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Últimas aventuras de la sonda Galileo

2001/03/20 Astobiza, Amaia

Galileo es una sonda que gira alrededor del planeta Júpiter. Despedido en 1989, se encuentra en órbita desde hace cinco años en el planeta gigante. La NASA ha anunciado que las tareas que le han preparado para los próximos meses serán las últimas que realizará.

El nuevo proyecto costará 9 millones de dólares y finalizará en agosto de 2003. Este mes la sonda será enviada a la atmósfera de Júpiter y al llegar a ella se desintegra como un balón de fuego. Pero antes de desaparecer para siempre tendrá que observar varias lunas de Júpiter.

El 25 de mayo de este año volará a 123 kilómetros del satélite Calisto. Esta maniobra será muy importante ya que la gravedad de Calisto alterará el recorrido de la sonda y permitirá volar por encima de las regiones polares de la luna volcánica Io durante los meses de agosto y octubre. En este vuelo, Galileo retrata la luna Io y analiza las partículas de polvo. Con esta observación los científicos quieren saber si la luna crea su propio campo magnético. A partir del año 2002 la sonda Galileo no será capaz de sacar fotos. Sin embargo, seguirá estudiando el campo magnético de Júpiter con otros siete instrumentos. En enero de 2002 vuelve a pasar cerca del satélite Calisto, cerca del ecuador. A continuación, en noviembre del mismo año, se acerca mucho a Júpiter y pasa a unos 500 kilómetros de la Luna Amaltea. En este caso, analizará la masa y densidad de la Luna, que, según estudios anteriores, es diez veces menor que Io. Gracias a esta última órbita, en agosto de 2003 se enfrentará al gigante planeta Júpiter, cuya atmósfera quemará la sonda Galileo.

La destrucción de la sonda ha sido recomendada por el Consejo Nacional de Investigación. Parece ser que antes de despegar no se esterilizó, por lo que si Europa se oponía a la luna, existe el riesgo de contaminación biológica en este satélite. Si esto ocurre, otro proyecto de la NASA podría desmoronarse. Los científicos quieren averiguar si hay vida en este satélite. Parece ser que bajo la sólida capa de hielo europea se encuentra el mar líquido y para poder analizarlo es necesario mantener el líquido en su estado original.

Los responsables de la NASA se han mostrado muy satisfechos y orgullosos del trabajo realizado hasta la fecha por Galileo, que ha desempeñado muy bien su cometido durante sus años de órbita. Entre otros hallazgos, a través de Galileo, se encontraron evidencias de la existencia de actividad volcánica en la luna Io. Además, en diciembre de 2000, se adhirió a la nave espacial Cassini, que se dirigía a Saturno, observando entre ambos el sistema jobiano y su entorno magnético.

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