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Jarvik 2000: confortable corazón artificial

2000/09/19 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El corazón artificial Jarvi 2000 ha dado buenos resultados y ha demostrado y comodidad

Hace unos dos meses la vida cambió a Peter Houghton, un hombre de 61 años que sufría una miocardía dialéctica. Operado por el cardiólogo Westaby y su equipo del Hospital John Radcliffe de Oxford, no fue una operación sencilla. En lugar de un trasplante normal, Jarvi le implantó en su ventrículo izquierdo el corazón artificial que llaman 2000. Los ventrículos transmiten sangre oxigenada a todo el organismo y el flujo ventricular izquierdo de este hombre era inferior al 10% de la normal. Seis semanas después de la operación regresa a casa.

Malestar por falta de órganos

Gracias a los años de trabajo, hoy en día los trasplantes cardiacos están bien codificados, pero por el escaso número de donantes, los trasplantes siguen sin ser la solución de todas las enfermedades del corazón. Este problema ha generado el malestar de los cardiólogos ya que el obstáculo no es el conocimiento científico sino la falta de donantes de órganos. Hasta la obtención de un órgano adecuado se instalaba un auxiliar de circulación sanguínea, pero posteriormente era necesario un trasplante definitivo. El objetivo de los cardiólogos es poner en punto a los asistentes artificiales que mejoren el funcionamiento del corazón para evitar el problema de la escasez de órganos. De ahí la posibilidad de que todo paciente pueda curarse correctamente y en el momento oportuno.

Jarvi 200

Funcionamiento del 0

El corazón artificial Jarvik 2000 está formado por una turbina tiki que funciona gracias a unas baterías. La turbina de titanio de 90 gramos se instala en el ventrículo izquierdo y una vacuna vascular conduce la sangre a la aorta. Las baterías situadas en la cintura generan un campo magnético que gira entre 8000-12000 revoluciones por minuto. La unión entre la batería y la turbina se realiza a partir de una base de titanio situada en el cráneo, más concretamente, detrás de la apófisis mastoide. La unión se ha establecido detrás de las orejas para reducir el riesgo de infección. El flujo sanguíneo oscila entre tres y ocho litros por minuto y el paciente puede regular la velocidad de la turbina.

Teniendo en cuenta los resultados obtenidos hasta la fecha, los creadores de este corazón artificial han mostrado una gran esperanza. Contribuye de forma adecuada a la circulación sanguínea del paciente, además de un uso cómodo. La velocidad de la turbina puede ajustarse a las necesidades y el cambio de las baterías, al estar situadas en la cintura, no presenta problemas. Seis semanas después de la intervención, la resistencia al ejercicio físico del paciente ha mejorado, así como el funcionamiento de los ventrículos derecho e izquierdo. No ha habido hemólisis (eliminación de hematíes por liberación de hemoglobina) significativa, ni problemas específicos asociados al aparato. Esta tímica turbina trabaja en silencio y sin conmover la piel del corazón, evitando así la coagulación. Además, este corazón artificial, por su pequeño tamaño, puede ser aplicado también a mujeres o niños. Sin embargo, no todo es esperanzador en cardiología. A pesar de los avances en los remedios, el informe Euroaspire II, elaborado por quince países de la Unión Europea, advierte de que todavía queda mucho por hacer en materia preventiva.

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