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Aspecto de los dinosaurios

2000/10/31 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Las características de sus corazones no coinciden con la representación utilizada hasta el momento

Leer el registro de fósiles no es fácil. Sin embargo, cuando los resultados se presentan a todos los públicos son muy claros. Pero no todo es conocido y a veces surgen hipótesis o teorías más contundentes que descartan ideas aceptadas hace tiempo. El ámbito de los dinosaurios no es una excepción.

Los grandes herbívoros que vivían hace 70 millones de años se han presentado siempre comiendo hojas altas de cuello largo y árboles. Pero el paleontólogo australiano Roger Seymour, de la Universidad Adelaide, tiene motivos para rechazar esta imagen. En su opinión, los dinosaurios llevaban los collados largos horizontalmente. Los argumentos de esta afirmación han sido publicados recientemente en la prestigiosa revista Procedings of the Royal Society de Londres.

Cuentas de corazón

Los argumentos de Seymour se basan en el estudio de los corazones. Durante 24 años ha estudiado reptiles, mamíferos y aves para aclarar la influencia de la morfología de sus corazones y de la presión sanguínea sobre el espesor de la pared. El tamaño del corazón de cualquier animal está limitado por dos factores. La primera es la diferencia de altura entre la cabeza y el corazón y, la segunda, si el animal es de sangre caliente o fría.

La jirafa es de sangre caliente, cuello largo y alta presión sanguínea. Necesita un corazón de trece kilos para hacer llegar sangre hasta la cabeza. Las aves también necesitan grandes corazones porque son animales de sangre caliente y alta presión. Los reptiles, por el contrario, presentan un metabolismo lento, son de sangre fría y fluyen a baja presión.

El barosaurio, por ejemplo, dice que para bombear sangre por encima del cuello vertical, debería ser un ventrículo izquierdo de 2.000 kilos. Esto es imposible por al menos tres motivos. Por un lado, este corazón ocuparía un espacio enorme; por otro, el propio corazón necesitaría más energía que todos los demás órganos del cuerpo; por último, las paredes del corazón serían muy gruesas y mecánicamente no serían nada efectivas, porque deformarían porque gastarían mucha más energía que bombeando sangre.

A la vista de todo ello, no hay más que dos explicaciones para que la presión sanguínea sea justa: colocar los cuellos horizontalmente o tener animales de sangre fría. En el último caso, otro pequeño corazón podía ayudar a elevar la sangre en el cuello. Sin embargo, necesitaría un corazón de gran pared. Por lo tanto, esta opción tampoco es muy efectiva a la hora de bombear.

«Es el debate de los últimos 30 años en los que los dinosaurios eran de sangre caliente o fría, pero probablemente nunca sabremos la velocidad de su metabolismo», explica Seymour. «Sin embargo, no parece justo llevar a estos animales con la cabeza levantada».

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