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25 años de antiretrovirales

2010/08/14 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

A menudo escuchamos que el sida ha pasado de ser una enfermedad mortal a ser crónica. Así es para los que tienen acceso a servicios sanitarios adecuados, gracias a los medicamentos antiretrovirales. Precisamente este año se cumplen 25 años desde que saliera el primer antirretroviral y, con esta excusa, Samuel Broder ha repasado la evolución de los antirretrovirales durante estos 25 años en la revista especializada Science Translational Medicine.

Samuel Broder es uno de los investigadores del grupo que consiguieron el primer tratamiento contra el sida. Ha sido director del Instituto de Cáncer de Estados Unidos entre 1998 y 1995, y anteriormente, en 1981, cuando trabajaba allí, le tocó atender a las primeras personas con SIDA.

Los antiretrovirales han cumplido 25 años. Gracias a ellos, la calidad de vida de los enfermos de sida ha mejorado mucho.

En su artículo recuerda que en aquella época no sabían qué era lo que provocaba esta enfermedad mortal. No se trataba de un ambiente: la enfermedad era nueva, presentaba síntomas y evoluciones terribles, muchos enfermos pertenecían a grupos concretos (homosexuales, drogadictos) y eso provocó la exclusión... Los científicos, además, propusieron teorías contradictorias para explicar el origen de la enfermedad.

Sin embargo, pronto, muy rápido, identificaron la causa del sida. Era el año 1984 y se le denominó VIH, el virus de la inmunodeficiencia humana. Era un retrovirus que hasta entonces nadie pensaba que este tipo de virus contagiaba a las personas y menos que eran perjudiciales. Tuvieron que empezar por cero.

Broder y su equipo tuvieron una idea innovadora. La mayoría de las veces creían que para combatir la enfermedad era imprescindible eliminar el virus del cuerpo. Pero no sabían cómo hacerlo. El equipo de Broder decidió probar una nueva vía, convencidos de que si el virus no reproducía mejoraría mucho la salud del paciente y se esforzaron por conseguirlo.

Desde AZTI hasta hoy

El ensayo tuvo buen resultado: Sintetización del antiretroviral TR. Esta molécula inhibe una enzima necesaria para replicar los VIH, por lo que el virus no puede reproducirse. El AZTI no curaba al paciente porque no destruía los virus y, además, muchos científicos tenían recelo porque podía causar más daño que beneficio.

Sin embargo, al comparar la evolución de los pacientes tratados con placebo y con AZTI, se demostró que la AZTI era eficaz y la Administración de Medicamentos de Estados Unidos, la FDA, aprobó su comercialización en 1987. Por lo tanto, transcurrió muy poco tiempo desde que se produjo la enfermedad y se descubrió el causante hasta que se desarrolló y se consiguió comercializar su primer tratamiento. Además, el AZTI tenía un efecto inesperado que protegía de un tipo de cáncer que desarrollaban los enfermos de sida, el sarcoma de Kaposi.

Posteriormente se desarrollaron moléculas que actuaban en otras fases del ciclo de vida del VIH, como las que impedían la adhesión del virus a la célula, o las que impedían la fusión entre el virus y la célula. Y también surgieron terapias que combinaban estas moléculas.

Broder menciona en su artículo que el desarrollo de estas terapias fue considerado el éxito de la medicina moderna. Sin embargo, cree que hay que evitar el triunfalismo, porque dice que el sida "no está superado en absoluto". De este modo, tras explicar en qué consiste la investigación en la actualidad, finaliza el artículo con las siguientes frases: "En los últimos 25 años hemos avanzado notablemente. Sin embargo, los retrovirus patógenos y nuestra respuesta a ellos siguen siendo cuestiones inacabadas".

El gasto en tratamiento antirretroviral en los hospitales de la CAPV en el año 2008 ascendió a 33,3 millones de euros, un 11,9% más que en el año 2007, y atendió a 4.406 pacientes.

Publicado en Gara

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