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Resucita el virus mortal de 1918

2005/10/30 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

En 1918, una epidemia de gripe mató a 50 millones de personas en todo el mundo. Ahora, los científicos estadounidenses han conseguido resucitar en el laboratorio este virus. De las muestras que contenían el virus se ha recuperado el genoma, se ha rehecho en el laboratorio, se ha reproducido el virus en las células y se ha inyectado al ratón. Resultado: muerte.
Los virus, aunque son realmente simples y pequeños, pueden llegar a ser letales.
Foto: R. Hamilton/who

La intención de descodificar el genoma del virus y rehacerlo no ha sido, en absoluto, acabar con los ratones. El objetivo es muy diferente. De hecho, los investigadores esperan poder realizar vacunas y medicinas contra la gripe aviar que hoy nos amenaza.

De hecho, la gripe aviar no sólo contamina a las aves, sino también a las personas y las lleva a la muerte. Las autoridades sanitarias están tomando medidas drásticas para evitar la propagación del virus, ya que de lo contrario se corre el riesgo de extender la plaga a todo el mundo. Pero no hay tratamiento eficaz ni prevención frente a este virus, que es nuevo para el ser humano.

Los científicos creen que algo parecido ocurrió en 1918. Entonces, la ‘gripe española’ mató a 20-40 millones de personas en todo el mundo. Algunos dicen que los muertos fueron 50 millones. Lo cierto es que este virus provocó una terrible matanza y, al igual que en la actualidad, la mutación de un virus típico de las aves dio lugar a un virus capaz de matar a las personas.

Por eso es tan interesante para los científicos el virus de 1918. Una vez investigado, esperan encontrar el camino para frenar el actual. Al menos tienen esa esperanza. Ya se ha identificado un gen clave de aquel virus, que si se elimina no es capaz de provocar la muerte. El bloqueo de otros tres genes impide la proliferación del virus. Cabe destacar que el virus sólo contiene ocho genes, mientras que el ser humano se estima en torno a 30-40 mil.

Resucitando virus

Se ha inyectado el virus resucitado a los ratones.

Para resucitar el virus han partido de las muestras de un amigo fallecido en 1918. El cadáver se ha conservado durante muchos años en el permafrado de Alaska, y en la década de los 90 se empezaron a analizar las huellas de sus muestras pulmonares y a descodificar el genoma del virus. Para ello, han recuperado el ARN del tejido pulmonar, lo han convertido en ADN y lo han secuenciado.

La secuencia completa ha sido publicada ahora y, a partir de esta información, en otro laboratorio se ha sintetizado el ADN del virus. Posteriormente se ha introducido este ADN en las células humanas renales, obteniendo así las partículas de virus. Los han aislado e inyectado al ratón.

En el laboratorio, el virus ha demostrado que no ha perdido un poco de su capacidad de provocar la muerte. Cinco días después, todos los ratones habían muerto. Si el virus entra en las células pulmonares, en cuatro días genera 39.000 veces más virus que un virus de gripe convencional.

Riesgo

Los investigadores esperan que el experimento contribuya a combatir la gripe aviar. (FAO/H.D.Nam)

Sin embargo, muchos investigadores no ven con buenos ojos el experimento. Les parece un peligro enorme. Por un lado, hay riesgo de fuga de virus, como es el caso del virus SARS que huyó de tres laboratorios en 2003-2004. Y por otro lado, el genoma del virus ha sido puesto en la base de datos, desde donde cualquiera puede adquirirlo y regenerarlo. Sin embargo, los científicos que apoyan la investigación han respondido que el mayor peligro está en la naturaleza.

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