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Un mundo oscuro, silencioso, húmedo...

2002/12/15 Lasa Iglesias, Aitziber - STEAM Hezkuntza arloko arduraduna

Alguien sabe... quizá por el maravilloso viaje que acababa de escribir Julio Verne en aquella época, Edouard Alfred Martel partió para explorar el interior de la Tierra. En un entorno totalmente insólito, el visitante puede sentir que se encuentra inmerso en un mundo muy lejano. Quizá algo parecido a lo que sentiría tanto en el fondo marino como en la superficie de otro planeta... Vamos a adentrarnos en el maravilloso mundo de los espeleólogos y a saber, de paso, qué nos dice de la tierra.
En Euskal Herria predominan las cuevas con entrada vertical.

Nada más adentrarse en una cueva, un abrigo o una cueva, el espeleólogo deberá recoger el casco, los arneses, el material de escalada, las cuerdas y la lámpara de carburo, entre otras cosas. Y es que se introducirá en un mundo absolutamente atípico. El olor es diferente: se percibe moho y humedad. No se escucha como es habitual, se amortigua raramente el sonido y se refleja en cavidades alejadas de la superficie terrestre. Sobre todo, el silencio y la falta de luz. Las referencias de tiempo y espacio se pierden. La seguridad de estar muy lejos de la salida es total. Eso también influye psicológicamente. Pero, sobre todo, es un privilegio. Muy pocas personas tienen la oportunidad de explorar estos lugares, ¡que disfrutemos de la excursión!

Viales subterráneos

Cuevas horizontales, profundas simas verticales, amplias cavidades y sistemas laberínticos, que conforman en su mayor parte pasos subterráneos. Y estas estructuras tienen que ver con el mecanismo de formación de las cuevas.

Hay muchas formas de crear cuevas, pero la más común es la que genera formaciones kársticas. En los terrenos kársticos la piedra tiene forma de arcilla seca y es una tierra agrietada y llena de agujeros, permeable. El agua caída no tiene desagüe y se dirige directamente al subsuelo. El agua disuelve la caliza y, tras un proceso milenario, las aguas subterráneas forman una red de pasos.

Espeleología en beneficio de la ciencia

Quizá los animales más conocidos de las cuevas son los murciélagos. En la oscuridad de las cuevas es habitual la depigmentación.
Fotos: J. Aihartza

La espeleología es la investigación del mundo subterráneo, una palabra derivada de la palabra griega spelayo que significa cueva. El espeleólogo francés Edouard Alfred Martel es considerado el padre de la espeleología actual, ya que Martel fue el primero que estudió las cuevas con fines científicos.

La espeleología tiene tres líneas de investigación: geoespeleología, bioespeleología y antropoespeleología. La geoespeleología analiza la estructura geológica del subsuelo, incluyendo estalactitas, estalagmitas y estructuras cristalinas en cuevas calizas. La bioespeleología estudia la vida subterránea, ya que las condiciones a las que se ven sometidos estos seres vivos son tan especiales que en las cuevas hay animales muy curiosos. Y por último, la antropoespeleología permite analizar los restos que hay en las cuevas y comprender mejor la antigüedad del ser humano.

Cuevas de Euskal Herria

Euskal Herria es un lugar bello para los espeleólogos, ya que nuestros alrededores están cubiertos de cuevas. Pero predominan las cuevas con entrada vertical. Por ello, la espeleología local recibió un gran impulso cuando se empezó a utilizar la blanda o escala de cable de acero.

Las primeras exploraciones espeleológicas en Euskal Herria se realizaron en las cuevas de Gipuzkoa. De hecho, entre 1871-1930 se llevaron a cabo diversas prospecciones y excavaciones para investigar la prehistoria en cuevas como Aizkirri, Aitzbitarte, Urteaga, etc. (S. Umerez, C. Lersundi, T. Aranzadi, E. Eguren, J.M. Barandiaran). Del mismo modo, entre 1905 y 1929, E. Racovitza y R. Jeannel, pionero en bioespeleología, analizó la fauna de varias cuevas de Gipuzkoa.

Entre Navarra y Zuberoa, en el macizo de Larrea, se encuentran algunas de las cuevas y abrigos más importantes del mundo, conocidos hasta la fecha. Entre las cuevas más profundas se encuentra la cueva de Budogia (Bu-56, –1.408 m) o la P. S. Sima Martín (-1.342 m). Entre los más largos, el citado P. S. Cueva de Martín (52,7 km). En la zona de Bizkaia, el sistema Caballos-Valle tiene 60 km de longitud y en Álava, la cueva SI-44 tiene 42 km de longitud. En Gipuzkoa se han investigado ya cerca de 1.700 cuevas. Entre ellos, los más profundos son Ormazarreta 2 (-576 m), en Aralar, y el orificio de Gaztelu (-522 m), en la zona de Aitzgorri.

Fauna rupestre

En los terrenos kársticos hay infinitas cuevas que ofrecen a los espeleólogos unas cavidades únicas.
L. Astorkia

El mundo de Harpete es principalmente un campo mineral, pero también hay seres vivos, entre los que la mayoría son animales. Las plantas y animales rupestres son las ocurrencias de un artista surrealista: los murciélagos, los ojos gigantes y los anfibios albinos, las lombrices translúcidas y luminiscentes, las raíces vellosas de los árboles, los hongos... un mundo condicionado por la falta de luz. En las cuevas viven más de cinco mil animales diferentes.

Antropoespeleología

Las cuevas han sido utilizadas por el hombre desde tiempos remotos, desde el frío hasta la lluvia y los animales. Por lo tanto, se han recogido numerosos vestigios en las cuevas, que son recogidos y analizados por antropólogos, paleontólogos y arqueólogos quienes construyen sus teorías.

En la cueva de Lezetxiki, situada en el macizo de Udalaitz, se encuentra el yacimiento correspondiente a la época más antigua de la prehistoria vasca. En la cueva de Ekain, en el macizo de Izarraitz, se han encontrado pinturas del período Madeleine, con espectaculares imágenes de caballos, bisontes y osos. Pero son pocos ejemplos.

Por lo tanto, el interior del terreno, ¿no?

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