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Bacterias queridas, tan cerca y casi sin nosotros

2006/07/23 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Las bacterias son conocidas sobre todo por las enfermedades que provocan, como la Salmonella, en boca de todos en verano, y la Legionella, que ha traído tantos quebraderos de cabeza en Pamplona. Pero la mayoría de las bacterias no causan enfermedades, sino que la mayoría de las bacterias que tenemos en nuestro cuerpo son necesarias para la vida. Imagina que en el mismo momento en que nacemos las bacterias comienzan a colonizar nuestro cuerpo.

El momento del nacimiento y el primer año de vida son fundamentales en la vida de un niño en muchos sentidos. En su relación con las bacterias también es fundamental esta época, ya que el niño empieza a recibir bacterias desde el mismo momento del parto, como se ha dicho, y para un año tiene colonias bacterianas similares a las de un adulto.

Una de las bacterias que se dan en boca de todos en verano es la Salmonella, la bacteria responsable de la salmonelosis. (Foto: NIAID, NIH)

Para ver cómo evolucionan las colonias bacterianas de los niños, estudian las heces, que son las bacterias más abundantes en el aparato digestivo y sobre todo en el intestino. En un estudio publicado recientemente, por ejemplo, se analizaron las heces de catorce niños desde que nacieron hasta que cumplieron un año, y se compararon con las bacterias de cada madre: vaginales, fecales, cutáneas de pecho... De esta forma se analizó la principal fuente bacteriana del niño.

El niño recoge la mayoría de las bacterias de su madre. Durante el embarazo, el niño se encuentra en un entorno estéril, el útero. Pero al parto comienza a recibir bacterias, sobre todo de la madre. El primer contacto se realiza con bacterias vaginales de la madre, que se adhieren a la piel e incluso se tragan hacia fuera del cuerpo de la madre; y, una vez fuera, recibe a los que están en el aire, a los de la piel de la madre, a los de la leche de pecho, etc., y no sólo a los de la madre, entre otros, a los que el niño se acerca de forma acariciosa. Así, en poco tiempo las bacterias han colonizado el nuevo cuerpo.

Flora intestinal abundante

Ha llegado el momento de prestar más atención a las bacterias, no sólo a las que causan enfermedades, sino también a las que viven en estrecha relación con el cuerpo humano.

Estas colonias de bacterias constituirán una barrera protectora frente a otras bacterias y microorganismos. De alguna manera, no dejarán sitio a otras bacterias. Imagínate que sólo en el intestino cada uno tiene 1,2 kilogramos de bacterias. La flora intestinal es, por tanto, muy abundante.

La flora intestinal contribuye a diversas funciones vitales: ayuda a la digestión de algunos azúcares vegetales, produce algunas vitaminas (como la vitamina K) y promueve el sistema inmunitario. Por lo tanto, las bacterias intestinales son imprescindibles para vivir.

Estas bacterias han evolucionado con el hombre, están adaptadas a vivir en el cuerpo humano (principalmente en la piel y el intestino). Los más conocidos son los lactobacilos y las bifidobacterias, pero hay muchos más: hay más de mil especies de bacterias que viven en estrecha relación con el hombre. Eso sí, se considera que cada individuo tiene unas cien especies, por lo que cada uno tiene su propia combinación de bacterias y no tiene por qué ser la misma que la del lado.

En el cuerpo tenemos billones de bacterias, muchas en la piel y la mayoría en el aparato digestivo, sobre todo en el intestino.

Las bacterias son como las huellas dactilares de cada uno de nosotros. Y viven en estrecha relación con nosotros. Desgraciadamente, a pesar de su importancia para la vida, hasta ahora se ha prestado poca atención a las bacterias que no causan enfermedad. Sin embargo, parece que esto está a punto de cambiar, ya que aumentan las investigaciones relacionadas con las bacterias.

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