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Las algas son poco tóxicas para los copépodos

2002/09/30 Orobengoa, Olatz - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

El estudio dirigido por el hondarribiarra Xabier Irigoien ha aparecido en la portada de la revista Nature en el número 26 de septiembre.

Xabier Irigoien, de la Fundación AZTI, en colaboración con institutos de oceanografía e investigación de otros cinco países, ha llevado a cabo un estudio sobre los copépodos, analizando la influencia de los alimentos en la reproducción de copépodos.

Los copépodos son animales microscópicos que viven en el mar. Su nivel en la cadena alimentaria marina es importante ya que son uno de los alimentos básicos de los peces. Por ello, la abundancia de copépodos es imprescindible para que luego haya mucho pescado.

Al mismo tiempo, los copépodos se alimentan de fitoplancton. El fitoplancton está formado por varias algas microscópicas, entre las que destacan las diatomeas. Por lo tanto, los diatomeas, copépodos y peces constituyen una importante cadena alimentaria en el ecosistema marino.

En el laboratorio se han realizado diversos estudios con copépodos y diatomeas y en algunos de ellos se propuso que los diatomeas pudieran influir en la proliferación de copépodos. Parece ser que los diatomeas producían un compuesto potencialmente tóxico para los huevos de copépodos.

Irigoien, y el equipo de científicos que él ha coordinado, han estudiado si esto ocurre en la naturaleza, es decir, si un aumento importante de la población de diatomeas en el mar repercute o no en la capacidad reproductiva de los copépodos. Para ello, se han tomado muestras en ecosistemas marinos ricos en diatomeas como Oregón, Namibia y los fiordos noruegos.

Estas muestras de diatomeas se han comparado con la tasa de proliferación de copépodos en cada lugar y han llegado a la conclusión de que ninguna de ellas afecta. Según ellos, la reducción de la tasa de proliferación de copépodos en los laboratorios puede deberse, por un lado, a la escasez de nutrientes que pueden contener los diatomeas y, por lo tanto, a la disminución de la tasa de proliferación de copépodos si sólo se consumen. Por otro lado, es posible que el tipo de diatomeo utilizado para alimentar a los copépodos sea también tóxico.

Sin embargo, esta última investigación científica ha demostrado que esto no ocurre en la naturaleza, por lo que los diatomeas no causan ningún daño en la cadena alimentaria.

Xabier Irigoien es hondarribiarra de 35 años. Estudió Biología en la Universidad del País Vasco en Leioa, completó sus estudios de oceanografía en la Universidad de Burdeos, donde cursó tanto el máster como la tesis doctoral. Trabajó durante dos años en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona y los últimos 6 años en Gran Bretaña. En los centros de investigación Plymouth Marine Laboratory y Southampton Oceanography Centre, Nature ha realizado la investigación que acaba de publicar. En la actualidad, Xabier Irigoien trabaja en Pasaia, Fundación AZTI, tras obtener la beca Ramón y Cajal para 5 años.

Todos los pormenores de la investigación los relatará el propio Xabier el próximo miércoles en el programa Norteko Ferrokarrilla de Euskadi Irratia, a partir de las 8 de la tarde.

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