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Alimentación del bebé (y II)

2002/05/01 Lorenzo, Arantza | Uranga, Ane Miren Iturria: Elhuyar aldizkaria

Como se ha indicado en el número anterior, el alimento ideal para los primeros meses del bebé es la leche materna o una leche materna de características similares a la leche materna. Sin embargo, aunque la leche es suficiente para cubrir las necesidades alimenticias del niño durante los tres o cuatro primeros meses de vida, se recomienda empezar a introducir más comida a partir del cuarto mes para cubrir las nuevas necesidades energéticas y nutritivas del niño.

Este proceso de introducción de nuevos alimentos se debe realizar lentamente a medida que el aparato digestivo del niño se va adaptando y siempre adaptado a cada niño. En el primer año el niño pasa de alimentarse de leche pura a consumir la mayor parte de los alimentos que come una persona adulta, de alimentarse de leche pura a ser omnívoro.

Los citas son los primeros alimentos que se introducen en la leche. Estas raciones se comercializan en forma de harina y existen en el mercado dos tipos: las que contienen gluten (trigo, avena, cebada y centeno) y las que no contienen gluten (arroz, maíz, soja y tapioca). Se recomienda usar harina sin gluten al principio y gluten a partir del octavo mes. Se consigue aumentar la distancia de una toma a otra mediante la introducción de los citos. Vuestros deben cubrir entre el 3 y el 5% de la energía que necesita el niño durante el día.

La siguiente comida que hay que introducir para completar la alimentación del niño es la fruta, siempre en puré y con cucharilla es lo más recomendable para evitar la caries. Los expertos hacen mención especial a los zumos, que no son recomendables para niños de hasta tres meses.

Las verduras se pueden tomar a partir del sexto mes, siendo las más adecuadas en un principio los purés de patata y zanahoria. Dado que el resto de hortalizas contienen una gran cantidad de fibra, se recomienda no entregarla al niño hasta el noveno mes, ya que su aparato digestivo no está preparado para asimilar la fibra. Puerros, espinacas y remolacha no son aptos hasta que el niño cumpla el año.

El puré de verduras se puede enriquecer con carne a partir del 6º mes. Basta con 10/15 g de carne al día y siempre escoger carnes con poca grasa. En cuanto a la forma de preparar, hay que decir que la cocción es la más adecuada.

El pescado se puede tomar a partir de los nueve o diez meses y al principio siempre se puede tomar pescado blanco, con la menor cantidad de grasa. El último alimento que hay que introducir es el huevo: aunque la yema puede entrar a partir del noveno mes, no se debería dar el huevo entero al niño antes del undécimo mes porque puede causar alergias e incompatibilidades.

La leche debe suministrar al niño de un año un 50% y otro 50% de la energía que necesita, fruta, verdura, carne, pescado, etc. le deben ofrecer. Por último, hay que mencionar que los nuevos alimentos deben introducirse lentamente en la dieta del niño a medida que se va familiarizando con los nuevos sabores y texturas.

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