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Narradores

2012/11/15 Carton Virto, Eider - Elhuyar Zientzia

"Hábitos sexuales. Eliminaremos esta parte y imprimiremos sólo unas copias. ¿Cuántos nos gustaría? ", escribió el responsable de zoología del Natural History Museum al responsable de aves. (...) The sexual habits of the Adélie penguin, las costumbres sexuales de los pingüinos Adélie. Originariamente era parte del libro Natural History of the Adélie penguin, escrito por George Murray Levick. Pero el libro fue publicado sin aquella parte en 1915; lo que Levick contaba allí era demasiado crudo para publicarlo.

Así comienza la historia publicada en la última revista Elhuyar, “Los pingüinos pervertidos y crueles de George Murray Levick”. Levick fue uno de los miembros del prestigioso viaje de Scott al Polo Sur de 1910, un cirujano de la marina que se dedicó a la exploración científica del entorno. Algunos de los comportamientos observados durante el estudio de las colonias de pingüinos, Adélie, se vieron totalmente alterados, lo suficiente para deshacerse del libro que escribió sobre ellos. Es más, anotó en su cuaderno notas sobre los “crímenes” más cruel y los comportamientos sexuales más perversos, en alfabeto griego, para evitar que cualquier persona lo lea.

Entre estas perversiones se encontraban la necrofilia, la masturbación, las acciones homosexuales, las violaciones colectivas y los asesinatos. Los hooligans eran los autores de los peores crímenes. Así fue como Levick nombró a los machos que quedaban sin pareja y escribió con cariño sobre ellos, por ejemplo: "Una vez que uno de los dos chites que estaban en el nido con su madre se alejó un poco, de repente fue atrapado por una hooliga y violado ante los ojos de su madre. Su madre, mientras le sucedía, siguió en el nido con el otro, y cuando el pollito atacado consiguió escapar y volvió a su madre, él no quiso saber nada con el niño, que le pidió cada vez que intentaba volver al nido. Desesperada, probó si otro progenitor lo había adoptado, pero nadie lo había hecho, y recibió tanto picoteo que para el final tuvo que matarlo para librarse del dolor".

Los pasajes censurados en 1915 han visto la luz este año. Han permanecido en el archivo del Natural History Museum de Londres durante casi cien años, hasta que un conservador lo localiza y decide publicarlo. Se han publicado en la revista Polar Record, junto a la interpretación realizada por dos investigadores expertos en pingüinos, que los pingüinos muertos tienen la misma postura que la hembra dispuesta a copular, que no son necrófilos.

Hace unos días dije la historia y me enviaron vía twitter la noticia de la siguiente noticia: “Gay Penguins Become Dads!” era una nota en la web del proyecto The Good Men, haciendo referencia a la noticia “World first as gay King penguins become fathers” publicada en el diario Toronto Star. La noticia contaba cómo en un zoo de Dinamarca, un par de pingüinos emperadores formados por dos machos han incubado un huevo abandonado y se han convertido en padres. En ambas zonas el apoyo a la noticia era evidente.

“XXI. The Good Men se presenta como un proyecto que recoge una mirada sobre lo que puede ser la masculinidad del siglo XX. La descripción se relaciona perfectamente con la anécdota de los pingüinos y el resumen de todas estas historias. Es decir, con una diferencia de cien años y unas perspectivas muy diferentes, que el pingüino, sobre todo el narrador, nos

refleja.

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