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Tendón de Aquiles de Neandertal

2011/02/26 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Si un neandertal y cualquiera de nuestras especies juegan una carrera, el neandertal perdería. Esta es la conclusión a la que han llegado los antropólogos de la Universidad de Arizona tras analizar los tendones de Aquiles de ambas especies. Es más, sugieren que la clave de la desaparición de los neandertales puede estar ahí, es decir, que es lo que puede ser el tendón neandertal de Aquiles.

De hecho, la idea de que los neandertales eran menos corredores que nosotros no es nueva, pero no había pruebas para ello. Ahora, la investigación llevada a cabo en la Universidad de Arizona ha demostrado que el más lento de nosotros también sacaría hueco al neandertal más ligero, por qué y por la diferencia que tenemos en el tendón de.

Algunos investigadores creen que en el tendón de Aquiles puede estar la clave de la desaparición de los neandertales. (Foto: Johannes Krause/Museo de neandertales de Kaprina)

Al correr, el tendón de Akiles o la caracola funciona como un depósito de energía: como un muelle, al golpear los pies se estira y se retira para ayudar al pie a levantarse. Según los investigadores, cuanto mayor sea la capacidad de almacenamiento de la crin, mejor será la carrera del corredor.

Para confirmarlo, el antropólogo de la Universidad de Arizona, David Raichl, comenzó a analizar corredores de fondo. Utilizando la representación por resonancia magnética, demostró que la longitud del tendón de Aquiles era proporcional a la eficacia de los corredores. Si el tendón es corto, se necesita mucha fuerza para estirarlo, por lo que acumula mucha energía. Por lo tanto, los corredores de tendón corto de Akiles son más eficaces, es decir, tienen ventaja sobre los de tendón largo.

Después, Raichel investigó los fósiles neandertales y se dio cuenta de que los huesos de sus talones eran mucho más largos que los nuestros. Conclusión: Tenían los largos tendones de Aquiles. Es decir, no eran tan eficaces corriendo.

Según Raichel, seguramente los neandertales no tenían que recorrer caminos muy largos. También eran hábiles para cazar, espiando y cazando animales por sorpresa. Sin embargo, nuestros antepasados vivían en la cálida sabana africana y para cazar animales tenían que recorrer grandes distancias. Por lo tanto, no les quedaba más remedio que ser eficaces corriendo, sino se ahogarían.

Buscando causas de extinción

Otros investigadores han ido más lejos en sus conclusiones y han propuesto que la clave de la desaparición de los neandertales y de nuestra supervivencia está en la zona del talón de Aquiles. Según ellos, cuando el clima se enfrió y los bosques cerrados se convirtieron en tundra, la habilidad para cazar y correr en zonas amplias fueron beneficiosas para nuestros antepasados. Esto les permitió imponerse a los neandertales.

Aunque la hipótesis parece razonable, la experiencia demuestra la conveniencia de tomarlas con prudencia. Y es que han tenido que anular más de una hipótesis que explicaba la desaparición de los neandertales, tras encontrar pruebas en contra de la hipótesis. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, este mismo año con la hipótesis de la alimentación.

De hecho, hasta hace poco muchos científicos creían que la alimentación llevó a los neandertales al desastre. De los fósiles encontrados en sus cuevas y lugares de residencia, los investigadores concluyeron que los neandertales eran puramente carnívoros. Sin embargo, recientemente se han investigado los restos dentales neandertales y se han dado cuenta de que estaban equivocados: los neandertales comían semillas, frutas y plantas. Si no han encontrado más restos vegetales en los domicilios, es porque éstos se pierden más fácilmente que los huesos, no porque los recogieran y no los comían. Además, se han encontrado pruebas que se hacían al fuego. Por lo tanto, además de los omnívoros, también eran cocineros. Pero el corredor no parece, de momento.

Publicado en Gara

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