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Terremotos para investigar volcanes

2002/01/28 Kortabarria Olabarria, Beñardo - Elhuyar Zientzia

Uno de los sueños de los científicos que investigan la Tierra es prevenir desastres naturales. En esta línea de investigación se han realizado numerosos esfuerzos en los últimos años, sobre todo para predecir los terremotos. En cuanto a los terremotos, el trabajo realizado aún no ha dado sus frutos, ya que con los recursos actuales es absolutamente imposible predecir los terremotos. Sin embargo, en otros ámbitos se está avanzando mucho, como en la investigación volcánica.

Ocho estados europeos, Austria, España, Francia, Grecia, Inglaterra, Irlanda, Italia y Portugal, comienzan a trabajar conjuntamente para investigar los riesgos que pueden suponer las erupciones volcánicas. Los objetivos del proyecto son predecir 2-3 días antes de la erupción, predecir cómo va a ser la erupción, dar a conocer el riesgo potencial y prever las consecuencias para las personas que viven en el entorno del volcán. En la actualidad es posible detectar erupciones con 2-3 meses de antelación, pero sin mayor precisión.

El proyecto comenzó oficialmente el primer día de 2002. En primer lugar, se controlarán cinco volcanes: Teide, Vesubio, el volcán de la isla griega de Santorini, el volcán de la isla de Reunión, junto a Madagascar, y los de Azores.

Todos estos volcanes serán monitorizados, es decir, se instalarán numerosas estaciones de medición de la actividad sísmica subterránea. De hecho, la fuente principal para obtener datos sobre las erupciones volcánicas son los movimientos sísmicos, ya que la lava que sale de los cráteres es, en resumen, el resultado del terremoto que se produce en el subsuelo.

La actividad sísmica en los volcanes puede iniciarse meses o años antes de cualquier movimiento que se produzca en el exterior, por ejemplo antes de que empiece a liberarse vapor, emisiones o gases.

A menudo no hay movimiento antes de que la influencia del volcán sea evidente, pero algunas horas antes de que se produzcan las erupciones y durante la erupción, la actividad sísmica es impresionante y en algunas horas pueden producirse cientos de terremotos.

Si nos fijamos en la estadística, hay que decir que la actividad sísmica en los volcanes ha subido muy pocas veces más de 6 grados en la escala de Richter, lo que significa que pueden sentirse, pero en realidad difícilmente pueden causar daño.

Conocer bien los volcanes es muy importante. Y es que las tierras que rodean los volcanes son tan fértiles que en ellas se concentra mucha gente. El volcán Vesubio puede ser uno de los ejemplos más claros. En la ciudad de Napoles, en la actualidad, viven más de 3 millones de personas, por lo que en caso de erupciones puede producirse un gran desastre.

El ser humano es consciente desde hace tiempo. En la antigua Roma Seneca descubrió el origen de la estructura básica de los volcanes.

Señaló que los volcanes son el lugar donde se extrae el material derretido. Hasta entonces, la teoría platónica, con ríos de fuego bajo tierra, y la de Aristóteles, con aire comprimido que quemaba azufre en el subsuelo, estaban vigentes.

En el año 79 se produjo una gran erupción del volcán Vesubio. La erupción destruyó Pompeya y Hérculano. El viejo Plinio murió viendo la erupción. Su sobrino, el joven Plinio, escribió lo que su tío decía sobre la actividad sísmica de los volcanes. Por lo tanto, ya eran conscientes de la influencia de los terremotos en los volcanes.

Desde aquella época se ha avanzado mucho. Los sismógrafos se han convertido en habituales en la investigación de volcanes. Y a partir de ahora parece que investigando los movimientos de la tierra se podrá saber mucho más sobre los volcanes.

Erupciones gigantes

Las erupciones son fenómenos naturales relativamente frecuentes. La mayoría son pequeñas, pero también son terribles que han causado muchos daños. Quizá los más destacados de la historia son:

  • a.C. 1500: El volcán de la isla de Santorini estalló. Según la leyenda, hizo desaparecer la mítica isla de Atlantida.
  • 79: Volcán Vesubio. Es el volcán más mítico de Europa. Ese año destruyeron las ciudades de Pompeya y Hérculano. En 1999 reinició su erupción y provocó un gran terror.
  • 1815: Volcán Tambora en Indonesia. Irrumpió bruscamente en la erupción. 50.000 muertos. Ha sido la erupción más mortal de la historia.
  • 1883: Estalló el volcán Perbuatan, en la isla de Krakato. Alrededor de la media isla se fue al fondo del mar y surgieron olas gigantes. Murieron 36.000 personas.
  • 1902: Mont Pelé, en la isla de Martinica. Causó 36.000 muertos y destruyó el muelle de Saint Pierre.
  • 1991: Volcán Pinatubo en Filipinas. Fue una de las erupciones más violentas del siglo pasado, causó 1.000 muertos y 1.000.000 de personas tuvieron que abandonar sus hogares. Desde que en 1883 el volcán Perbuatan estalló provocó la mayor perturbación atmosférica.

Teide vive

En el estado español sólo hay un volcán, el conocido Teide. El volcán de Canarias no está muerto desde hace tiempo, se despertará antes o después. No parece que sea mañana, ni pasado mañana, pero no cabe duda de que volverá a entrar en erupción. La actividad bajo Teide no ha quedado. En este sentido, se puede decir tranquilamente que todavía es un volcán activo. El de Teide no es el único caso en el mundo; según los expertos, la situación de otros 600 volcanes es es similar.

¿Cómo funcionan los volcanes?

Los volcanes son fenómenos de la naturaleza, grietas o agujeros en la superficie terrestre. En muchas lenguas, la palabra "sumendi" significa montaña que emite humo o, como en el caso del euskera, una montaña que arroja fuego. Sin embargo, en la mayoría de las lenguas se utilizan palabras procedentes del latín Vulcanus. Vulcano era el dios del fuego en la mitología romana.

De las grietas o agujeros anteriormente mencionados se extraen magmas o rocas subterráneas. El magma es el material resultante de la fusión de las rocas por altas temperaturas subterráneas. Para su expulsión es impulsado por gases subterráneos. Cuando encuentran la salida forman los ríos lava. Asimismo, al salir la temperatura cambia, la lava se enfría y endurece. Como consecuencia, lentamente se forma el cono-volcánico.

Por lo tanto, cuando los gases no encuentran salida, provocan un movimiento sísmico, pero no una erupción. Es decir, todas las erupciones son consecuencia del terremoto, pero no todos los terremotos son capaces de provocar erupciones.

Las erupciones se clasifican por agentes. Así, se habla de erupciones magmáticas cuando la erupción es consecuencia del magma o del gas magmático, mientras que cuando el magma o el gas magmático calienta el agua subterránea y ésta provoca la erupción, la erupción es freática. En estos casos, a veces los productos de magma aparecen mezclados con el vapor y estas erupciones son freatomagmáticas.

Otras formas de clasificar las erupciones son, por ejemplo, si es como una erupción que ha tenido fama a a lo largo de la historia, o si se produce de una manera determinada. Así se encuentran las erupciones hawaianas, por la forma en que los volcanes de la zona inician la erupción, los strombolianos, vulcanianos o peleanos, por las características que se recogen en las erupciones de estos volcanes, los plinianos —al aparecer las características que Plinio mencionó al describir la erupción del Vesubio—, los islandeses se liberan en las erupciones debido a la gran cantidad de energía y a la llegada del magma. La diversidad de formas de liberación de energía hace muy difícil a los expertos medir erupciones y los investigadores en investigación volcánica todavía no han dado una solución concreta a este problema.

No obstante, para medir el tamaño de las erupciones se utilizan diferentes sistemas. El método más extendido es el de Walker. Lo propuso en 1980 y dice que para determinar correctamente el origen y el tamaño de las erupciones hay que tener en cuenta cinco variables:

  1. Tamaño de la masa, masa de todo el material arrojado por el volcán.
  2. Intensidad, el tiempo que ha tardado el volcán en lanzar toda la masa.
  3. Capacidad de dispersión, superficie cubierta por la erupción. También se considera la altura de la erupción.
  4. La violencia, la energía cinética generada en la explosión.
  5. Capacidad de destrucción, medida del desastre causado por la erupción, especialmente en lo que se refiere a edificios, tierras de siembra o siembra y vegetación.

Volcanes de distintas formas

Aunque existen varias formas de clasificar los volcanes, normalmente se clasifican por su forma. Por su forma, existen tres tipos de volcanes:

Cono cenizas

Al apilar la ceniza que sale en las erupciones, a menudo se forman conos. En estos casos, los materiales calientes que se endurecen en el aire suelen ser predominantes y localizan muy cerca del centro de la erupción. Los muros de los conos no pueden tener grandes pendientes, entre 30º y 40º aproximadamente. Tienen una base circular, forma cónica y a menudo más de 300 metros de altura. Muchos de los sudamericanos son de este tipo, pero quizás lo más destacable, por su aspecto, puede ser el volcán Xitle.

Oculto

Se llama así a aquellas que tienen más diámetro que altura. Se forman por corrientes de lava blandas, por lo que suelen ser de poca altura y poca pendiente. Su topografía es lisa y su cima es bastante plana. La mayoría de los volcanes de Hawai y los de las islas Galápagos son así.

Estrato

Son volcanes formados por materiales fraccionables y hornos blandos. Esto significa que se formaron como consecuencia de explosiones bruscas y descansos improvisados. Es el caso del volcán mexicano Popocatépetl.

Publicado en el apartado D2 de Deia.

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