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Los pelos de Tsarin ayudan a resolver el misterio de su muerte

2001/03/14 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

En Kremlin, Moscú, los cadáveres encontrados en los cementerios medievales han sido sometidos a análisis químicos y han descubierto que los huesos de las mujeres tenían abundante plomo y mercurio. Según los investigadores, en la Edad Media las mujeres usaban cosméticos y ungüentos que contenían estos metales pesados. Además, se clarificaron las leyendas sobre el envenenamiento de las zarinas Anastasia Romanova y Elena Glinskaya, midiendo el número de mercurio de sus cabellos.

El año pasado, investigadores de la Academia Rusa de la Ciencia participaron en el XV y XVI. Se analizaron las huellas del siglo XX con el fin de investigar el estado ecológico de la época. Para ello se midieron, entre otras cosas, las cantidades de mercurio, plomo y arsénico que contenían las muestras. Sorprendió profundamente los resultados obtenidos.

Se analizaron los restos óseos de princesas y zarinas rusas escondidas en la necrópolis de la catedral del Goiangeru de Kremlin. Los huesos de la gran Sofía Paleolog, que murió en 1503, contenían 58,6 mg/kg de plomo (la cantidad normal es de 1,9 mg/kg), el número de zinc era el doble de lo normal y el número de cobre cuatro veces mayor. El contenido en plomo de los huesos de Evdokia Streshneva, fallecida en 1645, era 55 veces mayor, el número de arsénicos 10 veces mayor y el número de mercurio también lo era. Cifras similares se encontraron en los huesos de la princesa Evdokia Staritskaya, fallecida en 1569, así como en la Euphrosinia Staritskay. Los resultados indican que las mujeres del Kremlin medieval estaban en contacto continuo con el plomo, el mercurio, el arsénico y el bario.

Según las normas sociales de la época, en los actos oficiales las damas de la corte debían expresar caras blancas. Por otra parte, se utilizaban los mismos tintes tanto en pintura como en cosmética, pero estos tintes tenían mercurio, plomo y arsénico, y muchos medicamentos se fabricaban también con estos metales. Por ejemplo, el arsénico se utilizaba para tratar el tifus y las amigdalitis; la pintura arsénica con la que se pintaban las paredes también era perjudicial para la salud. Sin embargo, el origen del bario descubierto en los huesos de Evdokia Staritskaya no ha sido revelado. Probablemente el plomo blanco utilizado para iluminar la piel de la cara también tenía bario.

En los huesos de la zarina Anastasia Romanova, esposa de Iván IV, se midieron cantidades aún mayores de estos elementos. Murió a los 25-26 años en 1560 y, según la leyenda, fue envenenado. Tras realizar un análisis espectrofotométrico de su trenza rubia, bien conservada, descubrieron que tenía ingentes cantidades de mercurio. También se encontraron cantidades anormales de mercurio en los trozos de tela y materia putredida. Los investigadores creen que por la acumulación de mercurio en medicamentos y cosméticos era imposible conseguir tanta cantidad. Además, el mercurio era el veneno medieval más utilizado.

La muerte en 1538 de la gran duquesa Elena Glinskaya, segunda esposa de Vasili III, era también un misterio y el estudio de su pelo rojo reveló una gran cantidad de mercurio. Según los investigadores, los análisis de los pelos de Anastasia y Elena demuestran la teoría del envenenamiento.

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