}

Capacidad de beber leche en evolución

2007/01/14 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La leche perjudica a muchos adultos. Todos los niños son capaces de digerir la leche materna, pero a medida que crecen pierden esa capacidad. Sin embargo, algunos grupos de población mantienen su capacidad de digerir la leche. Los investigadores han buscado su explicación en el ADN y no han fallado: han demostrado que la clave está en varias mutaciones.
La capacidad de metabolización de la lactosa difiere mucho de unos países a otros.
Delaval

Antes de que los animales llegaran a domesticar, hace 9.000 años o más, cuando el niño dejaba de mamar, no tomaba otra leche, por lo que a medida que maduraba, perdía la capacidad de producir la enzima (lactasa) necesaria para digerir la lactosa.

La población actual es posterior a aquella época, por lo que no es raro encontrar personas adultas sin poder digerir la lactosa. Si toman leche, la lactosa no se puede digerir, sin malestar. Los síntomas más comunes son dolor abdominal, vientos, náuseas y diarrea, entre otros.

Pero hace 9.000-8.000 años, el hombre domesticó los animales. Entonces, la leche al alcance de los hombres y las mujeres se convirtió en una ventaja poder digerir este alimento. Por lo tanto, la evolución apostó por aquellos que podían digerir la leche gracias a una mutación.

Zona pueblo a pueblo

En muchos pueblos ganaderos de África, la leche es un alimento básico. (Foto: X. Fuente)

Sin embargo, la capacidad de metabolización de la lactosa difiere considerablemente de unos grupos de población a otros. Por ejemplo, en la mayor parte de Asia no ha habido cría de ganado y la mayoría de sus habitantes no pueden tomar leche, ya que no tienen capacidad para digerir la lactosa. Por el contrario, los antepasados del norte de Europa crecían ganado, donde muy pocos tienen intolerancia a la lactosa.

En 2002, investigadores identificaron la mutación que capacita a personas adultas de Finlandia y de la zona para metabolizar la lactosa. La mutación está en un gen relacionado con la producción de lactasa. Sin embargo, los investigadores se sorprendieron al comprobar que la mutación no es tan frecuente entre los habitantes del sureste de Europa que beben leche, ni en los pueblos pastores de Oriente Próximo y África.

Para resolver el misterio, es decir, para saber si la tolerancia a la lactosa se ha desarrollado de otra manera en estos países, investigadores de la Universidad Maryland de Estados Unidos han realizado un estudio genético.

Han investigado a 110 personas de 43 pueblos o grupos de Kenia, Tanzania y Sudán. Han estudiado su ADN y han medido tolerancia a la lactosa. El resultado es que se han encontrado otras tres mutaciones que permiten digerir la lactosa.

Además, los investigadores han comprobado que una de estas mutaciones, la más común, se produjo hace entre los 3.000 y los 7000 años. Según las huellas, el ganado que domesticó en la zona hace unos 8.000 años y ahora se ha demostrado que se expandió muy rápidamente.

Por tanto, se aclara que la tolerancia a la lactosa se ha desarrollado por diferentes vías. Según los investigadores, la presencia de estas variantes es un ejemplo representativo y elegante de la influencia de la cultura en el genoma.

Proteínas de la leche

Es relativamente frecuente que exista alergia a las proteínas de la leche de vaca. (Foto: Delaval)

Una de estas mutaciones hace que mucha gente pueda digerir la lactosa. Pero a pesar de que una persona tenga suficiente lactasa, la leche de vaca puede dañarla. La causa más frecuente es la alergia a las proteínas de la leche de vaca. El sistema inmunológico de los alérgicos considera nocivas las proteínas de la leche de vaca y actúa contra ellas. Los síntomas derivados son similares a los de la intolerancia a la lactosa, por lo que no es raro mezclar ambos problemas.

Sin embargo, la mayoría de los que no pueden tomar leche no tienen problemas para tomar lácteos, por lo que pueden aprovechar los beneficios de este rico alimento.

Publicado en 7K.