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Nuevas técnicas cardiovasculares

2002/02/24 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Los médicos del Hospital El Camino de California han presentado una nueva técnica de ampliación de arterias cerradas: la crioplastia. Se trata de una técnica similar a la anterior, pero que permitirá reducir los efectos secundarios en las operaciones del corazón.
Los problemas cardíacos son consecuencia directa del estilo de vida y de la alimentación actual.

La medicina aprovecha mucho el desarrollo de nuevas tecnologías. Prueba de ello son las nuevas técnicas que se publican en conferencias y simposios. En esta ocasión, la noticia proviene de Miami.

En el recién celebrado simposio sobre terapias vasculares, expertos del Hospital El Camino de California han presentado una nueva técnica de extensión de arterias cerradas. El médico James Joyce considera que esta técnica llamada crioplastia es menos agresiva que la angioplastia y reduce los efectos secundarios de la angioplastia.

Cuando se cierra o impide el calibre de las arterias coronarias aparecen graves problemas como el infarto de miocardio o la angina de pecho. La solución más común es la angioplastia, es decir, la introducción de un catéter con una pequeña bomba en el extremo de una arteria marginal. Se hincha la bomba tantas veces como se desee, con lo que se consigue extender la obstrucción. Cuando el flujo sanguíneo mejora, la "pelotita" sale.

Pero esta técnica, muy utilizada, deja cicatrices en las arterias y además se hincha la arteria. Tras seis meses, varios pacientes vuelven a apretar los vasos sanguíneos de la misma manera y requieren una segunda intervención. Para evitarlo, en la realización de la angioplastia se introduce una prótesis metálica tubular, pero no se obtienen los resultados esperados.

Mejor técnica de apertura de la arteria cerrada

Los efectos secundarios de la nueva técnica de crioplastia son menores que los de la angioplastia.

La crioplastia que han presentado en Miami es idéntica, pero para inflar la bomba se utiliza óxido nitroso (NO) en lugar de la solución salina. El óxido nitroso es el gas de la risa, pero en este caso no provoca risas. Reduce la temperatura de la capa que obstruye la arteria a -10 ºC y provoca la apoptosis celular, suicidio programado. La técnica ha sido desarrollada en el Hospital El Camino de California, y según el médico de la misma, James Joye, el daño a la arteria obstruida es menor que la angioplastia. También ha asegurado que la crioplastia es tan segura como la angioplastia, con los mismos riesgos que la angioplastia, pero con menos efectos secundarios.

La crioplastia se ha probado en Europa y Sudamérica en las arterias de las piernas. Han tratado a 15 personas y, nueve meses después, doce pacientes no han necesitado una segunda intervención, es decir, no han vuelto a cerrar la arteria. Normalmente, entre el 50% y el 60% de los pacientes necesitan una segunda angioplastia en las arterias de las piernas y entre el 20 y el 30% en las cardiovasculares.

De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ha aprobado el inicio de sesiones clínicas en arterias cardiacas, y cerca de un centenar de personas han comenzado a realizar pruebas de la primera fase.

No es el único sustituto

Algunas operaciones del corazón no requieren abrir el pecho.

Para evitar los problemas derivados de las arterias coronarias obstruidas, existen otras técnicas muy utilizadas como los bypass. Esta intervención consiste en la realización de puentes a través de las piernas u otras arterias del corazón.

Aunque no es tan conocido, hay otra opción. Este nuevo tipo de intervención sólo se ha realizado por el momento a un paciente. Un hombre de 53 años tenía una arteriosclerosis grave que le obstruía las arterias del corazón y no podía ser tratado con angioplastia ni bypass normal. Por lo tanto, la sangre que deben llevar las arterias obstruidas fue desviada por las venas del lugar. Para ello, llevaron desde la arteria de la pierna hasta el corazón un catéter dirigido por ultrasonidos, con el que pasaron una aguja por la arteria coronaria a la vena. Posteriormente, se sustituyó la aguja por un pequeño tubo y se instalaron válvulas y bloqueadores especiales para que los venenos pudieran realizar el trabajo de la arteria.

Gracias a esta nueva técnica se consigue llevar sangre oxigenada a la parte del corazón afectada por el veneno y no es necesario abrir el pecho para la intervención. Como sólo se ha probado con un paciente, hay que hacer más ensayos, pero los investigadores se han mostrado esperanzados.

Esta técnica se dio a conocer en la revista Circulation, y si los ensayos continúan, será una técnica con muchas ventajas y mucho que decir. La intervención dura sólo dos horas y el enfermo sólo tiene que pasar uno o dos días en el hospital.

Esta técnica, elaborada por un grupo de especialistas del corazón de Alemania, Japón y Estados Unidos, permite dar una oportunidad a pacientes que no pueden ser tratados con técnicas anteriores.

Sin embargo, si se publican tantas investigaciones, estas técnicas siguen siendo mejorables, por lo que lo ideal es equilibrar la alimentación y evitar problemas cardiacos gracias a un estilo de vida saludable. Ese es el camino más seguro del momento.

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