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En busca de abejas perdidas

2007/05/11 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Los apicultores estadounidenses están preocupados. La noticia no es nueva; en los últimos meses del año pasado comenzaron a darse cuenta de que a las abejas les pasaba algo, que estaban perdiendo colmenas. Desde entonces la situación ha empeorado. Al final, los apicultores han conseguido llevar el tema al congreso pidiendo que investiguen el problema.

Los apicultores estadounidenses piden al congreso que investiguen por qué las abejas están perdiendo. (Foto: S.Bauer/ARS)

A pesar de que los científicos están estudiando el fenómeno, todavía no saben por qué las colmenas están perdiendo, por lo que no saben qué hacer para detener la pérdida. Todos tienen claro, eso sí, que está provocando y va a traer consecuencias graves, sobre todo en la agricultura, y por eso creen que es urgente solucionar el problema cuanto antes.

Hay que tener en cuenta que la principal fuente de ingresos de la mayoría de los apicultores de EEUU no es la miel, sino los servicios de polinización. Así, en la época de floración de las plantas de los campos, los apicultores van estándose ofreciendo sus colmenas a los campesinos. Y es que las abejas son grandes polinizadores, ya que al recoger el néctar de las flores y el polen llevan el polen a los órganos femeninos. Gracias a ello la planta desarrolla frutos y semillas.

Pérdida económica

La polinización de los manzanos depende casi exclusivamente de las abejas. (Foto: S. Bauer/ARS)

Las abejas calculan que su trabajo como polinizador comercial en Estados Unidos cuesta 15.000 millones de dólares. Un tercio corresponde a la producción de alfalfa, en torno al 10% de manzana y un 6-7% a la producción de almendras, limón, algodón y soja, respectivamente.

Sin hacer cálculos, la importancia de las abejas en la agricultura es innegable, ya que la polinización de muchas plantas de campos y huertas depende casi exclusivamente de las abejas (90-100%). Entre ellos se encuentran la manzana, la almendra, el aguacate, el brócoli, el arándano, la cereza, el kiwi, la nuez de la makadamia, el espárrago, la zanahoria, la coliflor, la cebolla, el girasol, el calabaza y los cocidos. Los cítricos, el albaricoque, el girasol, la soja, el algodón, el cacahuete, el melón y otros no son necesarios para la polinización de las abejas, pero, sin embargo, el trabajo realizado por estos insectos tiene una gran importancia para la posterior cosecha.

Así, más de dos millones de colonias de abeja alquilan cada año en Estados Unidos para polinizar plantaciones. Por otro lado, en los últimos años el precio de este servicio ha aumentado (a finales de la década de 1990, en California, los productores de almendras pagaban 35 dólares por colonia y en 2005, unos 75 dólares). Estas cifras demuestran el efecto de la polinización por abejas en la agricultura y la economía.

Comportamiento anormal

El barro parásito está causando grandes daños a las abejas americanas y europeas. (Foto: S. Bauer/ARS)

Pero desde hace unos meses todo esto está en peligro. Las abejas están desapareciendo. Las poblaciones de abejas ya han sufrido descensos por diversos tipos de virus, bacterias o parásitos, estrés, contaminación, competencia... En los últimos tiempos, dos ácaros parásitos han causado la mayor pérdida en Estados Unidos, el barro, que también está afectando gravemente al País Vasco, y el Acarapis woodi.

Sin embargo, el fenómeno que se está produciendo no se parece a los anteriores. Por un lado, está ocurriendo muy rápido y en muchas colonias, y por otro, sobre todo, porque las abejas no están volviendo a la colmena, lo que es muy raro en las abejas. De hecho, las abejas son insectos puramente sociales, forman fuertes colonias bien organizadas y no tienen ninguna tendencia a abandonar la colmena.

La clave está ahí: las abejas adultas se pierden de repente, sin dejar rastro, es decir, no aparecen abejas muertas. En la colmena quedan las abejas jóvenes y la reina; puede haber un pequeño grupo de abejas adultas, pero no son suficientes para mantener la colonia.

Con el objetivo de comprender el fenómeno, los científicos han analizado los agentes habituales que afectan a las abejas y han estudiado si tienen relación con el fenómeno actual. Entre los factores analizados se encuentran los parásitos y agentes de la enfermedad, la escasa nutrición, la pérdida de diversidad genética, el estrés y los residuos químicos o contaminantes. Sin embargo, las investigaciones no han dado resultados concluyentes.

Buscando resolver el misterio

Científicos y apicultores colaboran para resolver el misterio cuanto antes. (Foto: S. Bauer/ARS)

Hay estudios, eso sí, que han tenido una repercusión bastante notable en los medios de comunicación, como los realizados en la Universidad Landau de Alemania. Según este estudio, los teléfonos móviles serían los responsables de la desaparición de las abejas. Al parecer, han demostrado que si se coloca un teléfono móvil cerca de la colmena, las abejas no vuelven a la colmena. Sin embargo, la mayoría de los científicos han advertido de que la investigación ha sido muy pequeña y no creen que sea esa la razón, al menos no la única.

De este modo, los investigadores siguen trabajando tanto en EEUU como en Europa. De hecho, en Europa también se están perdiendo colmenas, y algunos asocian este hecho al fenómeno estadounidense.

Existen dos hipótesis principales para explicar la pérdida que se está produciendo en Europa. Por un lado, puede deberse a un parásito que hasta ahora no apareció en Europa. El parásito se llama Nosema ceranae y debilita el sistema inmunitario de las abejas. En consecuencia, las abejas quedan desprotegidas ante ataques de barro y virus.

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