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Tecnología espacial, vivo

2006/02/21 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Aunque no somos conscientes, estamos acostumbrados a utilizar la tecnología espacial. Nos parecen normales los pañales desechables, el velcro, el café instantáneo, el termómetro sin mercurio, el cardiógrafo, el teflón de la sartén, el detector de humos... Pues bien, todos ellos se inventaron para su uso en el espacio y después se les ha dado un uso terrestre. Hoy en día, sin embargo, las agencias espaciales buscan desde el principio que la tecnología espacial sea también útil en la Tierra.

Los sensores utilizados para controlar el estado de salud de los astronautas son muy útiles en medicina. (Foto: NASA)

La ESA, la Agencia Espacial Europea, denomina transferencia de tecnología a la transformación de la tecnología espacial en terrestre y tiene un programa específico para la búsqueda y comercialización de estas aplicaciones. Los miembros de la ESA están convencidos de que la tecnología que se desarrolla para el espacio puede aportar grandes beneficios a la vida cotidiana en muchos ámbitos: salud, medio ambiente, ingeniería...

De hecho, el entorno espacial es realmente exigente y la tecnología que se desarrolla para su funcionamiento debe ser necesariamente indiferente. Entre otras cosas, debe ser ligero, resistente y duradero, eficiente, seguro, compacto, capaz de soportar temperaturas muy altas y muy bajas, resistente a la radiación y a la corrosión. Por supuesto, en la Tierra, en muchos medios y circunstancias, los aparatos y aparatos con estas características son muy apreciados.

Además, la transferencia de tecnología permite obtener un mayor rendimiento del dinero gastado en investigación espacial. Y, de paso, permite a la gente de la calle ver que la tecnología desarrollada a distancia puede ser también cercana. De hecho, un ejemplo de transferencia de tecnología puede verse donde menos se espera.

De la nave espacial al hospital

Por una enfermedad genética, algunos no pueden soportar la radiación ultravioleta. Para ellos han desarrollado un patrocinador especial basado en la tecnología espacial. (Foto: ESA)

En medicina, por ejemplo, es habitual utilizar tecnología desarrollada para el espacio. Los astronautas se enfrentan a situaciones especiales como la ingravidez, el espacio limitado para moverse, el estrés... Para ver cómo responden sus cuerpos, se les colocan numerosos sensores que controlan la respiración, el latido cardiaco y otros parámetros. Muchos de ellos se utilizan inmediatamente en hospitales.

Otro ejemplo son los sistemas de destrucción de microorganismos. Los astronautas no pueden ponerse en peligro de enfermar, por lo que es imprescindible eliminar todas las bacterias, virus y hongos que puedan existir en el aire de la nave espacial.

Para ello, utilizan cámaras que combinan el potente campo eléctrico con el plasma frío en buques espaciales, algo que ya se utiliza en muchos hospitales europeos, sobre todo para atender a pacientes con un sistema inmunitario muy afectado.

Aunque estas aplicaciones son bastante visibles, hay otras más llamativas. Por ejemplo, pocos saben que el origen del universo, los agujeros negros y los aparatos que se han inventado para observar ciertos fenómenos que ocurren en el espacio, son útiles para detectar cáncer o para seguir el flujo sanguíneo.

Estrella del deporte

El grupo Rossignol quiere alcanzar la velocidad de 225 km/h con esquís realizados con material de la nave espacial Rosetta. (Foto: ESA)

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Un paso más allá de la intuición, la investigación espacial también incide en el deporte. Por ejemplo, un aparato utilizado por los astronautas para hacer ejercicio físico está siendo adaptado para que pueda ser utilizado en casa. Eso sí, si quieren utilizar astronautas para publicitar el aparato de gimnasia de la casa, tendrán que demostrar cómo son sin ropa, porque si no se les nota nada ni músculo.

Los avances espaciales no sólo se reflejan en el cuidado del cuerpo, sino también en el material deportivo. Y es que en muchos deportes es muy importante el material y siempre buscan materiales adecuados. Rossignol, por ejemplo, fabrica esquís y encuentra su último avance en la nave espacial Rosetta. Con la utilización de un material local, ha conseguido reducir la vibración de los esquís y con ello esperan alcanzar una velocidad de 225 km/h sobre el esquí. ¡No es una marca tonta!

Sin embargo, quizá el mayor beneficio del progreso tecnológico sea para los discapacitados. Más de un atleta con graves problemas físicos ha conseguido progresar y mejorar sus marcas gracias a sus prótesis de tecnología espacial. Por supuesto, además de los atletas minusválidos, también benefician a los disminuidos físicos que no practican deporte.

Por el medio ambiente

Las naves espaciales, al igual que la estación espacial internacional, son ecosistemas cerrados. Hay que adaptarse a los recursos existentes, ya que es difícil conseguir más, por lo que hay que reutilizar y reciclar lo máximo posible. Además, dado que los residuos no pueden ser eliminados de cualquier manera, los ingenieros del espacio se ven obligados a idear sistemas que permitan la minimización y el máximo aprovechamiento de los mismos.

Por supuesto, la tecnología que se genera para alcanzar estos objetivos es cada vez más necesaria en la Tierra, ya que la Tierra también es un ecosistema cerrado, aunque más grande que una nave espacial. Sistemas de depuración de agua, métodos de cultivo de plantas a partir de residuos, motores eficientes que utilizan energías renovables… todos son tan útiles como en el espacio en la Tierra.

En definitiva, está claro que desde el espacio se mira tanto como desde la Tierra al cielo, y con el objetivo de aplicar la tecnología.

En el desierto como en casa

Tienda hinchable del desierto. (Foto: ESA)

Una tienda ideada por la ESA permite disfrutar de un rincón acogedor en el desierto.

La tienda es hinchable, ligera y fácil de llevar, ya que ocupa poco espacio cuando está sin inflar. Tiene forma de L y está abierta en la parte superior para generar la corriente de aire necesaria para mantener una temperatura adecuada. En el desierto el aire se enfría rápidamente a medida que se aleja del suelo. Para su aprovechamiento cuenta con un abanico eléctrico que permite la entrada de aire superior al interior.

Obtiene energía eléctrica mediante un panel solar integrado en la cubierta. Además, esta cubierta protege de las radiaciones solares.

La tienda está diseñada para ambientes duros y se ha basado en hinchables de emergencia y en paracaídas espaciales.

Publicado en Deia.