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Denunciando polvo

1994/09/01 Elhuyar Zientzia Iturria: Elhuyar aldizkaria

El estudio de los polvos y cenizas volcánicas depositados en el fondo de los Océanos africanos por el viento ha permitido a los paleoclimatólogos aclarar los cambios climáticos ocurridos en este continente durante los últimos cinco millones de años. Los datos geológicos ofrecidos por las capas de sedimentos del fondo oceánico han proporcionado una información muy precisa sobre las variaciones climáticas, con un posible error en la datación entre 10-20.000 años.

Hasta el momento los científicos han establecido las relaciones de la evolución del clima con los datos paleontológicos sólo para un período de entre 3,5 y 4 millones de años. La siguiente temporada es la más interesante de nuestra evolución, pero hasta ahora sólo se han hecho hipótesis. Ahora las cosas están más claras.

El estudio de los polvos y cenizas volcánicas depositados en el fondo de los Océanos africanos por el viento ha permitido a los paleoclimatólogos aclarar los cambios climáticos ocurridos en este continente durante los últimos cinco millones de años.

Hace cinco o seis millones de años, al final del Mioceno, el clima se enfrió y se secó, sustituyendo las selvas tropicales por la sabana en África. En aquel retroceso de la selva, una especie de mono que vivía al menos en las ramas de los árboles aprendió a vivir en una sabana con árboles dispersos. Este antepasado de los australopitecos y homínidos tendía a caminar sobre las dos piernas.

Cada vez más tarde, hasta hace unos tres millones de años, los climas cálidos y húmedos alternaron con los secos y fríos. Como consecuencia, las sabanas arbóreas se expandieron y redujeron respectivamente. Algunos de los australopitecos quedaron aislados en zonas forestales y otros ocuparon los prados cercanos. Finalmente, durante el frío intenso que ocurrió hace 2,8 millones de años se formaron dos grandes ramas de homínido.

En los próximos miles de años, una rama de homínido se convirtió en vegetariana en las orillas de los ríos de la sabana. En el pantano seco, estos llamados “fuertes” australopitecos, tenían que comer semillas y tubérculos. Los homínidos del otro grupo eran más ligeros y colonizaron los diferentes hábitats. Se alimentaban de todo tipo de alimentos, incluida la carne. Gracias a este sistema, podían adquirir la comida en cualquier época del año. Después, después de que los elementos más “inteligentes” y los cerebros más fuertes se impongan por selección, aparecieron los primeros Homos.

Los “fuertes” de Australopit fueron destruidos hace aproximadamente un millón de años y el Homo erectus comenzó a conquistar el mundo dejando África.

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