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Un esqueleto neolítico en Jaizkibel

2003/03/26 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Los miembros del grupo Aranzadi han encontrado los huesos de un hombre neolítico en el monte Jaizkibel de Gipuzkoa. Los investigadores han anunciado que es posible que los fósiles alcancen los 6.000 años, aunque todavía no han sido analizados mediante datación por carbono-14. Los arqueólogos Alvaro Arrizabalaga y Mari Jose Iriarte han presentado los resultados del primer sondeo.

Se han encontrado algunos huesos en la costa guipuzcoana… ¿y qué? Quizás, para el no experto, no está claro cuál es la nueva aportación de la última excavación de Aranzadi.

Los arqueólogos consideran que la humedad humana encontrada en Jaizkibel ha rondado los 6.000 años.

La verdad es que para poder valorar la importancia del descubrimiento hay que fijarse en el estado de la arqueología: no se han encontrado muchos fósiles neolíticos en Euskal Herria.

Los investigadores han reconocido que la suerte ha sido favorable. No es fácil encontrar este tipo de pistas, y mucho menos en un sondeo. El sondeo es la primera aproximación a un yacimiento, no es muy excavado, pero los arqueólogos empiezan a intuir qué se puede esperar de lo que sale. En este caso, en el sondeo se han encontrado fósiles humanos. Es sorprendente.

Sin embargo, en tiempos neolíticos, la presencia humana en la zona no es sorprendente. Había dos pasos 'naturales' entre Europa y la península ibérica: Cataluña y País Vasco. Desde este punto de vista, la costa vasca era un lugar privilegiado tanto desde el punto de vista orográfico como climatológico.

Entre coquillas

El yacimiento de Jaizkibel fue descubierto por Juan San Martín en 1983.

El yacimiento se encuentra en un abrigo, no es una cueva, pero es una zona de protección natural, por lo que puede ser un lugar idóneo para vivir una familia neolítica. Hay que tener en cuenta que esta época se sitúa al comienzo del Holoceno, es decir, en la época en la que el clima comenzó a templarse, tras el último gran enfriamiento del Pleistoceno. Y, a medida que el clima se va templando, se puede concluir que el hombre abandonó las cuevas y utilizó otros refugios.

Sin embargo, el hecho de que este yacimiento de Jaizkibel esté lleno de conchas significa que ese ser humano explotaba el mar. Comía almejas, mejillones, caracoles y peces, y las conchas y huesos se apilaban en el suelo del abrigo; los arqueólogos han encontrado fósiles de todos ellos. Por ello, con el paso de los años se convirtió en un lugar muy especial: el abrigo con suelo de concha. Los huesos se han mantenido enterrados alrededor de 6.000 años, debido a la existencia de este singular suelo.

Los huesos se fosilizan muy poco, ya que para ello el entorno debe tener unas condiciones determinadas. En el caso del yacimiento de Jaizkibel, las conchas fueron las responsables de estas condiciones necesarias. De hecho, la zona de ácido de la arenisca se ha convertido en alcalina, por lo que muchos huesos han fosilizado y se han mantenido enteros.

En posición forzada

El yacimiento ha sido excavado por Alvaro Arrizabalaga de la Sociedad de Aranzadi y Mari Jose Iriarte.

En 1983 Juan San Martín descubrió el propio yacimiento. Sin embargo, en aquella época no estaba claro qué encontrarían allí. Para averiguarlo, el sondeo ha sido realizado por arqueólogos de Aranzadi, que han encontrado huesos humanos.

Sin embargo, no han encontrado el esqueleto completo. Se han encontrado huesos grandes de brazos y piernas, es decir, las dos tibias, los dos perones, los dos fémur, los dos cubitos, los dos radios y las partes de los humeros. También han aparecido pequeños huesos sueltos: un diente, un trozo de cráneo, un astragalo, etc.

Ante la situación de los huesos grandes, los investigadores creen que el hombre fue enterrado en una posición muy forzada, totalmente inclinado, con los brazos y las rodillas envueltos en el pecho y doblados hacia la izquierda. Esta actitud no es una actitud 'natural' de un cuerpo, por lo que los arqueólogos han propuesto enterrar a la víctima atada. Por otro lado, a partir de los huesos que han perdurado, creen que el cuerpo podía pertenecer a un hombre de 30 a 40 años.

No son los únicos restos que se han encontrado de huesos y conchas humanas. También se han explicado otros huesos, supuestamente de animales domésticos, así como algunos útiles. En este sondeo también se han extraído fragmentos de cerámica y rocas. Está claro que hacían fuego, tanto por los brotes encontrados como por la aparición de pequeños trozos de carbón. El yacimiento ha sido abundante, por lo que en un solo sondeo, durante cinco meses, se han extraído muchos materiales.

¿Cuándo será?

Mari Jose Iriarte, con el tamiz relleno de conchas en las manos.

Las conchas no son habituales en arqueología. Sin embargo, sólo se han encontrado algunos en Europa, sobre todo en el Atlántico Norte. Esto puede ayudar a la hora de realizar la datación, ya que las huellas de seres humanos de forma similar pueden tener dataciones similares. Esto, teniendo en cuenta las consecuencias de la estratigrafía y otros factores, los investigadores han anunciado que los huesos humanos pueden tener entre 5.800 y 6.000 años. Sin embargo, no es su última palabra, todavía falta por datar con carbono 14.

Como referencia hay que recordar que los dólmenes tienen una datación aproximada de 3.500-4.000 años. Los expertos también los clasifican en época neolítica. De acuerdo con ello, se aprecia claramente que los restos encontrados en Jaizkibel, en torno a los 6.000 años, podrían corresponder al primer Neolítico.

Épocas viejas que, supuestamente, no han dejado mucha información en el registro de fósiles.

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