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La religión a la luz de la ciencia

2011/05/14 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Aunque existe una institución llamada Iglesia de la Ciencia, la ciencia y la religión no tienen nada que ver. Es más, casi en su totalidad son contrarios. Sin embargo, el interés mutuo se refleja en los argumentos de algunas religiones para rechazar la ciencia y la tecnología o en los esfuerzos de algunos científicos por explicar el sentimiento religioso.

Entre estos esfuerzos se encuentra un proyecto internacional financiado por la Unión Europea, EXREL , es decir, Explaining Religion o explicando la religión. Según Harvey Whitehouse, el objetivo es comprender cómo se crean los sistemas religiosos, cómo se despliegan y qué semejanzas y diferencias tienen entre ellos. Para ello se han reunido diez grupos de investigadores de diferentes disciplinas: biología, psicología, antropología e historia de las religiones.

Los pensamientos y comportamientos religiosos tienen características universales y se basan en la estructura del cerebro humano.

Para los investigadores es sorprendente que en cualquier lugar del mundo haya ideas iguales o similares, independientemente de su cultura. De hecho, los investigadores afirman que los pensamientos y comportamientos religiosos tienen unas características universales, entre ellas creer en dioses, espíritus o antepasados, participar en ritos con significado simbólico, creer que después de la muerte hay vida o algo, creer que el fenómeno natural y los hechos personales son determinados por alguien o algo por encima de nosotros, y ser escritos o pruebas sagradas.

Los investigadores consideran que el núcleo de esta universalidad es la arquitectura del cerebro. Es decir, los conjuntos de creencias y comportamientos que llamamos religión estarían enraizados en la evolución humana y se producirían como consecuencia de la estructura del cerebro. De ahí que los investigadores de la EXREL traten de explicar por qué la religión responde tan bien a las necesidades humanas.

Del pasado al futuro

El proyecto está dividido en cuatro apartados. La primera está orientada a identificar las características de las religiones en común. De este modo, buscan los mismos elementos que aparecen en todas las religiones, analizan las variaciones en función de la cultura y resaltan las ideas que, sin ser universales, se han repetido a lo largo de la historia. Con todos los datos recogidos, los investigadores quieren retroceder en el tiempo y, a partir de ahí, reconstruir la evolución de la religión a lo largo de la historia.

La segunda parte mira al cerebro con el objetivo de comprender el origen de los pensamientos religiosos universales. Así, investigan los mecanismos cognitivos que se activan para recordar y transmitir estos pensamientos. Entre otras cosas, quieren saber de dónde surge la idea de que después de la muerte hay vida y por qué atribuimos a alguien o a algo la decisión de que se produzcan fenómenos naturales o personales.

Al margen de las características universales, centran su atención en las variantes en el tercer apartado. De hecho, los investigadores que trabajan en este apartado quieren saber en qué y por qué se distinguen los elementos comunes que aparecen en todas las religiones.

Y si es necesario, lo más llamativo es el cuarto apartado. En este apartado se pretende inventar el futuro. En concreto, quieren conocer qué recorrido y cómo van a cambiar los sistemas religiosos en el futuro y para ello están desarrollando modelos informáticos.

Según los investigadores, si se consigue desarrollar un buen modelo informático, puede tener una aplicación práctica en política. De hecho, la religión es la razón o excusa de muchos problemas y los investigadores creen que sería la herramienta adecuada para plantear medidas para prevenirlos.

Publicado en Gara

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