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El secreto de los frutos más grandes y bellos está en la flor

2001/06/19 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Hay infinidad de tipos de flores, cada cual más particular, y son miles de colores, olores y formas. Sin embargo, todos tienen algo igual: los pétalos están en el exterior de la flor y los órganos reproductores en el centro.

Hasta hace poco, los científicos no sabían por qué todas las flores tenían ese modelo, pero el biólogo del Instituto Salk, Detlef Weigel, y su equipo, han encontrado respuesta. Según han publicado en la revista Cell, el modelo de la flor se basa en un gen llamado WUSCHEL o WUS. Este gen, ya conocido anteriormente, también es imprescindible en los brotes que forman tallos y hojas.

El conocimiento del papel del gen no sólo ha clarificado la evolución de las flores, sino que también puede tener una aplicación, ya que se puede utilizar para obtener frutos mayores. Los frutos se forman por la mitad de la flor, por lo que cambiando los genes implicados se conseguiría obtener mayores frutos en medio de la flor.

En otro trabajo realizado por el equipo de Weigel identificó el gen LEAFY. Este gen es imprescindible para el desarrollo de las flores y tiene la capacidad de transformar los brotes en flores. Esto demuestra que las flores son variantes de las hojas. Además, puede tener aplicación en agricultura, ya que se pueden obtener más frutos.

Otro gen importante en el desarrollo de las flores es: AGAMOUS. Los tres genes mencionados trabajan juntos. El gen LEAFY separa las flores de los brotes que darán tallos y hojas. El gen WUS marca la mitad de la flor, pero no tiene que ver directamente con las partes de la flor. Ambos activan conjuntamente el gen AGAMOUS que codifica los órganos reproductores.

Por otro lado, los investigadores han descubierto por qué los tallos y las hojas crecen a lo largo de los años, mientras que las flores sólo permanecen un tiempo. De hecho, el gen AGAMOUS detiene el WUS en las últimas fases del desarrollo de la flor. Un cambio en el equilibrio entre estos dos genes puede dar lugar a una planta de flores continuas o con más carpelo. Por ejemplo, el tomate con más carpelo da más fruto.

Conociendo cuáles son los genes que intervienen en la formación de las flores y cuál es su función, se espera que aumente la producción. Es posible que en el futuro se puedan obtener plantas que aporten más y más frutos.

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