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¿Nos salvará de nuevo el plancton del calentamiento global?

2000/09/26 Mendiburu, Joana - Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

V

se sabe que las actividades del ser elevan la temperatura de la Tierra. Según una nueva teoría, el fitoplancton puede tener una influencia inversa en este proceso.

Como consecuencia de la intensa actividad volcánica, hace unos 55 millones de años, la Tierra estaba más caliente que en la actualidad. Como es sabido, las regiones polares no tenían capa de hielo. De hecho, los análisis realizados en carcasas de microorganismos marinos muestran que la temperatura del agua en la costa antártica oscilaba entre 13 y 20 ºC. Pero los únicos cambios no fueron los del nivel de calentamiento. Los seres vivos también sufrieron cambios. Por ejemplo, algunos microorganismos que vivían en aguas profundas sufrieron una extinción masiva, mientras que los mamíferos y plancton terrestres se diversificaron.

Dos teorías contrarias

Antes de la actividad volcánica, se acumularon grandes cantidades de carbono en los sedimentos oceánicos como gases hidratados, es decir, como metano y agua cristalina sólida. Sin embargo, al calentar el océano estos gases hidratados perdieron el equilibrio. El metano afloró y el oxígeno atmosférico lo oxidó. Como consecuencia, el carbono liberado por el metano aumentó aún más la cantidad de dióxido de carbono. En una escala de mil años, el cambio de la época se puede comparar con el cambio que se está produciendo por la acción humana.

Es sabido que los cambios de temperatura regionales afectan directamente a los movimientos oceánicos. De hecho, la temperatura modifica las direcciones del viento y, en consecuencia, de las corrientes marinas. Según la teoría anterior, en aquella época el tráfico oceánico se estancó y los rayos solares daban luz a menos alimentos. Como consecuencia, la producción de plancton y la fotosíntesis disminuyeron.

La teoría del investigador Bains de la Universidad de Oxford es totalmente inversa. Según este investigador, la concentración atmosférica de dióxido de carbono aumentó hasta los 6 ºC en 30.000 años. El aumento del dióxido de carbono impulsó la fotosíntesis y, por tanto, aumentó el número de fitoplancton.

Para demostrar la proliferación del plancton, Bains destaca el gran descubrimiento de sulfatos de bario de la época en el fondo oceánico, el norte del Atlántico y el Antártico. La principal fuente de sulfato de bario son los organismos vivos. La nueva investigación muestra una fuerte relación entre la subida del sulfato de bario y el carbono orgánico que cae en el fondo del océano al morir el plancton. En concreto, para Bains, el hallazgo de sulfato de bario indica la muerte de muchos plancton.

Por otra parte, algunas especies planctónicas que sólo podían encontrarse en zonas de gran producción comenzaron a aparecer en muchos territorios. Los restos de roca también muestran un importante aumento de la producción biológica.

La rápida actividad del plancton absorbió el dióxido de carbono de la atmósfera. Así, a los 60.000 años, la temperatura volvió a disminuir.

Todavía no está nada claro qué teoría es correcta. Sin embargo, aunque se comprobara esta segunda teoría, habría que esperar otros 60.000 años para enfriar la temperatura de la Tierra.

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