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Dependencia de la inyección diaria de insulina en vías de superación

2000/06/13 Roa Zubia, Guillermo - Elhuyar Zientzia

Un equipo de científicos canadienses introduce células de área para tratar la diabetes

El 92% de los pacientes con diabetes tipo 1 en la actualidad requieren insulina artificial. Esta hormona controla la cantidad de glucosa en sangre porque abre las puertas de las células al azúcar. Como la insulina cumple la función en la sangre, los diabéticos tipo 1 tienen que meterse directamente en las venas. A pesar de que las jeringuillas son cada vez más cómodas, esta necesidad diaria genera una gran dependencia. Un grupo de científicos canadienses investigan para lograr otro tipo de solución.

A pesar de seguir con el tratamiento de la insulina, no siempre es lo suficientemente eficaz y existe el riesgo de hipoglucemia. Siete pacientes con este problema son trasplantados en Langerhans de áreas sanas. Estas islas contienen células que segregan insulina, entre otras cosas, y si se reprodujeran en el interior del enfermo se solucionaría la falta de producción de insulina. Todos los programas han fracasado o han tenido un breve efecto. De hecho, el 12,4% de todos los trasplantes desde 1990 han superado una semana de eficacia y el 8,2% un año. Como en la mayoría de los trasplantes, el mayor problema ha sido la respuesta del sistema inmunológico del paciente. En los últimos años la metodología de aislamiento de islas también ha mejorado notablemente.

Múltiples trasplantes

Cada paciente ha recibido al menos dos islas de donantes. Uno de ellos ha necesitado un tercer trasplante para superar completamente la dependencia del tratamiento de insulina. Los donantes eran personas a las que se les confirmó la muerte cerebral. Las islas se extirpaban y se almacenaban a la temperatura corporal en la Universidad de Wisconsin, hasta que los familiares del fallecido lo autorizaban. El criterio de selección de donantes era el de los resultados de los análisis para asegurar la facilidad de aislamiento de las islas.

Los pacientes eran diabéticos de entre veintinueve y cincuenta y cuatro años. Los plazos de trasplantes comenzaron en marzo de 1999 y se prolongaron hasta enero de este año.

Los siete perdieron inmediatamente la necesidad de tratamiento de insulina diaria. Sin embargo, posteriormente se han necesitado dosis periódicas de insulina para quienes recibieron el menor número de islas. En caso contrario no se ha generado ningún problema de rechazo. Seis de las siete han necesitado otro 29 días después del primer trasplante. Al paciente más grueso tuvo que hacerse también la tercera. Los científicos afirman que nadie ha tenido indicios de dependencia de la insulina. Han mejorado mucho su calidad de vida. A ver si el efecto se mantiene a lo largo de toda la vida.

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