía algo positivo. Por otro lado, se observó que la ciencia era una actividad social; en los laboratorios se creaban máquinas gigantes de alto coste y en ellas trabajaban cientos de personas. Por ello, vimos claramente que la ciencia no podía diferenciarse de la sociedad. Esa es la herencia de los años 70, pero no hemos sido capaces de transformar toda esta experiencia como práctica alternativa. Pensamos que la ciencia es de esta sociedad y que si hubiera otra sociedad también habría otra ciencia.

Elh- Hace 2000 años en China puentes de hierro, polos magnéticos, máquina de vapor, etc. los conocían, pero no avanzaron. ¿Cómo ve este tema?

JML- Si la sociedad china hubiera avanzado, probablemente el conocimiento que tenemos hoy de la naturaleza hubiera sido diferente. Fue una forma de conocer la naturaleza tecnológicamente, fue también un embrión científico, pero no tuvo desarrollo. ¿Por qué?,... no sé.

En una obra llevada a cabo por el Club de Elh- Roma se indica que el capitalismo no podrá mantener el nivel de desarrollo alcanzado hasta la fecha, y ello se debe a la limitada gestión de los recursos del planeta. Se prevé, por tanto, que el capitalismo no podrá desarrollarse exponencialmente como hasta ahora. ¿Qué opinas de esta idea?

Jesús M. Peman

JML- En general estoy de acuerdo con esta opinión, pero creo que el capitalismo todavía tiene muchos recursos. La crisis y la propia contaminación, por ejemplo, pueden ser el motor del desarrollo. No obstante, esta situación no podrá mantenerse durante mucho tiempo. Si no, nos sumergiremos cada vez más en crisis. La única solución que yo veo a corto plazo es situar la ciencia en el contexto cultural de la sociedad; de alguna manera el XVIII. Fundada en el siglo XIX Similar al desarrollado en el siglo XX. Hoy en día veo que la divulgación del conocimiento está en crisis.

Algunos creen que el mero conocimiento científico sirve para solucionar cualquier problema. Por ejemplo, ¿hay que crear centrales nucleares? La respuesta tradicional sería explicar al ser humano el funcionamiento de la central nuclear. Pero para mí la pregunta no está bien hecha. En cambio, habría que preguntarse si necesitamos más energía? La pregunta no es de física, sino de economía social, es decir, de un tema en el que los físicos no podemos hablar como físicos.

Elh- Vosotros sacáis una revista que quiere unir ciencia y sociedad. Por otro lado, afirma que la falta de conocimiento que el científico actual tiene sobre la sociedad es muy difícil de divulgar. ¿Cuál es el sentido de la revista?

JML- Creemos que el científico debe tener una conciencia más clara del mundo que le rodea. Tiene que reconocer que vive en el mismo mundo que otras personas y, en consecuencia, comprender sus puntos de vista sobre la ciencia. Debe interesarse por la literatura, el cine y el teatro, lugares en los que la sociedad conoce lo que piensa de la ciencia. En la actualidad apenas hay comunicación entre ciencia y sociedad. Por eso, nuestra intención en nuestra revista es utilizar la ciencia haciendo una cultura.

Elh- ¿Es la ciencia universal? ¿Puede cada pueblo abordar el reto de la ciencia desde su antropología, su lengua, su historia?

JML- Muchas veces me pregunto lo mismo, pero no encuentro respuesta. Creo que sólo hay dos opciones.

Por un lado, la ciencia estadounidense puede convertirse en una ciencia mundial, totalmente uniforme en los principios científicos y su transmisión. Creo que en los últimos 30 años nos hemos sumergido en esta tendencia.

Por otro lado, la uniformidad no sería generalizada. Leyes físicas, ensayos biológicos, etc. serían iguales en Nueva York, Moscú o San Sebastián y formarían el esqueleto de la ciencia. Pero un esqueleto necesita carne para poder vivir y esa carne sería la cultura en el caso de la ciencia.

Jesús M. Peman

Sin embargo, si un pequeño pueblo de características especiales toma el camino de la resistencia, no creo que tenga posibilidad de mantenerse. Su única posibilidad de permanencia es conectarse y relacionarse con el exterior.

Elh- Uso creciente del reciclaje. Cuando se recicla la materia, ¿el producto producido tiene mayor memoria histórica o tiene más fatiga?

JML- En el mundo estadounidense nada tiene memoria histórica, ni pasado ni futuro. Sólo sirve lo puntual. Nuestra alternativa se basa en culturas antiguas. Debemos conocer, aprovechar y transformar la memoria histórica de las culturas antiguas. Dicho de otro modo, no podemos saber a dónde vamos si no sabemos de dónde venimos. La filosofía del reciclaje, para mí, debe basarse en eso, pero no sólo en la producción, sino en la economía en general.

Elh- Gracias Jean Marc.

¿Para qué los museos de ciencias?

Elh- Jorge, ¿nos cuenta el objetivo y las actividades del Museo de la Ciencia de Barcelona?

Aunque se llama JW- Museo, diría que además de museo es una universidad popular. La ciencia tiene cada vez más influencia en nuestra vida, pero al mismo tiempo la diferencia entre el ser humano y la ciencia es cada vez mayor. El objetivo del museo de ciencias es, por tanto, acercar la ciencia al ser humano. Para ello, tratamos de aclarar no sólo la explicación física de los fenómenos científicos, sino también su justificación, todo ello de forma sencilla y atractiva. Parece que cuando hablamos de una forma sencilla, entramos en el mundo infantil y, por tanto, dejamos fuera el mundo de las personas adultas. Queremos romper este tópico y para ello realizamos otras actividades en el museo, como cursos, ciclos de conferencias, debates, publicaciones, etc. Otro de los objetivos del museo es generar opinión sobre la ciencia. La gente tiene su opinión sobre la política, la economía o el deporte, pero la ciencia casi no está en ningún sitio. Además, los científicos tampoco intentan generar opinión sobre la ciencia. Con el objetivo de generar opinión sobre la ciencia, los expertos y los profanos nos enfrentamos en los ciclos denominados “noches de museo”.

Elh- ¿Cuál es vuestra estructura jurídica?

Somos la fundación JW- Gu, de capital privado. Para nosotros esta estructura es la mejor para garantizar la neutralidad e independencia que cualquier proyecto de ciencia e investigación necesita.

Si quisiéramos crear un Museo de Ciencias en Elh- Euskal Herria, ¿cuáles serían las condiciones mínimas?

Jesús M. Peman

JW- En primer lugar, y en mi opinión lo más importante, debe estar un embrión que esté formado por científicos o personas enamoradas de la ciencia. Este embrión tiene que ver y conocer otros museos y, en función de esa experiencia, debe elaborar un proyecto en el que se definan los temas científicos y el lugar de ubicación. Tiene que haber voluntad de crear un museo de ciencias y, si hay voluntad, añadiría que no es posible el fracaso. Al haber un mínimo de visitantes, el proyecto no puede fracasar culturalmente. Quiero destacar la palabra cultura, ya que la asociación cultural no suele ser económicamente rentable. Es más, no sería bueno que fuera rentable. La recaudación por ingresos no debería superar el 20% de los gastos.

Si no, sería señal de que el museo no se renueva. Por tanto, conviene asociar el museo a una o varias entidades financieras. Actualmente en Europa existe suficiente apoyo logístico e intelectual para poder llevar a cabo este tipo de proyectos. El Museo de Ciencias de Barcelona se ha convertido en itinerante bajo el título de Carpa de Ciencias. La mencionada Carpa Científica ha estado presente en Bilbao, Pamplona y San Sebastián en los últimos años y puedo decir que en estas estancias el País Vasco cumple con todos los requisitos necesarios para formar su Museo de Ciencias.

Elh- En tus escritos da mucha importancia al azar, ¿no?

JW- Hablar de azar en ciencia es como hablar de ley. El científico siempre ha querido encontrar leyes de la naturaleza. Por lo tanto, el azar se ha considerado un enemigo para poder llevar a cabo las investigaciones. El análisis de los sistemas que permitan comprender temas relevantes para la ciencia en la actualidad requiere analizar con su complejidad y considerar el noviembre como un elemento importante en estos análisis. Hasta hace poco la ciencia quería dejar a un lado el noviembre, pero cuando llega la física cuántica se puede decir que la ciencia ha firmado un acuerdo con la probabilidad y el caos.

Aunque parezca sorprendente, no se puede ignorar el desconocimiento para trabajar el conocimiento.

Elh- ¿Cómo nos ves a los vascos?

JW- Peculiaridad de Euskal Herria, es decir, lengua, pueblo, etc. es muy importante para mí. He encontrado una gran preocupación intelectual, pero la violencia me preocupa mucho. Para mí la violencia y el conocimiento están muy unidos. El conocimiento supone tolerancia y la tolerancia es un método científico en sí mismo. Para mí un político muy místico o un constructor de puentes muy artista o un amante lleno de cientifismo pueden ser muy peligrosos. Cada uno es necesario en su campo y en este momento considero interesante aplicar el método científico en casos de violencia.

El método científico debe cumplir tres requisitos básicos. Por un lado, hay que separarse del objeto; por otro, tiene que ser dialéctico con el ensayo (es decir, disponer de métodos para recoger las consecuencias de las decisiones) y finalmente debe ser comprensible. Exyugoslavia me bombardearía con muchos métodos científicos y toneladas de conocimiento.

Elh- Gracias.

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