25 años y más de SIDA

2008/05/24 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

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Hace 25 años, el 20 de mayo de 1983, la revista científica Science publicó un importante trabajo de investigadores del Instituto Pasteur. En este artículo se dio a conocer la identificación del virus causante del sida. Era el virus de la inmunodeficiencia humana, el VIH.

Desde entonces, la vacuna contra el sida ha sido uno de los principales objetivos de la investigación sanitaria, pero no la han conseguido. Mientras tanto, el virus ha infectado a 60 millones de personas y ha matado a 25 millones. Sin embargo, en la época en la que se identificó el virus, las predicciones no eran tan pesimistas. Por ejemplo, en 1984, el entonces responsable de salud estadounidense anunció que la vacuna del sida iba a estar en fase de prueba en dos años. Es evidente que estaba muy equivocada.

En estos 25 años sólo han llegado a la fase final de las pruebas dos vacunas, es decir, a probar en las personas, y los resultados han sido desalentadores. El último ensayo ha sido financiado por la compañía farmacéutica Merck y el departamento de sanidad estadounidense. Comenzó su desarrollo en 2004, siendo un virus recombinante que expresaba tres genes del virus. Superadas las primeras fases de las sesiones clínicas y con buenos resultados en los monos, llegó el momento de probar en las personas.

Los investigadores obtuvieron voluntarios y ya incorporaron personas infectadas y sanas. Los resultados, sin embargo, han sido realmente negativos: por un lado, la vacuna no ha disminuido el número de virus en la sangre de las personas que ya estaban infectadas y por otro, no ha impedido la infección en personas sanas. Es más, parece que algunos voluntarios aumentaron el riesgo de infección tras la vacunación.

El experimento ha puesto de manifiesto que los investigadores no conocen suficientemente el VIH ni su interacción con el sistema inmunitario de los seres humanos. Sin embargo, todavía tienen la esperanza de conseguir una protección contra el sida mediante vacunas. De hecho, en algunos primates utilizados en la investigación sí se ha conseguido la inmunización con vacunas. Además, en algunas pocas personas infectadas se ha comprobado la desaparición del virus tras recibir el tratamiento. Al menos, con los métodos actuales de detección no encuentran virus, y algunos llevan 25 años así. Parece que estos pocos han conseguido curarse. En el resto, si tienen la posibilidad de un tratamiento adecuado, el sida se convierte en una enfermedad crónica pero incurable. Y para los que no reciben tratamiento es mortal.

Según la Organización Mundial de la Salud, si no se consigue la vacuna, el sida será la enfermedad más grave para 2030. Se prevé que otras enfermedades infecciosas, como la malaria, las diarreas y la tuberculosis, ya estén controladas, y aunque la más letal sea una enfermedad del corazón, el sida será la causa de los mayores problemas de salud.

Potente virus

El virus del sida (en color verde) infectando una célula del sistema inmunológico.
(Foto: CDC/C.Goldsmith)

Sin embargo, los investigadores saben que es muy difícil conseguir la vacuna debido a las características del propio virus. Para empezar, el virus del sida, el VIH, tiene muchas caras. Su capacidad de mutación y combinación es enorme, lo que provoca que muchas variantes genéticas del virus estén dispersas por todo el mundo.

Los investigadores han identificado tres grandes grupos, M, N, y O, y el grupo M, por ejemplo, está dividido en 9 subgrupos, con sus combinaciones. Así, en el cuerpo de una sola persona infectada hay más tipos de VIH que tipos de virus de la gripe que se producen en todo el mundo en una epidemia de gripe. Teniendo en cuenta que hay 33 millones de personas infectadas por el VIH, la existencia de tantas variantes del virus dificulta enormemente el desarrollo de una vacuna que les proteja de todo.

Otro gran obstáculo es que infecta las células del sistema inmunológico. La función de estas células es proteger al cuerpo de los agresores, por lo que el VIH deja al cuerpo sin poder luchar contra la infección. Además, el virus ha evolucionado para huir de las estrategias del sistema inmunológico. También ha encontrado refugio: el virus incorpora su material genético al cromosoma de los linfocitos, lo que permite que la persona infectada tome los medicamentos más duros, pero el virus siempre puede reproducirse. Por lo tanto, el hecho de que la vacuna sea poco capaz de protegerla de un montón de variantes, debe lograrse rápidamente antes de que el VIH almacene el material genético en el escondite.

Por todo ello, la reciente publicación de la revista Science ha puesto de manifiesto que los investigadores creen que hay que retroceder en las investigaciones para conseguir la vacuna y tratar de conocer mejor el virus. Y para ello piden que se destine el dinero. Reconocen la necesidad de comprender mejor no sólo el virus, sino también el funcionamiento del sistema inmunológico y de las vacunas. De hecho, a pesar de que la primera vacuna se logró en 1796, y de que desde entonces se han realizado numerosas vacunas efectivas, todavía no saben perfectamente cómo consiguen que el cuerpo quede protegido.

Sin embargo, hay expertos en África que no están del todo de acuerdo, no creen que sea esa la prioridad. Según ellos, la mortalidad del sida en todo el mundo es del 3,7%, pero recibe el 25% de las subvenciones destinadas a la salud. Por lo tanto, consideran que el dinero debería destinarse a compensar el desequilibrio sanitario existente entre los países. Para ellos el sida es un problema grave, muy grave, pero no el peor.

Publicado en Gara