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Mordedura Allosaurus

2001/02/22 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

Los dinosaurios provocan fascinación, mientras que la representación de la mordedura de sus gigantescos dientes provoca el pánico. Los paleontólogos investigan con pasión los dientes de los dinosaurios para aprender más sobre la anatomía de los dinosaurios y sus hábitos alimenticios. Investigadores de la Universidad de Cambridge han utilizado los métodos analíticos y las técnicas de escáner en medicina para conocer la biomecánica alimentaria de Allosaurus y han publicado hoy sus resultados en la revista Nature.

Calavera demasiado grande

El terópodo Allosaurus fragilis era un gigante carnívoro que vivía en el Jurásico, de la misma familia que el Tyrannosaurus rex. No se conocen muchas cosas sobre su historia natural o su capacidad física, pero gracias a las huellas dentales observadas, saben que grandes saurópodos como el Apatosaurus fueron alimento de Allosaurus. No tenía en vano 80 dientes con forma de sable.

Sin embargo, siempre ha habido preguntas sobre el tamaño del cráneo de Allosaurus, porque parecía demasiado fuerte para su mordedura. La mordedura de Allosaurus de 1.400 kilos era mucho más débil de lo esperado, como el lobo actual o el leopardo, y al menos 6 veces más débil que el Tyranosaurus rex. Gracias a las investigaciones del equipo de Cambridge se ha podido averiguar que el dinosaurio Allosaurus utilizaba la calavera a diferencia de otros depredadores de la misma familia.

Al parecer, el depredador tenía otra forma de cazar. Cazaba a sus presas golpeándolas con la cabeza y, en lugar de triturar la carne y los huesos, introducía sus afilados dientes en tejidos blandos, con lo que el depredador muría desangrado.

Ingeniería Paleontológica

Hasta hace poco la única manera de conocer la estructura anatómica interna de los huesos dinosaurios era mediante el corte de los huesos. Además, la salida del esqueleto de la roca suponía un riesgo de daños. En los últimos años, los paleontólogos han recurrido a técnicas médicas e industriales y han empezado a utilizar la tomografía computerizada para separarse de la roca sin destruir los dientes y los huesos. De esta forma se ha podido analizar la morfología interna y externa de los fósiles.

En el caso de Allosaurus, aprovechando el cráneo, han podido conocer mejor su morfología funcional y sus hábitos alimenticios. Estas técnicas, que pueden ser utilizadas en otras especies, ayudarán a conocer cómo evolucionaron a través del estudio del cráneo y de los dientes, incluyendo factores ecológicos.

Quedan muchas preguntas pendientes sobre la biología de los dinosaurios. Por ejemplo, si los otros terápodos tenían o no tantos calavera, hasta qué punto la importancia mecánica de las articulaciones craneales de los dinosaurios era tan grande y muchos más. Un camino incipiente que combina ingeniería mecánica, paleontología, evolución, biología y morfología comparativa ayudará a responder a estas preguntas.

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