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¡Sincronizar relojes biológicos!

2004/08/01 Rementeria Argote, Nagore - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

¿Por qué a veces el reloj del cuerpo ignora la pulsera? Por la noche no se puede cerrar el ojo y por la mañana hay que ir asado al trabajo. La causa de esta situación puede estar en el propio cuerpo, en los genes.
Los adolescentes son adictos por naturaleza, por lo que suele ser habitual que permanezcan durante la primera hora de clase.

Se sabe que muchos factores externos influyen en el sueño. Preocupaciones, cansancio excesivo o falta de ambiente adecuado para dormir, por ejemplo, impiden dormir tranquilos. Por eso, si se quiere dormir bien, conviene tener en la cabeza buenos recuerdos, cenar unas horas antes de acostarse y tener una habitación silenciosa, oscura y bien ventilada.

Pero a pesar de todos estos consejos, hay gente que por sí misma es gaucuma. Estos suelen ser mucho más activos al anochecer que al amanecer. Y al contrario, a primeras horas de la mañana está más despierto que el resto. Es decir, no todos los relojes biológicos están sincronizados con la luz del día.

Según los expertos, ser gautxoria o temprana está escrita en genes. Se conocen unos tres genes relacionados con el sueño, y uno de ellos, llamado Per3, es más corto de lo normal, lo que marca la tendencia a ser gautxoria y, por el contrario, más largo, a ser temprano.

El cuerpo humano ajusta diariamente su reloj biológico en función de la luz del día. Pero este ajuste se hace más duro para aquellos que tienden a tener un ciclo superior a las 24 horas, es decir, las cochecitas, y les cuesta más despertar por la mañana que el resto.

Bajando

¿Y tú qué eres: temprano o gautxoria?

Un problema similar ocurre cuando viajamos a un país lejano. Y es que el horario es diferente: cuando está allí de día es de noche para el cuerpo y viceversa. El reloj biológico del cuerpo intenta adaptarse a su horario, pero es habitual que los primeros días estén dormitorios y no puedan dormir por la noche.

Hay un medicamento para solucionar el malestar que produce el cambio de horario: la melatonina. Es una hormona natural que crea el cuerpo y que por su relación con el sueño se llama también hormona del sueño. Una correcta toma ayuda a sincronizar el sueño con la noche.

Pero, como hemos dicho, el cuerpo realiza esta sincronización de forma natural, utilizando para ello la luz del día. No se conocen todos los detalles moleculares del efecto de la luz sobre el ciclo lo-esna, pero al parecer, y explicándolo desde la superficie, la melatonina se produce durante el sueño nocturno y se cree que este compuesto está relacionado con el sueño profundo.

Los que sueñan con el sueño profundo son muchos, incluso sueñan que están despiertos. Por ejemplo, las personas mayores tienen más problemas que los jóvenes para dormir toda la noche. Los enfermos de Alzheimer, por su parte, tienen alterada la hora del reloj biológico, y muchas veces permanecen muy activos por la noche, mientras el que tiene que cuidar se resta el sueño.

A pesar de los despertadores no se puede despertar, ¡eso sí que es una pesadilla!

Pues bien, para estudiar el efecto de la luz sobre el sueño se han utilizado residencias de ancianos y de enfermos de Alzheimer. Y los resultados parecen bastante claros: los que están a la luz durante el día duermen mejor por la noche. Por lo tanto, la luz está directamente relacionada con el sueño.

A la vista de estos resultados, en algunos talleres también se está intentando jugar con la luz para que los que hacen el turno de noche tengan menos problemas de sueño. Y es que al trabajar de noche y dormir de día, el horario está volcado, y muchas veces esas personas duermen menos horas de lo normal. Se está investigando sobre el uso de la luz en los turnos nocturnos y, entre otras cosas, se está estudiando cómo responden los trabajadores con más luz de la habitual en una fábrica de Volkswagen, esperando que 'engañen' el reloj del cuerpo y que los trabajadores no sólo estén mejor dormidos durante el día, sino que permanezcan más activos por la noche para que realicen más trabajo.

Los adolescentes que acuden a clase a primera hora de la mañana también tienen problemas de sueño, ya que la mayoría de los adolescentes son canguros por naturaleza y es difícil estar atentos a lo que dice el profesor a primera hora de la mañana. En las primeras horas del día el rendimiento del alumnado es menor, en definitiva, hay un problema horario. Quizás el horario de los centros educativos debería ajustarse al reloj biológico de adolescentes.

Asimismo, se ha comenzado a discutir sobre si los horarios no deben adecuarse al reloj biológico de cada persona, para que el operario esté lo más claro posible durante las horas de trabajo o el alumno. Los que luchan duramente son biólogos circadianos que estudian ciclos de 24 horas. Estos biólogos llevan años investigando la relación del ciclo del día y la noche con el sueño.

Trabajar en el turno de noche es especialmente duro porque hay que dormir de día.

Según estos estudios, por ejemplo, se sabe que los jóvenes, sobre todo en la adolescencia, son más activos al anochecer; y las personas mayores al revés: suelen ser muy tempranas. Sin embargo, cada persona tiene su propio horario, ya que aunque está establecido que el ciclo de la vida diaria es de 24 horas, el ciclo de una persona puede ser más o menos largo que 24 horas, y muchos de estos problemas vienen de la dificultad de adaptar su ciclo a lo cotidiano.

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