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No se puede resistir al encanto

2017/04/18 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

No es extraño que haya tantos mitos en torno a la reproducción, ya que es una función vital para la supervivencia de la especie. Muchos de los mitos son, además, auténticos. Quizá por eso algunos los consideran como verdaderos, incluso en aquellos casos en los que la ciencia ha demostrado que son sólo mitos.

Es el caso de la luna llena y los partos. Muchos están convencidos de que en la Luna Llena nacen más niños que en otras noches, a pesar de que numerosos estudios realizados en todo el mundo han demostrado que esa creencia es totalmente errónea.

Son similares a las del mes. Por ejemplo, hace un mes se publicó en este mismo periódico una carta titulada Hilekoa eta ilargia. El autor, Martxel Aizpurua, explicó de forma concisa y clara que la Luna no afecta al ciclo menstrual. Eso sí, reconoció que “el ser humano está asociado a ciertos ritmos del universo”. Para algunos parece que tiene más fuerza este encanto que la explicación científica de Aizpurua.

Pues la exclusión de las supersticiones es aún más difícil cuando al encanto se le añade una investigación científica, a pesar de que luego se evidenciara su error.

Un ejemplo de ello es la tendencia a sincronizar las mensualidades. De hecho, en 1971, la revista Nature publicó un estudio en el que se mostraba que las menstruaciones de las mujeres que conviven se unen. En aquella época, el feminismo estaba cobrando fuerza y para algunos era muy atractivo esa idea de unidad biológica entre mujeres.

De esta forma, se amplió mucho la investigación y, posteriormente, se reforzó la misma y se han formulado hipótesis que explicaban la sincronización mensual. Algunos se han basado en feromonas, otros en la teoría evolutiva —si todas las mujeres están a la vez fértiles, se evita que un macho dominante monopolice las hembras—. Pero ni unos ni otros han podido demostrar la razón de la sincronización.

No hay sincronía. En los últimos años, más de una investigación ha demostrado que los resultados y conclusiones de aquel estudio de 1971 eran erróneos y que no se sincronizan las menstruaciones ni siquiera en los casos en los que la relación es muy estrecha. La última se ha publicado ahora. Dirigida por la Universidad de Oxford y basada en los datos de 1500 voluntarios. Pues han visto lo contrario: no hay tendencia a sincronizar. Es más, en las mujeres que al inicio del estudio tenían unificados los ciclos, con el tiempo tienden a diferenciarlos.

Sin embargo, con una investigación científica intermedia (aunque antigua y errónea), y con unas hipótesis tan atractivas a favor de la sincronía, es posible que todavía se necesiten más investigaciones para descartar la creencia.

 

Publicado en el diario Berria.

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