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Aduana, parada a plazo desconocido

2011/09/01 Lakar Iraizoz, Oihane - Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

Debido al riesgo que pueden presentar o a sus requerimientos para llegar correctamente al destino, es necesario tomar medidas para el transporte de sustancias biológicas y químicas. Y en las fronteras entre países, las autoridades controlan con rigor lo que entra y sale.
Aduana, parada a plazo desconocido
01/09/2011 | Lakar Iraizoz, Oihane | Elhuyar Zientzia Komunikazioa
(Foto: © iStockphoto.com/bioraven)

Era viernes y las células permanecían de lunes en Madrid. Los mandó en hielo seco y el hielo les perduraría unos días, pero si no los recogía el viernes, los packs iban a pasar todo el fin de semana en el almacén de la compañía de transporte. Demasiado tiempo, el hielo probablemente se derretió y se perdieron las células. De alguna manera tenía que conseguir que él fuera a buscar células para evitar que se pusiera en hielo nuevo y se estropeara. Al final lo consiguió, cuando faltaba una hora para cerrar la oficina de la compañía de transporte, con hielo en la zona.

No sería la primera vez que perdía células para la bióloga Aintzane Apraiz. También le sucedió en dos ocasiones, cuando viajaba de un laboratorio de investigación a otro. Realizó una estancia en la Universidad de Charleston, donde realizó tres desplazamientos. "En uno de ellos llegaron descongelados a la meta y en el otro se estropearon en la misma aduana", explica Apraiz. En el departamento de Biología Celular e Histología de la UPV/EHU se está estudiando un tipo de cáncer muy frecuente en los niños, la leucemia linfoblástica aguda, y en los estudios se trabaja con células humanas.

Las líneas celulares son vendidas por casas comerciales. Posteriormente, los investigadores transforman las adquisiciones y las caracterizan para sus investigaciones. Apraiz, por ejemplo, convirtió las células en "resistentes a la droga que estudiábamos". La pérdida de las líneas celulares modificadas supone, por tanto, la "pérdida de empleo e inversión de varios meses".

Para muestras biológicas, ya sean células humanas, tejidos animales, plantas, hongos, bacterias o lo que sea, es muy importante cuidar las condiciones en las que se almacenan o empaquetan. Y si la muestra biológica es una mercancía peligrosa, es decir, contiene agentes causantes de infecciones, como virus, bacterias o hongos patógenos, además de las medidas para evitar el deterioro de la muestra, se deben tomar medidas para evitar accidentes en la salud pública.

Aunque no sean biológicos, otros productos utilizados para la investigación se encuentran dentro del grupo de mercancías peligrosas por sus propiedades: pueden ser explosivos, gases, líquidos o sólidos inflamables, sustancias comburentes, tóxicas, corrosivas, material radiactivo, etc. En definitiva, en el mundo se realizan todo tipo de investigaciones y actividades, con todo tipo de productos y sustancias, que deben ser transportadas de un lado a otro cuando sea necesario. Miles de envíos de este tipo se realizan diariamente.

En la frontera entre países, "se controla rigurosamente cualquier sustancia que pueda afectar a la salud pública, según el Real Decreto 65/2006, por el que se establecen criterios para la importación y exportación de muestras biológicas, desde la aprobación de la Constitución española en 1978. Desde entonces, para evitar cualquier tipo de problema de salud, se controlan los alimentos, los medicamentos y las materias primas para su elaboración, así como todo tipo de muestras". Dependiendo de la naturaleza de las sustancias o productos y del modo de transporte, existen diferentes normativas o guías. No obstante, todos ellos tienen un objetivo común: garantizar un transporte seguro y evitar accidentes con riesgo. Para ello, los reglamentos exigen que estén debidamente clasificados, documentados, certificados, descritos, empaquetados, marcados, etiquetados y en buenas condiciones de transporte según los requerimientos de cada producto.

Para el transporte de los productos objeto de esta cuenta, las compañías de transporte suelen ser contratadas por los interesados, que conocen la normativa y conocen las gestiones y condiciones necesarias. También aseguran la conservación de los productos y muestras durante el proceso de transporte para su correcta conservación. No obstante, cuando por cualquier causa no se cumplimenten correctamente todos los papeles y las autoridades aduaneras no permitan el paso, el responsable no es la empresa transportista, sino la persona o entidad que ordena el transporte.

(Foto: Ivan Melenchon/Morguefile)

Parada en aduana

En el caso de Apraiz, pararon las células porque no habían enviado una certificación al Ministerio de Sanidad y Consumo. Este certificado debe ser cumplimentado por el remitente de origen y “detallar que durante este periodo se enviará una muestra de este tipo a esta universidad, para qué se va a utilizar el envío, de dónde viene, cómo se va a transportar, qué compañía va a transportar, etc.”, explica. Desde el Ministerio se envía la autorización a la entidad solicitante y a la aduana del aeropuerto de entrada.

Por desconocimiento falló Apraiz por haber realizado este tipo de envíos de forma puntual. Las compañías que realizan envíos con mayor frecuencia también tienen problemas en las aduanas. La empresa Ikerlat Polymers de Lasarte-Oria cuenta con varias anécdotas. "En algunas aduanas nos exigen unos requisitos que no afectan en absoluto a los productos que vendemos y enviamos, pero sin ellos no pueden pasar la aduana", explica Joxe Sarobe.

Ikerlat Polymers sintetiza las esferas nanométricas de poliestireno y las envía en emulsiones acuosas. "Vendemos este producto a nuestros clientes y ellos les colocan a su alrededor anticuerpos para identificar específicamente una enfermedad, un embarazo, etc.", explica.

Para el transporte, las partículas no presentan exigencias especiales, ya que “son absolutamente sintéticas y son totalmente estables en las condiciones que pueden tener en el camino. Sin embargo, para enviárselo a un cliente brasileño, debemos especificar que hay que transportarlo a 2-8ºC en el momento del envío y, en el momento de solicitar los permisos, nos han quedado en la aduana si no lo hemos hecho. Parece ser que este cliente está registrado en la aduana como importador o exportador habitual, y normalmente los productos que envía de un lado a otro sí que los tiene que transportar en ese rango de temperaturas. Una vez dicho cliente me informó de que el producto estaba parado en la aduana, ya que no ponía en ningún sitio que debía transportarse entre 2-10ºC. Yo le dije que no necesitaba eso, pero él me pidió que lo pusiera, que era imprescindible que apareciera. Desde entonces, así hacemos todos los envíos con ese cliente".

Sarobe ha explicado que también tienen requisitos especiales para enviar el albarán en Brasil: "Cuando envíe el albarán al cliente, deberá ir firmado con un bolígrafo azul y sellado. Si no lo envías así, no lo aceptan oficialmente".

Paradas control convencional

Las compañías de transporte suelen transportar muestras biológico-químicas. Ed. : Ed Yourdo/Creative Commons/reconocer y compartir bajo la misma autorización.

En las aduanas, el control de los productos transportados no se limita únicamente a los temas de documentación, sino que también realiza inspecciones físicas. Para la realización de los controles, así como para decidir qué inspeccionar y qué no sobre la mercancía que llega, se sigue el criterio denominado análisis de riesgos. "Desde Bruselas mandan cuáles son los criterios. Normalmente se buscan mercancías que quieren entrar de forma fraudulenta, o que no pueden entrar, o que han falseado la documentación, entre otras cosas", explica el representante del Laboratorio General de Aduanas de Madrid. Buscan productos que puedan poner en peligro la salud pública, el medio ambiente o la protección de los consumidores.

En estos criterios no se incluye la naturaleza de los productos en transporte. Según han explicado desde el laboratorio, "por ser un producto químico no lo estudiamos ni lo rechazamos con mayor interés. En este laboratorio analizamos por igual un producto químico y una zapatilla, o la ropa que llevas en este momento. Si proviene de China, por ejemplo, es posible que se analice aquí para comprobar si cumple los criterios de aduanas e impuestos especiales".

A Sarober le ha ocurrido alguna vez que un cliente le ha llamado para decirle que algunos de los productos recibidos tenían la apariencia de haber sido manipulados: "Cuando enviamos muestras pequeñas, recogemos los envases con una película de parafina para ir más protegidos y ver si han sido manipulados. Pues algunos barcos llegaron al cliente sin esa película. Por lo tanto, pienso que los abrirían en la aduana".

No obstante, Sarobe considera que estos hechos aduaneros "no son habituales. Eso sí, tienes que ser muy exigente y conocer el comportamiento de cada aduana. Con el tiempo te acostumbras a cumplir este tipo de requisitos". En Ikerlat Polymers se ha notado que los niveles de rigor aduanero son diferentes en cada territorio. "No sé si es porque la picaresca es mayor, pero en general, los países en vías de desarrollo controlan más rigurosamente el transporte. En los llamados países desarrollados se toman estas cosas con más tranquilidad. A nosotros, al menos, nos resulta mucho más fácil enviar un determinado producto a Estados Unidos o a Alemania que a Brasil o a la India", afirma Sarobe.

Naturaleza de los productos, paquetes y dimensiones
Para el transporte de productos biológicos o químicos de un lado a otro, deberán ser empaquetados adecuadamente, siendo imprescindible garantizar la intersección de los requerimientos asociados a los mismos en todo el recorrido. Esto tiene un doble objetivo: no deteriorar el producto y evitar al máximo los riesgos en el entorno. De hecho, durante el trayecto, los paquetes pueden presentar una gran variedad de alteraciones en su manejo, tales como temperatura, presión y vibraciones, e incluso choques. Todas estas alteraciones pueden ocasionar un daño que hay que prevenir en el momento de hacer el paquete a transportar.
En general, y en particular si se trata de productos infecciosos o peligrosos, los reglamentos exigen la realización de un triple paquete. La primera consiste en la introducción de la muestra, un recipiente impermeable y hermético rodeado de un material que absorberá todo el contenido en caso de rotura. Este primer envase debe estar dentro de un segundo envase y el segundo debe ser duradero, hermético e impermeable, es decir, protegible el primero.
En el caso de transporte por congelación (por ejemplo en muestras biológicas) se coloca hielo seco en el segundo contenedor. En estos casos, los reglamentos establecen que el contenedor debe permitir la fuga de gas procedente del agotamiento del hielo para evitar que aumente la presión en el contenedor y ello pueda provocar accidentes.
Caja para el envío de muestras biológicas en hielo seco. Ed. : Oihane Lakar.
Por último, el segundo contenedor estará protegido por un tercero capaz de absorber los golpes que pueda sufrir el paquete.
Además, los contenedores de mercancías peligrosas deben superar determinadas pruebas de resistencia. Entre otras cosas, deben dejarse caer desde una altura de nueve metros y someterse a unas pruebas de perforación y presión. El certificado de superación de estas pruebas se depositará en el contenedor externo.
Asimismo, las normativas exigen la adopción de unas u otras medidas en función del riesgo potencial de cada producto. En el caso de productos explosivos, por ejemplo, los contenedores deben proteger su contenido interno, evitar fugas y evitar aumentar el riesgo de incendio accidental.
Lakar Iraizoz, Oihane
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Transportes; Materiales; Biología; Química
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