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Bomba cardíaca

2001/11/13 Agirre Ruiz de Arkaute, Aitziber - Elhuyar Zientzia

Las bombas de corazón que han instalado temporalmente a los pacientes en espera de trasplantes cardiacos han demostrado que los pacientes pueden vivir más y mejor. En este sentido, se destaca que se trata de un trasplante para pacientes que por su gravedad no soportarían el trasplante.

El resultado de una investigación presentada recientemente en la Organización Americana de la Salud podría alterar la disponibilidad de la bomba LVAD. La investigación se ha realizado con pacientes que esperan trasplantes cardiacos y han visto que pueden vivir más tiempo.

Se trata de pacientes que están a punto de morir por enfermedades del corazón, personas que por su gravedad o por su antigüedad no pueden ser trasplantadas. En comparación con los pacientes que están tomando medicamentos, se observa que los que tienen bomba han alargado su vida: la bomba ha reducido el riesgo de muerte en casi un 50% el primer año, cuatro veces más que la medicación. Sin embargo, queda por analizar el alargamiento de la vida de la bomba y el coste de la misma.

La bomba tiene el tamaño del walkman y, hasta ahora, ha sido aplicada en el abdomen. Un conducto de la bomba se introduce en la ventrícula izquierda, mediante el cual se recoge la sangre y se vierte en la bomba. La bomba la remitirá a la aorta, que transportará la sangre rica en oxígeno al cerebro y a los demás órganos. Sin embargo, otro tubo asociado a la bomba quedará fuera del cuerpo y se unirá a la batería que deberá llevar el paciente.

Por el momento, esta bomba sólo se ha utilizado temporalmente para pacientes en espera de trasplante, pero se está estudiando la posibilidad de que sea sostenible. Para los muy graves el trasplante es demasiado peligroso y la bomba puede mejorar sin duda su calidad de vida.

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