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Buenas noticias sobre la capa de ozono

2007/09/30 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Este mes se cumplen 20 años de la firma del Protocolo de Montreal por 29 países. Estos países se comprometieron a dejar de utilizar gases que dañan la capa de ozono, y desde entonces otros 162 países se han comprometido a hacerlo, aunque no todos lo cumplen al mismo nivel. Sin embargo, la influencia parece evidente: los últimos estudios indican que la capa de ozono se está recuperando.
El Protocolo de Montreal fue firmado por varios países hace 20 años.

Es sin duda una buena noticia. La capa de ozono se encuentra en la estratosfera, a 15-35 km de la superficie terrestre, y rodea todo el planeta. Según los vientos, la época del año y otros factores, en unas zonas es más delgado que en otras, por ejemplo sobre la Antártida es bastante delgado en sí mismo. Y se ha reducido aún más debido a una serie de gases emitidos a la atmósfera por la actividad humana. Se ha adelgazado hasta el agujero.

Ahora, tras la decisión tomada hace 20 años, parece que se está cerrando el agujero. Y eso es una buena noticia, porque la capa protectora se está recuperando. De hecho, la capa de ozono estratosférico filtra la radiación ultravioleta B (UVB) procedente del Sol. Por tanto, sin ella, la radiación UVB que llega a la superficie terrestre aumenta y eso es perjudicial para los seres vivos.

La capa de ozono nos protege de la radiación UVB del sol.

Sin capa de ozono

Los dermatólogos saben hasta qué punto la radiación UVB es nociva, ya que puede causar cáncer de piel y quemaduras graves. Por ello, las cremas de protección solar incorporan un filtro anti-radiación ultravioleta. Las radiaciones UVB actúan sobre el ADN celular, lo que provoca que las células, al proliferar, presenten defectos y se produzca cáncer. Además, la radiación ultravioleta B también afecta a los ojos y debilita el sistema inmunológico. También causa daños en otros seres vivos, plantas y ecosistemas acuáticos.

Otro efecto perjudicial para el ser humano está relacionado con el ozono troposférico. Curiosamente, el ozono, aunque beneficioso en la estratosfera, es nocivo en la troposfera, la parte más próxima a la tierra. A medida que disminuye la concentración de ozono en la estratosfera aumenta la troposfera, lo que provoca problemas e irritación del aparato respiratorio en las personas. También es perjudicial para las plantas, que ralentizan su crecimiento; por ejemplo, las cosechas disminuyen debido al ozono circundante.

La pérdida de la capa de ozono también causa otros daños. Sin embargo, cuando en los años 70 los científicos descubrieron que algunos gases destruían la capa de ozono, les costó a la sociedad y a los políticos preocuparse por ello.

Dar la palabra y cumplirla

Agujero de ozono sobre la ntartida A, septiembre del año pasado. (Foto: ANDÉN)

Los investigadores no dudaban. Se comprobó que los gases que contienen cloro o bromo destruyen el ozono estratosférico, de origen limpio y producido por el hombre. Se utilizaban en la mayoría de los sistemas de refrigeración y también en aerosoles. Ahora, además, han descubierto que estos gases también contribuyen al efecto invernadero.

A pesar de no conocer su impacto en el clima, otras consecuencias eran suficientes para advertir a los gobiernos y a la sociedad en general de la necesidad de tomar medidas. Poco a poco, los responsables de los gobiernos y la gente comprendieron que había que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde. Finalmente, en septiembre de 1987, 29 países firmaron el Protocolo de Montreal, con el que se comprometieron a no utilizar estos gases nocivos para la capa de ozono.

Desde entonces el Protocolo ha sido objeto de diversas revisiones y ha sido firmado por otros muchos países. Aunque todavía no es suficiente, los investigadores están viendo pruebas de que la capa de ozono se está recuperando y creen que para mediados de este siglo se completará totalmente si se cumple plenamente el Protocolo de Montreal. ¡Así será!

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