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Por la ciencia

2014/03/07 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

La historia está llena de ejemplos de mal uso de la ciencia. El último ha sido el presidente de Uganda, Yoweri Museven, con una ley contra los homosexuales basada en la ciencia.

Las decisiones han sido polémicas y, entre otros medios, la prestigiosa revista científica Science ha publicado un artículo sobre la cuestión. Según él, Museven ha utilizado la ciencia para legitimar la ley homófoba. De hecho, el propio Museven ha señalado que las conclusiones científicas de una comisión especial del Ministerio de Sanidad han llevado a sancionar las conductas homosexuales. “Han llegado a la conclusión de que la homosexualidad, en contra de lo que yo pensaba, es conductual y no genética. Ha aprendido y se puede desaprender”, escribió a Barack Obama, presidente de EEUU, cuando éste le pidió que no firmara la ley.

Sin embargo, los científicos que participaron en la comisión han reivindicado que Museven ha desvirtuado las conclusiones del comité científico. Por ejemplo, uno de ellos, el psicólogo clínico Paul Bangirana, ha cancelado completamente la lectura que Musevini ha hecho de su informe: “El informe no concluye que la homosexualidad no es genética y nosotros no hemos dicho que se puede desaprender”.

Además de Baringana, otros diez expertos constituyeron la asamblea especial, entre ellos miembros del Ministerio de Sanidad. Su responsabilidad era analizar las investigaciones y extraer conclusiones sobre el origen de la homosexualidad. Así, en el informe concluyeron que no hay género que implique ser homosexual. Respecto a los agentes del entorno, algunos factores, como la cultura o la presión de las personas del entorno, podían influir de alguna manera en la homosexualidad. Por otro lado, opinaron que había que regular la conducta homosexual y también la heterosexual, “para proteger a la más débil”.

Cuando Musevini y los miembros del Parlamento recibieron este informe, lo leyeron a su manera. En su opinión, el informe señalaba claramente que los homosexuales no lo son, sino que se hacen homosexuales. Por tanto, para ellos es legítimo y conveniente castigar las conductas homosexuales. Así lo expresó el Parlamento mediante una nota de prensa.

En el artículo de Science, Bangirana se queja de que en la nota de prensa han confundido lo dicho en el informe. Por ejemplo, en el informe se afirmó que la homosexualidad no es una enfermedad ni algo anormal. En cambio, en la nota de prensa aparece: “La homosexualidad no es una enfermedad, sino un comportamiento anormal que puede aprenderse a través de experiencias vitales”. Ante ello, Bangirana ha dejado claro que ellos no habían dicho que la homosexualidad sea anormal.

Otros miembros de la Junta se han opuesto a lo expuesto en la nota de prensa y han llegado a modificar el informe inicialmente redactado. De hecho, han eliminado la referencia a la regulación de conductas para evitar interpretaciones erróneas.

Pero ha sido inútil: Museven no tiene ninguna intención de rechazar la ley homófoba. Además de la persecución que sufrirán (y que sufren) las personas con conducta homosexual, la ley tiene otra consecuencia: dificulta la lucha contra el sida. La UNAIDS de la Organización de las Naciones Unidas ha anunciado que en Uganda cerca del 7% de los adultos padecen sida y que los hombres homosexuales corren 13 veces el riesgo de infectarse. En esta situación, UNAIDS advierte que la exclusión de los homosexuales supone una vulneración de sus derechos sanitarios. También en nombre de la ciencia.

 

Publicado en el diario Berria.

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