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Conservación de imágenes y registros sonoros

1989/10/01 Aizpuru, Maria Luisa - Elhuyar Fundazioa Iturria: Elhuyar aldizkaria

El tiempo hace que películas, vídeos, cintas magnéticas y registros de imagen y sonido en general se desvanezcan. Hoy en día existe una vía para hacer frente a los inevitables daños que el pasado de los años genera: la copia digital.
Si no se toman las medidas adecuadas, los registros de imagen y sonido pueden quedar deteriorados en pocos años.

Los interesados en coleccionar y conservar registros de imagen y sonido saben perfectamente los efectos del tiempo. Los responsables de los depósitos legales, filmotecas y fonotecas deben hacer un esfuerzo especial por conservar durante mucho tiempo el contenido de sus depósitos.

Se adoptan una serie de medidas para la conservación prolongada de los registros. La atmósfera de los almacenes y depósitos se controla cuidando la humedad y la temperatura. Teniendo en cuenta que la mayoría de los registros de imagen y sonido están realizados con materiales inflamables, resulta imprescindible tomar medidas contra el incendio. Para proteger estos documentos se utilizan los mecanismos y sistemas más sofisticados.

Estos sistemas especiales de almacenamiento permiten retrasar la obsolescencia pero no se evita totalmente el impacto del tiempo.

Las filmotecas y fonotecas son a menudo documentos, sobre todo los antiguos, que llegan en condiciones precarias. Los documentos que los particulares han conservado durante muchos años pueden estar algo deteriorados por no haber tomado medidas especiales de conservación o por haber sufrido daños en su uso.

Además, los registros que se recogen en estos depósitos suelen ser de todas las edades y épocas. Las películas y discos antiguos realizados en otra época de la tecnología, además de su conservación, plantean otro problema, el de la buena conservación de los equipos de la antigua tecnología que pueden leer y revisar esos documentos, lo que en muchos casos resulta muy problemático. Sin embargo, son absolutamente necesarias. Y es que no hay que olvidar que el principal objetivo de los depósitos es mantener los documentos que en ellos se recogen durante mucho tiempo en condiciones de ser vistos y escuchados.

En el futuro se digitalizarán todas las imágenes y documentos sonoros de los depósitos.

Las primeras películas eran de nitrato de celulosa. Este material es muy inflamable y puede inflamarse por su cuenta. Las películas en blanco y negro son estables. En cambio, en las películas de colores el color se degrada. La mejor forma de conservar las películas es almacenarlas en vacío (cajas estancas) a baja temperatura, pero esta solución resulta muy cara.

En cuanto a los registros sonoros, su duración está condicionada por las características de los distintos tipos de discos. Mientras que los discos clásicos de vinilo, por ejemplo, son bastante resistentes, los discos metálicos antiguos con superficie de acetato resultan extremadamente frágiles.

La calidad del material de conservación de las bandas magnéticas y el espesor del soporte son muy importantes. Cuanto más ligera es la banda y más fino es el soporte, más fácil se estropean. El disco compacto es el tipo de disco que menos problemas genera por el momento. Sin embargo, la tinta utilizada para imprimir los títulos puede causar problemas.

El disco compacto está formado por una placa de policarbonato prensado en la parte superior. Esta parte compactada se metaliza (tapa de aluminio), a continuación se coloca la capa de laca sobre la que se imprimen los títulos. La lectura se realiza a través de esta capa relativamente gruesa de policarbonato transparente. En los discos normales la lectura se realiza mediante una aguja de diamante que frota las líneas del disco.

En el caso del compacto se ha sustituido la aguja de diamante por un rayo láser intangible. Así puede leer el grabado digital sin estropearlo. En cuanto a la lectura, por tanto, este tipo de disco está bien protegido. Pero la tinta puede atacar por detrás la parte metalizada de aluminio. Cuando se comercializó el disco compacto, los técnicos trataron de proteger bien la zona de policarbonato con la convicción de que el ataque de la tinta podía producirse por la parte superior, pero no previeron que la tinta pudiera dañar la parte trasera.

XX. Gramófono de principios de siglo.

La conservación de los registros de imagen y sonido requiere no sólo de las medidas antes mencionadas, sino también de su conservación. Lo más adecuado sería sacar copia antes de que se produzcan registros dañados. En la actualidad no se realiza copia sistemática de los registros de los depósitos.

Además, sacar copia de algunos registros puede causar problemas. En registros muy obsoletos, por ejemplo, para sacar el duplicado primero hay que leerlo y puede resultar muy difícil e incluso imposible leerlo. Por ello, en algunos casos es necesario metalizar los discos para poder leerlos.

Los investigadores buscan los métodos que menos pueden dañar el soporte de los registros. La solución sería poder leer los discos normales sin tocarlos, es decir, como en el caso del compacto leer con el rayo láser.

No obstante, si el original presenta errores, la copia también recibirá errores. Lo ideal sería conseguir un sistema que parezca al trabajo de los copistas.

A pesar de no haber visto nunca los manuscritos que escribió Platón, hoy podemos leer con precisión lo que él escribió. Esto se ha conseguido gracias al laborioso trabajo de los copistas. La misión de éstos era precisamente esa: reescribir con precisión el original cuando un escribo comenzaba a deteriorarse. La digitalización permite alcanzar el mismo objetivo. Este proceso permite obtener una copia tan original como buena, siempre y cuando el registro o documento no esté muy afectado.

La digitalización de los registros permite seguir el mismo proceso. Si se produce un error en la lectura de un disco, por ejemplo porque parte del compacto está deteriorado, se corrige dicho error y se puede encontrar la información original en su totalidad. Esta información ya está en otro lugar del disco.

Disco compacto. Por sus características es el más adecuado para conservar este tipo de discos durante mucho tiempo.

Puede pensarse, por tanto, que en el futuro los documentos de filmoteca, videoteca y fonoteca nacionales serán digitalizados sistemáticamente. Aún así, no se sigue este proceso, por un lado porque la digitalización de los sonidos de imagen no está correctamente avanzada y por otro, por el momento, es muy costosa.

Otra cosa que se puede conseguir con la digitalización es el tratamiento de la misma información, como por ejemplo la eliminación de sonidos aburridos “clok” del disco rayado o la eliminación de ruidos externos. Sin embargo, esta posibilidad ha generado una actitud contraria a los puristas. A su juicio, los errores propios de los registros deben ser respetados y aunque algunas de las mejoras, como las arriba mencionadas, estuvieran dispuestas a aceptar, no deben modificarse las características de los documentos básicos, es decir, no es posible añadir color a las películas antiguas o eliminar el ruido exterior de los discos viejos (se sabe que en este último caso la ausencia de tonos altos los disimulan).

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