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Enfermedades infecciosas, nuevas enfermedades

2001/05/01 Arrese, Elixabete | Basaras, Miren - Mikrobiologiako Irakasle Titularra Iturria: Elhuyar aldizkaria

La aparición de nuevas enfermedades infecciosas o contagiosas ha sido constante en los últimos veinte años. Por un lado, se han identificado numerosos microorganismos y, por otro, los ya conocidos microorganismos patógenos o nocivos han sido capaces de alterar su capacidad patogénica, convirtiéndose en agentes causantes de enfermedades no contaminantes.

Entre estos nuevos microorganismos se encuentra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) causante del SIDA, mientras que entre los microorganismos reaparecidos se encuentra el cólera epidémico o la tuberculosis. Por todo ello, se han publicado numerosos libros y artículos y se ha publicado una nueva revista para difundir información sobre estos microorganismos, la revista Emerging Infectious Diseases.

La mayoría de los microorganismos patógenos descubiertos son causantes de enfermedades humanas. En la tabla 1 se recogen los nuevos microorganismos encontrados en los últimos veinte años, indicando cuándo se encontraron, qué tipo de microorganismos son y qué enfermedades causan. Como se ve, la mayoría son virus, pero hay bacterias y también priones.

El daño causado por un microorganismo se denomina patogenia o patogenicidad para producir una enfermedad infecciosa. La patogenia se representa como triángulo y en cada vértice se sitúa el huésped (el hombre), el medio y el microorganismo. La interacción de estos tres componentes causará enfermedad en el ser humano.

Para ello es necesaria la presencia del propio microorganismo, las condiciones adecuadas para su contaminación y la superación de los límites de defensa del mismo.

¿Por qué se crean nuevos microorganismos?

Existen muchos factores que contribuyen a la difusión de los microorganismos recién descubiertos y a la aparición de la enfermedad, pero la mayoría están relacionados con el crecimiento de la población y la movilidad a lo largo de su mundo.

El agua puede ser un medio de transmisión de muchas enfermedades.

El hecho de que las personas viajen por el mundo supone la extensión del microorganismo, ya que en algunas regiones pueden trasladar microorganismos y enfermedades endémicos o locales a otras regiones. Ejemplo de ello son el paludismo africano, la gripe de Hong Kong y el virus del Nilo Occidental que apareció en Nueva York hace dos años.

El virus del Nilo Occidental es endémico en Europa, África y Asia y ataca principalmente a las aves. En Norteamérica no existía, pero se cree que un ave contaminada fue trasladada a Nueva York y el virus provocó la muerte de miles de aves y 9 personas. Hoy en día creen que el virus persiste y temen extenderse a otras regiones de América.

Por lo tanto, además de los desplazamientos humanos, el transporte de animales puede ser una vía de transmisión de enfermedades. Entre ellos se encuentran el Marburg o el virus Ebola, transportado por los monos. A través de los monos, el virus fue transportado desde África a Alemania y Estados Unidos. Los patógenos no respetan las fronteras nacionales.

Por otra parte, el crecimiento de la población (sobrepoblaciones) y el envejecimiento, los problemas de higiene y las inadecuadas infraestructuras de saneamiento favorecen el desarrollo de microorganismos.

AÑO

AGENTE

ENFERMEDAD

1980

Virus linfotrópico humano tipo I

Linfoma/leutzemia células T adultas

1982

Virus linfotrópico humano tipo II

Leucemia de células T anormales

1982

Borrelia burgdorferi

Enfermedad de Lyme

1983

Virus de inmunodeficiencia humana (VIH-1, VIH-2)

Síndrome de inmunodeficiencia adquirida

1983

Helicobacter pylori

Gastritis, úlcera gástrica

1983

Escherichia coli 0157:H7

Colitis hemorrágica

1988

Virus del herpes humano 6

Exantema espontáneo (roséola infantil)

1989

Ehrlichia spp.

Reliquiosis humana

1989

Virus de la hepatitis C

Hepatitis no A no B transmitida por Vía Parenteral

1990

Virus del herpes humano 7

Exantema espontáneo, pitiriasis

1990

Virus de la hepatitis E

Hepatitis no A no B transmitida por heces

1991

Virus de la hepatitis F

No-A no - Hepatitis B grave

1992

Vibrio cholerae 0139:H7

Cólera epidémica (cepa nueva)

1992

Bartonella henselae

Angiomatosis por bacilos

1993

Virus “sin nombre”

Síndrome pulmonar por inflamación

1993

Virus de la hepatitis G

Hepatitis no A no C ?

1994

Virus Sabia

Fiebre hemorrágica brasileña

1994

Virus del herpes humano 8

Sarcoma de Kaposi

1995

Hendravirus

Meningitis, encefalitis

1996

Priones (Encefalopatía espongiforme bovina ?)

Nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob

1997

Virus influenza A (H5N1)

Gripe (Hong Kong)

1997

71 Enterovirus (EV71)

Encefalitis epidémica

1997

Virus transmitido por transfusiones (TTV)

Hepatitis no A no G ?

1998

Nipahvirus

Meningitis, encefalitis

1999

Virus influenza A (H9N2)

Gripe (Hong Kong)

1999

Virus del Nilo Occidental (Tipo 1)

Encefalitis (Nueva York)

2000

Virus PMV

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Por ejemplo, aunque el virus de la hepatitis E se transmite a través de las heces, si éstas contaminan el agua, el agua también se convierte en fuente de infección. Lo mismo ocurre con muchas otras enfermedades y por eso el agua es una fuente de infecciones primarias: en todo el mundo mueren cada año 5 millones de personas por la presencia de microorganismos patógenos en aguas contaminadas.

La sobrepoblación de Ciervo provocó la enfermedad de Lyme en el este de Estados Unidos.

Los cambios ecológicos son también un factor a tener en cuenta, ya que los cambios en el uso de la tierra (deforestación y reforestación) alteran el entorno y el lugar de depósito de microorganismos. Por ejemplo, la deforestación en el este de Estados Unidos y la posterior reforestación generaron un bosque diferente en el que la población de ciervos aumentó. Pero la cercanía de seres humanos, ratones, ciervos y garrapatas hizo que en 1982 apareciera la enfermedad llamada Lyme. Desde entonces la enfermedad se ha extendido y actualmente la enfermedad de Lyme también existe aquí. En Estados Unidos también apareció en 1993 un virus “sin nombre” que provocó un grave síndrome pulmonar. Se observó que el virus estaba relacionado con la aparición anormal de roedores en las viviendas.

Aunque es más difícil de ver, el cambio en los cuidados médicos puede dar lugar a la aparición de un nuevo microorganismo. El uso creciente de prótesis y catéteres y el aumento del uso de medicamentos inmunosupresores (en el caso de trasplantes y cáncer) se traducen en una mayor generación de microorganismos oportunistas y en una mayor rapidez y agresividad de la enfermedad.

Además, hay que cuidar los avances tecnológicos e industriales. Por ejemplo, las nuevas tecnologías utilizadas en la preparación y conservación de los alimentos pueden tener efectos inesperados sobre la seguridad de los microorganismos y, si no se utilizan adecuadamente, pueden dar lugar a nuevas infecciones por los alimentos contaminados, como la colitis hemorrágica producida por la bacteria E. coli O157:H7, que descubrió por primera vez en hamburguesas incorrectamente realizadas. O el mal de las vacas locas que se ha convertido en tan grave. De hecho, los inadecuados procedimientos de desinfección utilizados en Gran Bretaña para obtener pienso ganadero a partir de restos animales han permitido adaptar la enfermedad del scrapie ovino a los bovinos, creando una encefalopatía espongiforme bovina. Esta última parece estar relacionada con la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en el ser humano.

El crecimiento y la movilidad de la población es una vía de expansión mundial de los microorganismos.

Por último, las adaptaciones y modificaciones genéticas de los microorganismos pueden dar lugar a nuevos patógenos. Los microorganismos son capaces de ser resistentes a los medicamentos y de producir cambios antigénicos. Estos cambios antigénicos hacen que los anticuerpos capaces de matar estos microorganismos en uno de ellos no sirvan en el siguiente, ya que el anticuerpo no es capaz de reconocerlo debido a los cambios que ha hecho el microorganismo. Esto permite la generación de microorganismos con un comportamiento diferente al original. Por ejemplo, los virus A influenza, creados en Hong Kong en 1997 y 1999, causaron graves problemas de gripe.

No obstante, la investigación básica y los estudios clínicos para la detección de nuevos microorganismos son imprescindibles y facilitan el desarrollo de diagnósticos, terapias y vacunas.

¿Qué se puede hacer contra estos nuevos microorganismos?

Los microorganismos recién descubiertos y las enfermedades infecciosas causadas por ellos suponen una amenaza continua para el mundo, ya que aunque algunas enfermedades están controladas por vacunas y medicamentos, se crean otras nuevas. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una estrategia de prevención para controlar estas nuevas enfermedades infecciosas. Los objetivos de esta estrategia son:

  • Cuidado y respuesta: reforzar el cuidado de los microorganismos recién encontrados, analizar las enfermedades causadas por los mismos e investigar los factores que influyen en su aparición.
  • Investigación aplicada: desarrollo de herramientas para la identificación y comprensión de nuevas enfermedades infecciosas, limitación de las causas de riesgo de las enfermedades crónicas y desarrollo y evaluación de estrategias de prevención y control.
  • Infraestructura y educación: los objetivos están orientados a aumentar la capacidad de los laboratorios internacionales para conocer y comunicar, tanto clínicamente como epidemiológicamente, las nuevas enfermedades infecciosas y poder responder a la enfermedad con la mayor rapidez posible.
  • Reforzar la capacidad internacional de prevención y control: con este objetivo se pretende desarrollar, evaluar e impulsar nuevas estrategias que contribuyan al cuidado de la salud y a modificar comportamientos que faciliten la transmisión de microorganismos. La obtención de nuevas vacunas y medicamentos también es parte de este objetivo.

Objetivos de la prevención

Las pretensiones a tener en cuenta en la prevención de nuevas enfermedades infecciosas o contagiosas tienen una doble vertiente: por un lado, los problemas de aparición de la enfermedad y por otro, la población en riesgo de enfermar. Lo que está claro es que la prevención se debe hacer a todos los niveles y desde diferentes perspectivas.

Por un lado, para hacer frente a la creciente resistencia de los microorganismos a los medicamentos es necesario crear nuevos medicamentos y realizar campañas para su correcto uso, ya que en algunos casos este problema se está haciendo muy grave. Por ejemplo, la tuberculosis está fortaleciendo tanto.

Por otro lado, hay que controlar los vectores, los intermediarios que extienden las enfermedades, es decir, los alimentos, el agua, etc. Para ello, sin modificar el hábitat de los vectores, se deberán utilizar métodos adecuados de desinfección de aguas y alimentos.

Las transfusiones de sangre también permiten la transmisión de muchas enfermedades, ya que la sangre y sus derivados son idóneos para el transporte de VIH, Virus de la Hepatitis C, TTV, etc. Por tanto, la detección y prevención de estos microorganismos requerirá un cuidado importante de la sangre, inventando nuevas pruebas diagnósticas.

El transporte de microorganismos desde la madre hasta el feto es muy sencillo.

La prevención de las mujeres embarazadas, neonatos, inmunodeprimidos, etc., será también una tarea importante, ya que éstas cuentan con mecanismos de defensa débiles, lo que facilita la aparición de enfermedades por parte de los microorganismos. Por ejemplo, el transporte de microorganismos desde la madre hasta el feto es muy sencillo. Para evitarlo es imprescindible el cuidado y la prevención prenatal.

Por último, habrá que desarrollar nuevas vacunas. En la actualidad muchas enfermedades pueden ser controladas por vacunas (tetano, polio, sarampión, parotiditis, rubéola...), por lo que sería importante desarrollar vacunas para la prevención de microorganismos recién descubiertos.

Teniendo en cuenta todo ello y utilizando nuevos conocimientos científicos, valiéndose de estrategias participativas bien planificadas, con recursos adecuados y con voluntad o voluntad política, se puede lograr la prevención de muchas de estas nuevas enfermedades; la inmunización, el uso de medicamentos o el control vectorial.

Sin embargo, esto no significa que se pueda construir un mundo sin males. Aunque se logre eliminar algunas enfermedades, la mayoría de ellas se mantendrían, aunque con menos capacidad infecciosa. Además, es evidente que a partir de ahora seguirán encontrándose nuevos microorganismos, aunque no sepamos cuándo ni dónde.

La gripe, la importancia del cuidado

La gripe es una enfermedad conocida desde antiguo y, de hecho, la gripe ha causado muchas muertes por pandemias, es decir, por epidemias de alta intensidad que afecta a la práctica totalidad de la población de una región. Por ejemplo, en la pandemia de 1918 murieron casi 40 millones de personas en todo el mundo). Las pandemias son ocasionales por la aparición o reaparición de diferentes tipos de virus. Además del ser humano, el virus de la gripe también se da en mamíferos y aves y la transmisión del virus puede producirse entre todos los seres. Por todo ello, la Organización Mundial de la Salud impulsó la vigilancia obligatoria de este virus. La vigilancia de la gripe se ha llevado a cabo a partir de 1948 en todo el mundo y en ella participan 82 estados y 100 laboratorios. En estos laboratorios se analizan los diferentes tipos de virus de la gripe o influenza que conviven con nosotros y allí se inventa la vacuna que se emite cada año.

Gracias al cuidado, en 1997 se logró la identificación inmediata en un laboratorio holandés de una nueva variedad de gripe (H5N1). Esta nueva variedad de virus infectaba a los pollos y pasó al ser humano convirtiéndose en mortal. A la vista de ello, otros laboratorios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pusieron a trabajar de forma instantánea. Se llevaron a cabo estudios epidemiológicos, información pública, desarrollo de pruebas de diagnóstico y respuesta ágil y eficaz a la aparición del virus. Afortunadamente, este virus de la gripe demostró una escasa capacidad de transmisión humana y provocó pocas muertes. Si hubiera tenido tiempo para conseguir la capacidad de transmitir del ser humano al ser humano, por ejemplo mediante una mutación, podría escapar a cualquier tipo de control.

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