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A la luna

2007/02/07 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

La exploración del espacio a través del ser humano vuelve a ser un objetivo. China, Rusia, India, Japón y Estados Unidos quieren volver a llevar al hombre a la Luna para los años 2020-2025. El objetivo de la agencia espacial estadounidense es llegar a Marte. La Agencia Espacial Europea trabaja con los mismos propósitos en el programa Aurora: quiere hacer un viaje tripulado a Marte para el 2030 y no descarta que antes llegue a la Luna.
Representación del Programa Aurora de la Agencia Espacial Europea.
ESA

Unos y otros presentan ambos objetivos interrelacionados; la Luna es, en cierta medida, el entrenamiento para llegar a Marte. En cierta medida, no se puede olvidar que uno de los obstáculos para que el hombre llegue a Marte es el propio hombre, entre otros, por los daños que la ingravidez produce a los astronautas. Viajar a la Luna es cosa de días, pero sólo para ir a Marte se necesitan seis meses en la actualidad.

Sin embargo, para los estadounidenses, la Luna también es un destino: La colocación de una base permanente en la Luna es uno de los principales retos del proyecto Vision for Space Exploration (Visión para la Exploración del Espacio) presentado en 2004. Una base en la Luna, ¿para qué? Para explorar la Luna, para investigar el sistema solar desde la Luna (una idea ancestral es poner un telescopio en la cara oculta de la Luna), tal vez para enviar misiones desde la Luna a otros planetas (si todo lo necesario para una misión espacial se preparara en la propia Luna, desde el punto de vista de la gravedad sería mucho más fácil escapar de la atracción de la Luna que de la Tierra, teniendo en cuenta que la energía del peso de la gravedad de un cohete que atrae la mayor parte de la gravedad del peso de la gravedad de la gravedad. Pero teniendo en cuenta que para merecer la pena habría que conseguir materiales y energía allí mismo, no está claro si en ningún momento se podrá dar a la Luna este tipo de uso.

Para justificar este tipo de proyectos destacan sus aportaciones científicas y tecnológicas. Pero en este caso, al menos en el caso de la Luna, parece que la mayoría son escépticos. Además, una de las críticas que se hace a la nueva Visión de la NASA es que tiene poca innovación; que las propuestas son muy similares a las cápsulas Apollo que se utilizaron hace 40 años para llegar por primera vez a la Luna; que estábamos ante un déjà vu.

En el ámbito de la protección social, la apatía triunfa. Según una encuesta publicada en septiembre del año pasado, no parece que haya demasiada pasión por volver a la Luna. Mucho menos para ir a Marte. Los datos proceden de Estados Unidos, pero siendo la exploración y el liderazgo de nuevos mundos uno de los símbolos de su identidad nacional, cabe pensar que aquí los resultados serían peores (me sorprendería si no fuera así).

La nave espacial Orion de la NASA. Este es el vehículo que supuestamente conducirá al hombre a la Luna.
Lockheed Martin Corp.

La falta de interés es especialmente evidente entre los jóvenes de 18 a 25 años que financiarán esta visión de la NASA para 40 años. En concreto, sólo la mitad de los jóvenes que participaron en la encuesta conocían el proyecto Vision for Space Exploration. Y en cuanto a la vuelta a la Luna, dos de cada tres era igual o no le interesaba. Con Marte, cuatro de cada cinco tenían la misma postura.

La falta de interés no se limita a los viajes tripulados. El propio programa de investigación del espacio cada vez tiene más contras: En el año 2004, el 55% de la juventud apoyaba y frente al 30%. En 2006 las dos posturas estaban mucho más equilibradas: 45% a favor, 40% en contra.

Si entras en las páginas web de estos proyectos de exploración de la Luna, Marte y otros más allá, verás que uno de los objetivos que se citan es ilusionar e interesar a los jóvenes. Pero no parece que la realidad coincida con su visión. Humanos

el futuro de la civilización (y también la supervivencia) es del sistema solar

los promotores de estos programas lo ven en la plorización y la colonización. Los destinatarios, por su parte, tienen más interés en el turismo espacial. Para un tercio de los jóvenes que participaron en la encuesta, la NASA no era importante en su vida. El turismo espacial, en cambio, sí, porque dicen que la gente normal puede llegar al espacio.

Publicado en Berria.

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