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Manatíes, indicadores del estado del medio ambiente bajo amenaza

2002/02/24 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

En un estudio se advierte que la especie Dugong, que en su día creó el mito de las sirenas y que en la actualidad es un indicador ambiental, está a punto de desaparecer de muchos lugares.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha analizado la evolución de las poblaciones de manatíes y ha extraído conclusiones considerables. Este mamífero, indicador ambiental, se encuentra amenazado y reduce su área de distribución.

Animales que inspiraron el mito de las sirenas

A pesar de las medidas de protección, la contaminación y la caza hacen que el número de animales aumente cada año sólo un 5%.

Manatí es un mamífero grueso herbívoro y acuático. Especie de la familia Dugong que se clasifica en el orden de las sirenas. Puede alcanzar los tres metros de largo y 400 kilos de peso y vive en la costa, en aguas templadas de 20-35ºC. En cuanto a su carácter, muchos van solos o en pareja y otros en pequeños grupos. Su biología no es bien conocida, pero los estudios demuestran que cada 5-10 minutos suben a la superficie a respirar.

Pero los manatíes son conocidos porque más que por estas características generales inspiraron el mito de las sirenas (al menos eso se dice). Según los científicos, los viajeros de la Antigüedad consideraban a los manatíes como seres semipesados y semi-peces. Se dice que esos grandes mamíferos eran los que, con su voz melódica, atraían a los hombres del mar a la trampa, y por eso se llama el orden de estos mamíferos de las Sirenas.

Sin embargo, a pesar de que los animales son muy simpáticos, si tomamos tiempo para analizarlos desde el punto de vista actual, esta hipótesis resulta cuestionable, ya que parece sorprendente mezclar estos peces con chicas jóvenes esbeltas. Pero bueno, la soledad y el alcohol abren la imaginación y quién sabe en qué situación acertaron las sirenas.

Sin embargo, en la actualidad son indicadores medioambientales y por ello se han convertido en temas de investigación seria. El último estudio se ha realizado dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, bajo la dirección de Helene Marh, profesora de la universidad australiana James Cook.

La situación es grave y la investigación demuestra que ha llegado el momento de encender la luz roja. Además, como especie indicadora del medio ambiente, el empeoramiento de su situación muestra un empeoramiento del estado del resto de especies y hábitats.

La investigación se ha presentado en la reunión de la ciudad colombiana de Kartagena, donde se han reunido los ministros de medio ambiente. En palabras de Helene Marh, "los manatíes han desaparecido de algunos lugares porque han huido o han muerto".

Mauritania, Seychelles, oeste de Sri Lanka, Maldivas, algunos lugares de Japón, el estuario Pearl River de Hong Kong, algunas islas filipinas, el Camboya y Vietnam son algunos de estos lugares.

En otros lugares, aunque la población de manatíes no ha llegado a desaparecer, ha disminuido. Las excepciones pueden ser las aguas australianas, el mar Rojo y el golfo Árabe.

Helene Marsh ha hecho una mención especial a la grave situación del este de África y advierte de que si no se hace algo en breve también desaparecerán de ella.

Una vez más la culpa del hombre

Este grave estado de la población de manatíes se debe a la presión humana. En concreto, la contaminación que llega desde la tierra hasta el mar, el desarrollo en el litoral y el tráfico de animales marinos son los responsables. De hecho, el principal alimento de este mamífero son las plantas acuáticas, que al estar el mar cada vez más contaminado y asfaltado, están reduciendo las fuentes de alimento.

Los restos de herbicidas de uso mundial llegan hasta el mar y destruyen las hierbas y las algas marinas. Por lo tanto, el animal, obligado, se aleja de las regiones en las que se encuentra más alimento y muere si no se encuentra un lugar apropiado.

Por otra parte, estos animales han sido cazados durante mucho tiempo por su piel y su grasa y, en la actualidad, sólo quedan unos pocos miles, alrededor de la mitad de ellos en la costa australiana. La tasa de natalidad es relativamente baja y aunque se establecen medidas de protección, año tras año, el número de animales aumenta sólo un 5%. Y es que, a pesar de que está prohibida la caza de manatíes, todavía se caza en muchos países y, además, cuando hay poco alimento, las hembras miden los nacimientos y no hacen un segundo hijo.

Para cambiar esta situación, los autores de la nueva investigación consideran que es necesario profundizar en la colaboración entre países. De hecho, desmentido por las convicciones existentes, la investigación ha demostrado que estos mamíferos son capaces de recorrer unos 600 km en pocos días.

Por otra parte, conscientes de esta situación, o los ministros de Medio Ambiente reunidos en Kartagena, deberían trasladar propuestas concretas a la cumbre de la ONU sobre desarrollo sostenible que se celebrará en Johannesburgo entre el 26 de agosto y el 4 de septiembre de este año, sobre la seguridad en el uso de productos químicos peligrosos, entre otros temas.

Publicado en el suplemento Estación de Gara.

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