}

Barroasis

1987/10/01 Aizpurua, Martxel Iturria: Elhuyar aldizkaria

Cuando llega a los medios de comunicación, la noticia se ha revelado como algo raro y extraño. Lo que no sabe mucho de las abejas será, claro, sorprendido al oír que las abejas tienen enfermedades.
La reina.
I.X.I.

Por supuesto, las abejas también nacen, viven y mueren, y el motivo de su muerte no es sólo el que ha comido alguna araña o pájaro. No tienen pocas enfermedades producidas por abejas, ácaros, amebas, bacterias o virus. Al igual que las abejas, otros insectos también tendrán enfermedades, pero hasta que nuestros intereses económicos se toquen (para bien o para mal) no vamos a hacer grandes cabras.

El barroasis es una nueva enfermedad que llega o está a punto de llegar. Ser nuevo genera miedo, porque no estamos acostumbrados, y sería bueno que antes estuviéramos bien informados para que ese dicho no ocurra: Lo que no sabe es como el ciego.

De dónde viene el barroasis

De Asia a Europa, de Francia a Catalunya, de Catalunya a España y de España a Euskal Herria. El camino recorrido hasta aquí.

Acaro que produce barroasis ( Varroa jacobsoni Oud. ) Fue descrito por primera vez por Oudemanns en 1904 en la isla Java hallándose en la Apis cerana de la misma. En esta abeja no era tan nociva. Posteriormente, en la década de 1950, cuando en Rusia, Japón y China se introdujo la abeja común Apis mellifica, de nuestra especie, pasó a ella y con ella se dirigió a Europa.

En Europa se detectó en 1976 en Rumania, Yugoslavia y Alemania Federal; en 1980 en Austria; en 1982 en Italia y Francia; para 1983 se extendió por todo el Este de Francia y pronto llegó hasta el Nor-Catalunya. Se ha incorporado a Sur-Catalunya en diciembre de 1985, Girona, y en agosto de 1986 aparecen importantes focos en España: Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete, así como Alicante de Valencia. Octubre en Almería, Jaén y Granada.

La razón de aparecer en lugares tan alejados en tan poco tiempo se encuentra en la trashumancia, es decir, que esta situación se debe a que en un lugar en el que hay una enfermedad se han tenido temporalmente a las abejas, a que la enfermedad se ha atrapado y a que la trasladan sin control.

Desde entonces y aquí han aparecido en más sitios las abejas contaminadas y hoy podemos ver este mapa que es terrorífico, aunque seguramente haya que marcar otras provincias españolas.

Ha llegado hasta Álava y su presencia en el sur de Navarra sería la más normal, ya que los apicultores valencianos los traen cada año a romeros y almendras.

Cómo vivía el barroco el ácaro

El barro es un ácaro, un arácnido, por lo que pertenece a la clase de araña. Tiene ocho patas y mide 1.1 x 1.5 mm, es de color marrón rojizo. Los machos son mucho más pequeños que las hembras y son rojiblancos.

Cuando el barro llega a una colmena, se introduce en una sobremesa larvada a la que le faltan dos días de operculación y se queda en el interior cuando la operculan. A las 60 horas de haber operculado pondrá su primer huevo y sus descendientes cada 30 horas.

Del primer huevo nacerá la hembra, del segundo el macho y de los siguientes las hembras. El macho, una vez copulado, muere.

Cuatro hembras del barro en el opérculo de una ninfa de abeja.
I.X.I.

Estos cachorros nacidos sobre larvas o ninfas vivirán absorbiendo su hemolinfo o sangre. Prefieren los nidos de ablamando a los de los obreros, ya que al ser más abedules pueden encontrar más comida. En el nido de la reina no se encuentran ácaros, si la información no es muy alta.

El barro no saldrá de la sobremesa hasta que la abeja menor rompa el opérculo y salga. Entonces saldrá el ácaro y se irá sobre otra abeja o sobre una larva de otra sobremesa para ser operada.

Una vez que ha salido de la inerte, también ataca a las abejas adultas, pegándolas en su momento de goser y absorbiendo sangre. El color del ácaro es muy similar al de la abeja y cuando se sitúa en la parte inferior del vientre de la abeja, perforando la lágrima o membrana blanda entre los segmentos, queda totalmente mimetizado y resulta difícil verla a simple vista.

Cuando la infestación es grande, las abejas adultas se ponen muy nerviosas al intentar quitar los barros de su cuerpo. En esta situación dejan de trabajar y se rompe la dinámica, el trabajo y la organización de la colmena.

Síntomas de la enfermedad

A una abeja afectada por esta enfermedad no se le nota a simple vista nada relevante, dos años después de la introducción de la enfermedad, pero se refuerza en el interior de la colmena y para cuando se da cuenta puede ser tarde.

Hembra adulta del barroco, con 4 pares de patas.

Pasados estos dos años pueden aparecer los siguientes síntomas:

    La abeja, toda la colonia, empieza a debilitarse y probablemente morirá para el cuarto año. ¿De dónde viene ese debilitamiento? El barro absorbe la hemolinfo o sangre de la abeja, lo que provoca una debilidad de la abeja. Si las moscas comienzan a debilitarse, toda la colonia empieza a debilitarse. Además, de las heridas ocasionadas por el ácaro se pueden introducir otras enfermedades empeorando la situación.
  • A medida que avanza la contaminación, cada larva es atacada por un gran número de ácaros, por lo que las abejas anormales empiezan a nacer: las que tienen un abdomen más pequeño, las que tienen aletas o atrofiadas, y también las patas. Estas abejas anormales comienzan a aparecer en el puerto, ya que sus amigos sanos las expulsan como si fueran otras basuras.

Por lo tanto, por un lado las abejas son débiles y al nacer menos nuevas, la abeja va a perder. Hay que tener en cuenta que cuando la enfermedad toma mucha fuerza, la reina también es atacada por ella y tampoco se le deja en paz haciendo huevos.

La atención a estos síntomas puede ser demasiado tardía y lo más adecuado es el diagnóstico precoz. Y es que si hay más del 20% de una colmena contaminada, no merece la pena entrar en ningún tratamiento y es mejor quemarla en el fuego.

Citaremos cuatro vías para un buen y rápido diagnóstico:

    Introducimos 100-300 abejas en un recipiente de fondo blanco y vertemos el agua hirviendo y lo sacamos en 5-10 minutos, los ácaros van al fondo y allí se pueden ver. Meter en alcohol entre 100 y 300 abejas vivas y agitar el recipiente durante 2-3 minutos. Filtrar en una malla fina de rejilla de 2.5 mm y observar el filtro en un recipiente de fondo blanco. Papel blanco con vaselina o engrasado y colocado sobre la base o fondo dentro de la colmena. Cerrar bien todos los agujeros y ranuras y encender con una acaricida por el interior. Mantén una media hora cerrada y después observamos ese papel engrasado para ver si aparece barrón. Colocar durante dos meses una lámina de plástico protegida por una malla en el interior de la colmena sobre el fondo. Durante estos dos meses de invernada se debería ver el ácaro entre la basura desprendida de los alpargatas si estuviera en esa colmena.

Tratamiento contra la enfermedad

No es fácil luchar contra el barroco. Por un lado, porque la pila se protege en los operculados y por otro, porque ante ciertos tratamientos se perdería la propia abeja.

Abejas.
I.X.I.

No es posible desaparecer de ninguna de las naciones que han introducido el barro hasta ahora, y con un tratamiento anual consiguen que no tome fuerza y así acostumbrarse a vivir con él.

Cuando en una región aparece el barroco, es conveniente que todos lo hagan. De lo contrario, uno abre lo que quita el otro.

    El tratamiento con Folbex VA es el único tratamiento reconocido en el Estado español. Pertenece a Ciba-Geigy y su principio activo es el bromopropilato. Taktic, de la Casa Boehringer, está registrado en España contra las parasitosis de vaca, cerdo y caprino. Amitraza tiene el principio activo. Se utiliza desde hace tiempo en otras naciones contra el barroasis. Petricin, de la Casa Bayer, con el principio de caumaphos, se utiliza conjuntamente con las dos siguientes en otras naciones europeas. Clartan, con fluvalinato y comercializado por Sandoz. Todavía está en experimentación.
  • Apitol de Ciba-Geigy Etxe.

El tratamiento se debe realizar fuera de la época de la miel, preferiblemente en épocas en las que no haya niños ni bebés. Más arriba hemos dicho que el ácaro se reproduce en las celdas operculadas. Si lo tratamos con la sala operculada, el producto que introducimos no le hará daño. Es conveniente que todos los barros estén fuera de la pila.

También hay algunos intentos que intentan llegar al ácaro con comida de abeja, es decir, mezclado en un jarabe de acaricida, que se entrega a la abeja y va hasta la sangre de ésta; cuando el Ácaro absorbe sangre a la abeja, el ácaro se hace con la acaricida, que muere abandonado. Sería un buen camino para el apicultor, sin endurecer la abeja por humo y sin el cansancio que supone el engomado.

Cómo se expande el barroasis

Para pasar el barro de una abeja a otra, la persona sana debe estar en contacto con la persona enferma, o contagiarla cuando la abeja está en el mismo lugar en el que ha estado enferma. El barro no vuela y sólo camina de un lado a otro.

De hecho, el barroasis puede alcanzar una extensión de 3-5 km/año, conducido por abejas enfermas o colmenares. Si en su cuerpo hubiera ácaros, se reproduciría en la nueva colmena.

Pero si la razón fuera sólo esta difusión natural, podríamos estar tranquilos durante muchos años, quizá porque todavía no hubiera llegado a Alemania. Sin embargo, el hombre lo ha extendido arrastrando y trayendo a las abejas. La trashumancia es, en definitiva, la razón de esta rápida expansión.

Prevención

Para que no entre en las regiones que aún no tenemos barroco, hay que tomar algunas precauciones. Algunos ejemplos son:

    No se aportarán colmenas, materiales ni productos apícolas desde ningún lugar declarado como barroasis sin controles severos. A través de la trashumancia se pide a los que vienen a nuestra comarca una guía sanitaria. Las Asociaciones de Apicultores también son interesadas en esta campaña y todo aquel que no cumpla esta norma debería denunciarlo. Todos los años todos los apicultores debemos solicitar a la Administración la revisión de nuestras abejas y el tratamiento en caso de encontrarlas enfermas. La sana presencia de la abeja no debe ser atendida únicamente por el apicultor, sino que indirectamente el beneficio que la abeja aporta al conjunto de la agricultura es sobreapícola.
  • Siguiendo con la administración, antes deberá realizar un registro de todas las abejas que se encuentran en el coto correspondiente. Asimismo, facilitar y apoyar la implantación de colmenas antiguas y antiguas en las modernas, en las que no es posible realizar campañas de detección.

En este sentido nuestras Diputaciones han comenzado a realizar algunas campañas de detección, pero todavía estamos lejos de conocer la realidad de nuestras provincias. Esta campaña necesita más dinero y recursos humanos para que la lluvia no nos sorprenda.

Gai honi buruzko eduki gehiago

Elhuyarrek garatutako teknologia