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Dopaje intelectual

2008/11/08 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

¿Quién no ha tomado la cafeína para estar despierto y alerta en un momento dado? Y seguro que conoces a alguien que durante la época de exámenes ha comido nueces, algas de espirulina o sardinas de lata, incluso de forma desinteresada, con la esperanza de que estos alimentos mejoren la memoria. Si es necesario, la influencia de estos alimentos no va a ser muy alta, pero algunos medicamentos tienen una gran eficacia y su uso ha sido controvertido.

A estos medicamentos que encienden la actividad cerebral se les llama s mart drugs, es decir, drogas rápidas. Dentro del sistema sanitario, se utilizan principalmente para tratar las alteraciones relacionadas con la concentración y la memoria, pero también para quienes no tienen problemas de salud, entre ellos los investigadores.

Muchos investigadores han reconocido que toman medicamentos que ayudan a concentrarse en el trabajo y a superar la fatiga.

A estos medicamentos que encienden la actividad cerebral se les llama s mart drugs, es decir, drogas rápidas. Dentro del sistema sanitario, se utilizan principalmente para tratar las alteraciones relacionadas con la concentración y la memoria, pero también para quienes no tienen problemas de salud, entre ellos los investigadores.

La cuenta salió a la luz hace unos meses. Dos investigadores de la Universidad de Cambridge, expertos en psiquiatría, comportamiento y neurociencias, publicaron un artículo sobre estas sustancias en la revista científica Nature. El artículo pretendía suscitar el debate, ya que el uso terapéutico está bien regulado, pero los autores no tienen duda de que estas sustancias se utilizan más allá del objetivo terapéutico. Y les parece necesario analizar en profundidad los efectos a largo plazo de este otro consumo, los efectos secundarios, etc. para que quien quiera consumir responsablemente tenga toda la información.

Entre otras cosas, en el citado artículo se mencionaba que algunas de estas sustancias no consideran que generarán grandes controversias, como por ejemplo, sustancias con efectos secundarios bajos o nulo, y con efectos moderados, como los que impiden un cierto olvido o ayudan a concentrarse en un día laborioso. "Pocos piensan que tomar un café en el trabajo le aporta una ventaja injusta", dicen: "¿Tomar como píldora o bebida cambia algo? ".

Este artículo recibió muchas respuestas en la web de Nature y los de la revista decidieron hacer una encuesta para saber cuántos investigadores toman estas sustancias. La encuesta fue publicada en internet y la respuesta era voluntaria. Un total de 1.400 respuestas procedentes de 60 países.

En concreto, preguntaron sobre las tres drogas: el metilfenidato (Ritalin), un medicamento que se utiliza para tratar a niños con falta de atención y problemas de hiperactividad, conocido también en la universidad, sobre todo en la época de exámenes; la modafina (Provigil), que se utiliza para superar el jet-laga y tratar las alteraciones del sueño; y los beta-bloqueadores, contra arritmias cardíacas y ansiedad.

Uno de cada cinco encuestados reconoce tomar alguna de estas sustancias o similar. Entre los consumidores se encuentran investigadores de todas las edades, que consumen mayoritariamente metilfenidato (dos de cada tres). Casi la mitad adopta la modafinilla y un 15% los beta-bloqueantes como el propanolol. A la vista de los números se deduce que algunos investigadores consumen más de una sustancia. Además, el 80% de los encuestados manifiesta que ingiere este tipo de sustancias, entre las que destacan el adeal (una anfetamina similar al metilfenidato), la dexedrina y otras, así como el gingko y los ácidos grasos omega-3.

En la encuesta también se preguntó sobre los efectos secundarios y casi la mitad de los encuestados ha respondido que sí han tenido efectos secundarios como dolor de cabeza, temblores, ansiedad e insomnio. Sin embargo, también señalan que al intercalar el consumo se reducen los efectos secundarios. Muchos obtienen estas sustancias dentro del sistema sanitario y a través de recetas, pero otros compran por internet.

Está claro que si se acepta o no, estas sustancias están ahí y el consumo, tanto terapéutico como no. Veremos cuál es su camino, pero al menos se ha iniciado el debate sobre el consumo.

Publicado en Gara

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