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237 días de fascinación por el espacio

1995/11/01 Irazabalbeitia, Inaki - kimikaria eta zientzia-dibulgatzaileaElhuyar Fundazioa | Kaltzada, Pili - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria

El espacio tiene una fascinación especial para cualquiera de nosotros. Lo que no conocemos nos atrae. Animado por la curiosidad, nos acercamos a San Sebastián esa mañana de otoño, donde permaneció 237 días en el espacio para hablar con el médico cosmonauta ruso. En la estación espacial denominada “Saliut-7”, nuestro interlocutor fue Oleg Aktov, que rompió todas las marcas existentes.

Invitado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, a principios de octubre el ruso Oleg Aktov visitó San Sebastián. En su primera intervención habló sobre los cambios fisiológicos y psicológicos que se producen en las largas estancias en el espacio y relató sus experiencias en una sala llena de público. Aulki no era libre para escuchar la conferencia de Aktove ese martes de octubre.

Se considera un hombre normal con una profesión poco habitual. Habla con pasión del espacio, de los cambios que produce la microgravedad en el cuerpo humano y no tiene vergüenza de reconocer que le gusta el espacio. Por casualidad, hemos tenido que resumir lo que nos ha contado Aktove a continuación.

En la estación espacial denominada "Saliut-7", el cosmonauta Oleg Atkov pasó 237 días con dos miembros de la Sociedad Aranzadi al llegar a San Sebastián.
M.B. Zufiau

ELHUYAR-ZETIAZ: ¿Qué le llevó a ser cosmonauta?

OLEG ATKOV: Lo primero que quiero decir es que soy cardiólogo y que por lo tanto, puedo hablar del espacio desde lo que soy médico. Cuando se realizan largas estancias en el espacio, se sabe que hay muchos cambios en el cuerpo humano. Yo quería conocer todos esos procesos de cambio. Afortunadamente, al finalizar los estudios tuve la oportunidad de presentarme a un proyecto que me permitió estudiar en el entorno en el que se producen estos importantes cambios fisiológicos, es decir, en el propio espacio. Con curiosidad me convertí en el primer médico cosmonauta de la Unión Soviética.

N-D : Esta opción no llegó de repente. ¿En qué consiste el proceso de selección?

O. A. Hay que superar muchas pruebas y el proceso de aprendizaje es muy largo. En primer lugar, se analiza la propia capacidad física, es decir, se realizan tests correspondientes a las características físicas de los candidatos: análisis de sangre, radiografías, estudio detallado del sistema cardiovascular, etc. Hay que confirmar que tu cuerpo es capaz de superar las duras condiciones que impone el espacio antes de continuar. Dentro de este conjunto de pruebas se realiza la prueba de la centrifugadora, que consiste en acostumbrarse a una máquina rotatoria que simula la aceleración y los movimientos de rotación del espacio, girando continuamente a derecha, izquierda, arriba y abajo. Es larga y dura la primera fase del proceso y a la vez es el inicio del proyecto formativo. A continuación se presentan las pruebas propias de la actividad y por último la fase de especialización. La esencia de esta última radica en el pleno control del espacio: aunque sea médico, hay que aprender a conducir el espacio, a utilizar los radares, a dominar los sistemas de control y seguridad o a responder ante imprevistos.

Como se puede observar, la formación es muy dura y pocos candidatos consiguen superarlo todo.

N-D : ¿El final de este proceso es ir hacia el espacio?

O. A. ¡Por supuesto! Lo expuesto hasta ahora se enmarca dentro del primer proceso de selección y formación. A partir de ahí llega el entrenamiento. La mente y el cuerpo, es decir, ambos deben estar en condiciones de soportar la presión que pueden soportar en el espacio, máxime si se desean estancias largas. Nuestro entrenamiento es una combinación de todos estos elementos: entrenamiento de salud, entrenamiento físico y emocional, preparación especial para la resistencia, adaptación de temperaturas, etc. Por supuesto, todo ello acompañado de un entrenamiento técnico. En mi caso, desde que me presenté a la primera prueba de selección hasta que terminé todos los pasos que he expuesto, pasaron 7 años. Ese tiempo es muy importante porque empiezas a familiarizarte con el espacio: en algunos momentos darías la vida misma a cambio de una oportunidad para ir al espacio, pero en otros casos la motivación falla y te sientes un entusiasmo por dejarlo todo. Entre los que superamos la primera selección, sólo uno recibió la invitación de ir al espacio y el ser el primero del equipo me alegró mucho.

N-D : ¿Qué tipo de entrenamiento grupal hay que realizar entre los miembros del equipo?

Oleg Atkov, como pudimos demostrar, es capaz de explicar de forma amena los detalles de su estancia en el espacio y su experiencia personal.
R. Koch/Periódico

O. A. Creo que una de las partes más importantes del proceso formativo es el trabajo en equipo. Nosotros llevamos un año en ello. El entrenamiento que realiza el equipo en su totalidad es muy importante para poder preparar todos los detalles de la estancia. Y es que tienes que hacer mucho tiempo en el espacio con la ayuda completa pero sencilla de estos compañeros: es un pequeño espacio, al fin y al cabo, el espacio y hay muchas tareas que hacer. Todas estas características requieren una completa coordinación entre los miembros del grupo. El equipo debe estar preparado para responder correctamente a lo que puede ocurrir en el espacio y, como es sabido, en el espacio puede ocurrir cualquier cosa. N-D : Su principal tarea en esta expedición fue analizar los cambios que las largas estancias en el espacio provocan en la humanización. ¿Cuáles son los más habituales?

O. A. Quien no ha estado en el espacio sabe que las largas estancias nos marcan unas condiciones de vida muy exigentes. La principal es el problema de la microgravedad, que hace que la vida en el espacio no tenga nada que ver con la terrestre. Ante estas condiciones de vida, el cuerpo responde y se producen cambios importantes. Algunos de estos cambios son fisiológicos: el equilibrio hormonal cambia radicalmente, el aparato locomotor se adapta a la nueva situación y, por ejemplo, se pierde la masa muscular. La circulación de la sangre también cambia y se producen importantes adaptaciones en la distribución de los líquidos básicos. Todos estos problemas podríamos englobarlos en un mismo grupo, es decir, en el apartado de problemas fisiológicos.

Los problemas psicológicos también se consideran problemas de salud y así se analizan durante las estancias prolongadas en el espacio. El problema de salud más grave e incluso más peligroso para el cosmonauta que debe permanecer en el espacio durante mucho tiempo surge de la combinación de inquietud fisiológica y psicológica.

N-D : Y ante estos problemas, ¿cómo se prepara el cuerpo humano?

O. A. Principalmente a través de procesos de entrenamiento y formación. Una manera de paliar los problemas psicológicos que he mencionado, por ejemplo, son las comunicaciones habituales que realizamos desde el espacio con el centro de control. Aunque parezca una simplicidad, es muy bueno poder hablar con los miembros de tu familia para poder hacer un seguimiento de la vida en tierra.

Por otro lado, las estancias prolongadas nos exigen una serie de medidas de control que son imprescindibles para protegernos. Por ejemplo, llevamos remedios, nos hemos preparado para recibir estimulación psicológica, etc. No necesitamos protección contra la radiación porque el propio espacio nos protege. En cualquier caso, si en el futuro queremos ir al resto de planetas del Sistema Solar, deberemos contar con la protección contra la radiación. Este será uno de los retos más importantes.

N-D : Desde el punto de vista de tu experiencia, ¿para qué sirven las largas estancias en el espacio?

O. A. En algunos momentos de la carrera espacial escuchamos muchas opiniones contrarias a las estancias. Los que se oponían a estos proyectos argumentaban que eran demasiado caros y que no tenían un uso inmediato. Si lo analizamos desde una perspectiva puramente económica, es así. Sin embargo, los objetivos de las largas estancias son siempre científicos y son muy importantes en este aspecto. En definitiva, las largas estancias en el espacio son una especie de pruebas de entrenamiento que se deben realizar ante pasos más importantes que se darán en el futuro. Porque si queremos ir al resto de planetas necesitaremos mucha información.

Para poder ir a Marte es necesario conocer si el cuerpo humano es capaz de adaptarse a las condiciones del espacio, cómo se adapta, los cambios que se producen, etc. Sin esta información será imposible conocer los planetas que componen el Sistema Solar, o lo que es lo mismo, no podemos superar las limitaciones actuales del conocimiento científico.

En la imagen se pueden ver Oleg Atkov (en el centro) y junto a él Leonid Kizom (a la izquierda) y Vladimir Soloviov (a la derecha), que estuvieron en la estación espacial "Saliut-7". (La Ciencia en la URSS)

N-D : Se están dando los primeros pasos para conocer los planetas del Sistema Solar. ¿Crees que es un reto a corto plazo?

O. A. Con todos nuestros medios técnicos, conocimiento científico, recursos económicos, experiencia y tiempo, os diré que sí y sin duda alguna. En mi opinión, antes de dar comienzo a este paso, hay que responder a una sencilla pregunta que cualquiera de nosotros puede hacer: ¿para qué tenemos que ir a Marte? Yo no sé responder a esta pregunta si no es desde el punto de vista estrictamente científico.

Por el contrario, esta pregunta también exige una respuesta social correcta y hasta llegar a ella, los objetivos del viaje a Marte no estarán fijados. Sin embargo, científicamente se me ocurren muchas respuestas posibles. ¿Por qué trabajamos arqueología? El origen de nuestro siglo, es decir, porque queremos saber qué somos nosotros. La respuesta a mi pregunta es la misma: el espacio es parte de nosotros mismos o, más concretamente, somos parte del espacio. Creo que ese conocimiento servirá para comprender mejor lo que somos.

N-D : En los últimos tiempos se ha producido un debate bastante intenso entre estancias espaciales guiadas por robots o humanos. Después de oír opiniones a favor y en contra, ¿cuál crees que será la principal?

O. A. Creo que ese debate no tiene futuro. De hecho, no es necesario dividir ambos tipos de estancias, ya que en el espacio será un trabajo para todos. Algunos de los estudios que se deben realizar pueden ser realizados por robots, pero otros serán realizados por el ser humano sin intencionalidad. Es necesario combinar ambos tipos de estancias. Creo que es ahí donde acaba el debate.

N-D : En este momento se habla de un proyecto principal: De viaje al martes. Los tiempos de la carrera espacial ya han terminado y todo apunta a que un proyecto colaborativo será el primero en llegar a Marte. ¿Qué opinas?

O. A. Yo soy realista y por tanto optimista. Mi experiencia profesional me ha permitido conocer de cerca diferentes proyectos para Marte. Tengo la excusa de que conozco con detalle los proyectos que se han llevado a cabo hasta ahora y los que se van a llevar a cabo en los próximos dos años. Por ejemplo, en este momento hay un interesante proyecto en marcha para que los robots extraigan muestras de la piel de Martitz e investiguen. Será el primer paso para conocer la portada de Martitze y sus características más concretas y a partir de ahí... En cuanto a la llegada del hombre a Marte, como he dicho antes, debemos preguntarnos sobre el verdadero objetivo de este viaje.

Sin embargo, el hombre llegará a Marte. En eso estamos. Los momentos más impactantes no vivirán en los próximos años, pero no todos estos proyectos han quedado en papel mojado y en estos momentos estamos trabajando. Como sabéis, en el espacio tenemos una estación estable y, de alguna manera, podríamos decir que ya hemos dado el primer paso a Marte. Por supuesto, este paso es físico, es decir, estamos más cerca de Marte, pero también tiene otros puntos de vista. De hecho, los principales trabajos realizados hasta la fecha en la estación estable se han llevado a cabo en colaboración. En los próximos años esa será la cuchara.

Aunque parece un equipo que acaba de terminar un curso de cocina, no es así. Oleg, miembros de Aranzadi y presidente de Elhuyar en la foto. Eso sí, después de cenar bien.
J.A. Bono

N-D : En la estación espacial “Saliut-7” pasó 237 días batiendo todas las marcas existentes. ¿En qué se da cada uno de esos días en el espacio?

O. A. Como hemos dicho, nuestro cuerpo y nuestra mente deben estar dispuestos a dar largas estancias en un espacio reducido y estrecho en el momento del reto. Pero la realidad y la teoría no siempre coinciden. Vivimos en el espacio a la hora oficial de Moscú. Al igual que vosotros, nos levantamos por la mañana y desayunamos; estamos trabajando en él y nuestra tarea más importante es la de realizar multitud de experimentos. Además, el ejercicio nos come gran parte del día, ya que nos dedicamos un par de veces al día y una hora al día. Parece mucho, pero es absolutamente necesario si se quieren evitar algunos problemas de salud. Después de comer, seguimos trabajando a lo largo de la tarde y por la noche, al finalizar el trabajo, cenamos juntos, analizando lo que hemos hecho durante el día y preparando lo que vamos a hacer al día siguiente. Una vez finalizadas las actividades planificadas, la lectura o el visionado de vídeos son nuestras únicas tareas y es en ello donde nos va el tiempo. Tienes que intentar mantenerte ocupado.

237 días trabajando

Se recogieron cerca de 25 mil imágenes de la Tierra; 200 experimentos médicos y biológicos; 46 observaciones sobre la exposición a rayos X o gamma, es decir, roentgen; 2.100 órdenes informáticas y 1.800 radiogramas enviados. Con motivo de su desembarco el 2 de octubre de 1984, los tres cosmonautas que estuvieron en la estación espacial Saliut-7 que habían realizado todos estos trabajos. Fue la estancia más larga hasta entonces y, evidentemente, una de las más productivas.

Aunque los experimentos médicos dirigidos por Oleg Aktove tuvieron especial relevancia, el resto de investigaciones llevadas a cabo en la estación espacial Saliut-7 también fueron de gran relevancia. Tres cosmonautas que trabajaron en diferentes campos y luego tuvieron un gran uso en el espacio. Entre otros, se investigaron los recursos naturales de la Tierra y se recogieron muchos datos de interés sobre los minerales y la explotación forestal. En cuanto a la astrofísica, se realizaron estudios sobre la radiación de los roentgen y se pudo analizar de cerca la influencia de los rayos ultravioleta. La transmisión del calor en los materiales y los procesos de cambio que sufren estos materiales también se definieron con gran precisión.

AFICIONADOS A LA ASTRONOMÍA DE ARANZADI Jon Andoni Boneta*

La mayor parte de las cuestiones que Oleg Aktove ha mencionado en la entrevista posterior fueron escuchadas en las jornadas organizadas por el Departamento de Astronomía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. No es esa la opción que se da todos los días. Estamos contentos del éxito que ha conseguido la jornada de este año, que se puede sentir orgulloso de atraer el interés de la gente con pocos recursos.

El Departamento de Astronomía de la Sociedad de Ciencias Aranzadi nació en 1977 de la Sociedad Astronómica de Gipuzkoa. En la actualidad, de los 1.800 miembros de Aranzadi, 150 pertenecen a esta sección. 15 personas colaboramos en la organización y como promotores en las reuniones que celebramos cada martes.

Todas las actividades del Departamento tienen un doble objetivo: el primero es realizar observaciones, es decir, observar los fenómenos que se producen al amasar con nuestras herramientas bajas. La segunda es dar a conocer lo visto, la divulgación de la Astronomía. Obviamente, ambos objetivos se podrían trasladar a la vez y eso sería fomentar nuestra afición.

Siguiendo con estos objetivos, comenzamos a organizar charlas en el departamento. Al principio nos reuníamos en la peña, pero debido a que los temas eran cada vez más atractivos, decidimos abrirnos las puertas: desde entonces también se han acercado los astrónomos no miembros. Hemos conseguido reunir cada vez más amistades.

El siguiente paso importante se dio en 1991, cuando organizamos por primera vez las Jornadas de Astronomía. Hasta que no había mucho dinero, tuvimos que limitarnos a traer personajes de nuestro entorno. Nos lo inventamos, porque aquel primer programa tuvo más éxito de lo que pensamos. Esto nos llevó a organizar las segundas jornadas. La Diputación Foral de Gipuzkoa decidió subvencionar y gracias a ello aportamos a Cambridge, Canarias y astrofísicos y científicos de Madrid.

Las jornadas han seguido un ritmo propio. Los expertos invitados nos ponen en contacto con otros expertos, que año tras año han ido creando una estructura en red. Entre los invitados, los investigadores han sido protagonistas hasta el momento y a través de sus sesiones hemos podido conocer la investigación más puntera. En cualquier caso, se ruega a los invitados que hagan comprensible el discurso para que expongan la ciencia de una manera comprensible para todos nosotros. Creemos que es una divulgación.

Entre las actividades que organiza nuestro departamento, las observaciones y las salidas ocupan un lugar importante. Cada año se organizan dos salidas principales: una por la noche para observar los diferentes objetos que hay en el amasado y otra por el día para ver las manchas solares. Al que sale y nos acerca el telescopio a la calle se le explica cómo se utiliza, qué elementos y características del utillaje y qué puede ver. También lo llamamos divulgación.

El nivel de las jornadas es cada vez mayor. Será difícil completar la marca que ha puesto este año, pero ya estamos trabajando en ello. La clave entre éxito y fracaso radica en obtener subvenciones. Este año hemos tenido un poco de dinero, ya que es caro traer personajes extranjeros que no saben euskera o castellano. Al año siguiente, nuestro sueño tendrá que limitar el dinero.

Aunque ya lo hemos dicho muchas veces, me disculparéis porque es importante volver a decirlo. Quiero subrayar que este es el grupo de personas que se dedican a organizar todas estas actividades: un grupo de aficionados que, por amor a la astronomía, saben trabajar como hobbies, sin ver nada.

Para terminar, no quisiera dejar de mencionar a la Diputación Foral de Gipuzkoa y a Kutxa. La primera, porque también tiene el mérito del éxito de las jornadas con la subvención, y la segunda, porque nos ha dejado su salón de actos a cambio de la música.

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