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El mito del agua, ¿es bueno beber mucha agua?

2002/09/08 Galarraga Aiestaran, Ana - Elhuyar Zientzia

A menudo se escucha que beber mucho agua es muy saludable. Y es cierto que sin beber agua no podemos vivir: sin comida, el cuerpo se mantiene bastante bien en un plazo que, sin agua, se acorta enormemente. Pero, ¿hay razones científicas para beber dos litros de agua al día? ¿Es realmente saludable beber tanta agua?

Sabiendo que casi tres cuartas partes del cuerpo humano son agua, queda patente la importancia del agua. Además de ser el componente principal, el cuerpo desempeña las funciones necesarias para la vida, como son el transporte de alimentos y gases, la eliminación de residuos (al ser un componente de orina y heces), la regulación de la temperatura corporal, el deslizamiento de las articulaciones entre los huesos, la suavidad de la piel y la fortaleza de los tejidos...

Millones de personas en el mundo beben menos de 2 litros de agua recomendados, lo que no les perjudica la salud.

Por otra parte, el cuerpo pierde mucho agua, sobre todo por la orina. De hecho, cada día se pierde más de un litro de orina, pero al mismo tiempo se eliminan los residuos que se generan en la actividad del metabolismo. Entre estos residuos, la urea es la más importante y, al ser un residuo que aportan las proteínas, cuantos más proteínas ingieran, más agua será necesaria para la eliminación de estos residuos. Por otro lado, se produce una pérdida de 0,4 litros de agua por excreción y respiración.

Otra vía de pérdida de agua es la piel, que aunque a veces no se da cuenta, produce entre 0,5 y 0,7 litros de sudor al día. Al sudor, como en la orina, van las toxinas y otras sustancias, pero la mayoría es el agua, claro. Obviamente, en condiciones de tiempo cálido y húmedo, la sudoración es mucho más abundante, ya que la sudoración es el principal sistema de refrigeración corporal.

Sed y regla ‘8 x 8’

Para prevenir esta pérdida de agua, el cuerpo tiene un mecanismo de alarma especial: la sed. Cuando el cuerpo tiene poco agua, la concentración de sales en sangre aumenta. Esto excita algunos receptores y envía un mensaje al cerebro. Ahí surge la sensación de sed y se siente la necesidad de beber. Además, se produce una hormona que controla la cantidad de agua que se absorbe en los riñones en el cerebro. Si hay escasez de agua, se produce más hormona y se pierde menos agua con la orina. Por otro lado, hay otros estímulos que estimulan la sed, como son algunos factores psicológicos y tener la boca seca.

Un exceso de agua con éxtasis puede provocar una intoxicación de agua.

La sed nos obliga a beber antes de deshidratarnos. Pero cuando la necesidad no es posible, aparecen síntomas de deshidratación: se seca la garganta y la piel, se reduce el volumen de la orina, se limita la capacidad del cerebro... Si la deshidratación es grave, el cuerpo se debilita enormemente y el corazón no puede desempeñar su trabajo. Además, hay que tener en cuenta que las causas más frecuentes de deshidratación (diarreas y vómitos) también provocan la pérdida de sodio y potasio. Por ello, además del agua hay que tomar sales minerales.

A sabiendas de todo ello, varios expertos recomiendan asegurar que las necesidades de agua están cubiertas sin esperar a sentir sed. Para ello, lo mejor es beber dos litros de agua al día, que es lo que el cuerpo necesita. Al parecer, han olvidado que normalmente se consumen otros líquidos y que los alimentos (sobre todo frutas y verduras) también tienen agua. Además, como consecuencia de la actividad del metabolismo, el cuerpo produce alrededor de 350 ml de agua al día.

Sin embargo, está muy extendida la creencia de que es necesario beber al menos dos litros de agua al día. Es más, en EEUU, donde muchos expertos recomiendan la norma ‘8 x 8’ (ocho vasos de ocho tazas al día), y hay mucha gente que cumple muy bien y con rigor.

Quizás no sea tan bueno beber tanta agua

Hasta ahora pocos han puesto en duda que seguir la norma ‘8 x 8’ es saludable. Sin embargo, el fisiólogo Heiz Valtin, del Instituto de Medicina Darmouth, se ha preguntado si la norma tiene base científica y, tras realizar una investigación al respecto, acaba de publicar sus resultados.

Para empezar, Valtin no ha encontrado ningún trabajo científico que demuestre la veracidad de la norma ‘8 x 8’. Por el contrario, se han publicado numerosos artículos sobre la ingesta de líquidos, según los cuales, en ningún caso, es necesario ingerir tanta cantidad de agua.

Algunos olvidan que también se toma agua con comida, sobre todo con fruta y verdura.

Por un lado, Valtin no niega que tomar esta cantidad de agua sea muy buena para curar o prevenir enfermedades como piedras de riñón, incluso en situaciones especiales, cuando hace mucho calor, cuando hace ejercicio intenso o en viajes largos de avión. Pero, por otro lado, la mayoría de quienes siguen la norma ‘8 x 8’ son sanos y llevan una vida sedentaria. Y cree que ellos beben más agua de la que necesitan, a veces incluso lo suficiente para hacerles daño.

Este investigador advierte que basta con que uno de los riñones no trabaje correctamente para que se produzca una intoxicación acuática. Esto provoca mareos e incluso puede llevarlos a la muerte. A pesar de no ser oído, no es tan raro en atletas de alto nivel, juveniles de éxtasis y enfermos comunes.

Sin llegar a este punto, existen daños considerables. Por ejemplo, la ingestión de agua durante muchos años puede provocar la acumulación de contaminantes en el agua. Además, si bebes agua embotellada, es caro y tener que ir al baño a menudo no será muy cómodo.

Sin embargo, la razón más contundente para cuestionar la regla ‘8 x 8’ es que millones de personas sanas en el mundo beben mucho menos agua al día y así ha sido siempre.

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