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Tras la huella de la primera molécula de la vida

2001/03/05 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

En los últimos cincuenta años se han realizado importantes esfuerzos para comprender el efecto molecular de la vida. En la actualidad está claro cuáles son los componentes que intervienen. En general, los principales son los ácidos nucleicos (ADN y ARN) y las proteínas.

La molécula de ADN codifica la información para elaborar proteínas. El ADN está almacenado en los núcleos de las células y los orgánulos que producen proteínas, los ribosomas, en el citoplasma. El mediador del transporte es la molécula de ARN. A pesar de que la investigación sobre el ADN ha sido la que más repercusión ha tenido últimamente en los medios de comunicación, los científicos están sorprendidos por lo que están aprendiendo sobre la molécula de ARN. En definitiva, al ARN, más que la mera capacidad de mediación, se le ha encontrado la capacidad de catalizar reacciones químicas. Es un dato de gran importancia ya que hasta hace poco esta capacidad sólo se atribuía a proteínas.

Los catalizadores son esenciales para, entre otras cosas, realizar copias de moléculas. Esta es, pues, una definición de vida desde el punto de vista bioquímico. Debido a la capacidad del ARN para realizar este trabajo, las sospechas que pueden ser la primera molécula de la vida se han fortalecido.

Los ribosomas, orgánulos que producen proteínas, están compuestos de proteínas y ARN. Los aminoácidos para elaborar proteínas deben ser transportados individualmente a los ribosomas para formar cadenas. Esta tarea también es responsabilidad de un tipo de ARN, de transferencia ARN (tARN). En la estructura del tARN hay dos importantes zonas, la denominada "minihélice" que une el aminoácido con el ARN del ribosoma.

Los bioquímicos Koji Tamura y Paul Schimmel han sintetizado un sustituto de la molécula tARN, que sólo tiene estos dos núcleos, y lo han unido a otra molécula alternativa al ribosoma (puromicina), con el fin de estudiar su capacidad de formar cadenas de proteínas. La respuesta ha sido afirmativa, es decir, la mezcla puede unir aminoácidos, pero con una condición. En el medio deben existir moléculas de imidazol para ayudarlo.

Los científicos tienen razón para pensar que en los primeros pasos del imidazol vivo también existía, pero no hay posibilidad de afirmar completamente. Hay muchas vías de unión entre aminoácidos, pero la catalisis del ARN ofrece numerosas ventajas para el desarrollo de la vida. Una de las más importantes es la posibilidad de realizar enlaces selectivos entre la unión de la minihélice del tARN.

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