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Neumonía atípica: ¿nueva peste?

2003/04/23 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Desde que aparecieron los primeros casos de neumonía atípica, algunos medios de comunicación han utilizado la palabra peste para hablar de la enfermedad. De hecho, aunque los primeros enfermos pertenecían a una región china, pronto se descubrió que en Canadá también había pacientes. Desde entonces, el número de enfermos y muertos ha ido creciendo y la enfermedad se está extendiendo.

Sin embargo, todavía es pronto para saber si es una plaga o no. Hay alrededor de cuatro mil enfermos en todo el mundo y más de doscientos muertos. Eso sí, las autoridades sanitarias chinas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han mostrado su preocupación por el riesgo de empeorar mucho la situación si no se sabe cómo frenar la enfermedad. Por el momento, se están adoptando medidas para evitar la propagación de la enfermedad: se están controlando los vuelos, se están poniendo en cuarentena a los pacientes, en las escuelas chinas se toma la temperatura dos veces al día para detectar al paciente en cuanto aparecen los primeros síntomas...

Además de estas medidas, los investigadores están trabajando para conocer mejor el agente causante y encontrar la forma de afrontarlo. Ya se han dado los primeros pasos y la OMS anunció que el 16 de abril se encontró el causante de la neumonía anormal.

Causante, virus de la familia Coronaviridae

Para conocer la causa de la neumonía anormal, 13 laboratorios han trabajado juntos. Al final parece ser un virus de la familia Coronaviridae que hasta ahora no se conocía. También han conseguido descodificar completamente el genoma del virus y no es muy diferente del resto de virus de la familia.

Los virus de esta familia, vistos al microscopio electrónico, tienen forma de corona. Este aspecto lo proporcionan las glicoproteínas que se encuentran en la cubierta del virus, a través de una de las cuales se asocia el virus a la célula y a la que se asocian los anticuerpos. Dentro tienen ARN, son los virus que tienen mayor genoma de los virus que tienen ARN.

El virus Coronaviridae se relaciona con enfermedades gástricas, intestinales y hepáticas en animales, así como con enfermedades neurológicas. Sin embargo, en el ser humano no se producen síntomas graves, normalmente se producen infecciones respiratorias e intestinales más leves que la gripe.

Sin embargo, este virus que ahora se conoce causa síntomas mucho más graves. Inicialmente aparecen fiebre de más de 38º C, dolor de cabeza y músculos, malestar y dolor de garganta. Entre 3 y 7 días después se siente tos seca y dificultad respiratoria, disminuyendo el número de leucocitos y plaquetas en sangre. En algunos casos la enfermedad no avanza y en otros se agrava. Finalmente, alrededor
del 4% de los pacientes muere.

Otros microorganismos causantes de neumonía atípica son la Legionella neumophila y el Micoplasma neumoniae, cuyos agentes actuales no producen síntomas más graves o mayores proporciones de muertos. Se cree que la transmisión también se produce como en otras ocasiones, es decir, se contagia sobre todo con las gotitas que el enfermo echa al toser o hablar. También creen que se contagia al tocar. Pero todavía queda mucho por investigar.

Por ejemplo, no saben de dónde ha aparecido el virus. Los primeros casos aparecieron en una región china donde comen habitualmente monos, serpientes, ratas y otras muchas especies animales, por lo que creen que era normal en los animales y que ha conseguido adaptarse a los humanos. Además se parece a los virus de la familia Coronaviridae de cerdos y aves. Otros creen que ha surgido de la combinación de diferentes virus y que últimamente hay una gran preocupación porque hay investigadores que sospechan que tiene una gran capacidad de mutar.

Diagnóstico y tratamiento

Una vez identificado el agente, los investigadores han empezado a desarrollar métodos para su detección en pacientes potenciales. Hay que tener en cuenta que todos los pacientes con síntomas similares no están necesariamente afectados por una neumonía anormal y es muy importante conocer los casos reales.

Se está trabajando con tres métodos de diagnóstico: detección de anticuerpos antivirus en la sangre de los pacientes, mediante el test ELISA o la inmunofluorescencia; detección de material genético del virus, tanto en la sangre como en otros tejidos –el test de PCR–; y recepción y crecimiento en culturas celulares.

En cuanto a los remedios, todavía no existe un medicamento antivirus eficaz. En algunos pacientes, la combinación de anti-virus y medicamentos para aliviar los síntomas ha dado buenos resultados, pero no hay medicamentos específicos. La posibilidad de vacunación tampoco se producirá de forma inmediata. Sin embargo, hay expertos que están esperanzados porque los resultados de la investigación están siendo más rápidos que en otras enfermedades. Del 17 al 18 de junio, los científicos se reunirán en Ginebra para tratar el tema, sin duda habrá más datos para entonces.

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